El otoño ya se ha instalado y los días comienzan a acortarse; las tardes oscurecen antes y las mañanas llegan más frías. Con la llegada de esta estación también se acerca el cambio al horario de invierno, que en 2025 se producirá la madrugada del domingo 26 de octubre. Ese día, los relojes se atrasarán una hora, la jornada tendrá 25 horas y se podrá dormir un poco más antes de que los días se acorten definitivamente.
Según el Boletín Oficial del Estado (BOE), el último domingo de octubre es el día marcado para atrasar los relojes. Así, la noche del sábado 25 al domingo 26 de octubre, a las 03:00 horas los relojes deberán retroceder a las 02:00 horas. En Canarias, el cambio se aplicará a las 2:00 horas, que volverán a ser la 1:00. Este será el segundo y último cambio de hora del año, tras haber adelantado el reloj una hora en marzo para iniciar el horario de verano.
El cambio de hora trae consigo un efecto inmediato en la luz del día. Durante el horario de invierno, el sol amanecerá entre las 8:00 y las 8:30 horas, mientras que el atardecer se producirá entre las 17:30 y las 18:00 horas. Si se mantuviera el horario de verano, los amaneceres serían más tardíos, entre las 9:00 y las 9:30 horas, y los atardeceres se alargarían hasta las 18:30 o 19:00 horas.
¿Será la última vez que se cambia el horario?
El cambio horario, regulado desde hace años, todavía genera debate a nivel europeo. La Comisión Europea anunció en 2019 su intención de eliminar los cambios de hora, argumentando que su impacto económico es mínimo con la tecnología actual. La idea era que cada país decidiera mantener un horario fijo durante todo el año. El Parlamento Europeo fijó inicialmente 2021 como fecha de inicio de esta normativa, pero desde entonces el asunto permanece congelado.
Por ello, aunque este será el penúltimo horario de invierno confirmado hasta 2025, no está claro cuándo ni si se implementará un cambio definitivo. De hecho, el BOE publica los cambios de hora en intervalos de cinco años, de manera que los previstos hasta 2026 ya están confirmados. Sin embargo, si no se toma ninguna decisión sobre la unificación del horario, próximamente se publicará el calendario de cambios para 2027-2031.
Más allá del debate político y administrativo, el cambio de hora de este octubre tiene un efecto práctico, un domingo para recuperar sueño y adaptarse a las nuevas horas de luz. Los expertos recuerdan que esta adaptación también puede influir en los ritmos cardíacos, por lo que es recomendable ajustar gradualmente los hábitos de sueño y aprovechar la luz natural durante las mañanas más tempranas que trae consigo el horario de invierno.
En definitiva, el fin de semana del 25 y 26 de octubre será especial: los relojes se retrasan, los días se acortan y todos ganaremos una hora extra de descanso antes de que el otoño avance hacia el frío del invierno.