Con lo que ha pasado en los últimos duelos de los che es necesario ampliar la perspectiva y percatarse que es necesario cambiar un aspecto esencial en el Valencia: el delantero goleador. Nani es el máximo referente, pero a juzgar por su desempeño es más asistente que protagonista neto.
En la época Ayesterán, y tras la partida de Alcácer —hoy no se encuentra en el Barcelona—, esta referencia era Santi Mina. El futbolista de veinte años ha jugado 459 minutos esta temporada en Liga y ha marcado dos goles, ambos contra Las Palmas en ese estrepitoso 2-4 en Mestalla, cuando todavía estaba el de Torrent. Después de eso, desapareció.
A pesar de esos goles, el gallego no tiene naturaleza de 9 y eso se ha notado, por lo cual Rodrigo tomó su lugar. En las primeras fechas sucedió bastante que Mina era sustituido por el hispano-brasileño, o viceversa. En otras ocasiones, tanto el vasco, como Voro y Prandelli eligieron o poner de inicio a Munir o ingresarlo en el segundo tiempo para salvar al equipo.
Y aquí está la clave. En el recordado partido contra los azulgranas, el cedido, el proclamado “Nou Nou”, cambió efectivamente el curso y hasta el ritmo del partido. Solo tardó ocho minutos en empatarlo, para que luego el Valencia se viniera arriba y, finalmente, perdiera el partido por 2-3 con el protagonismo novelesco de Undiano Mallenco.
Munir El Haddadi, con personalidad suficiente en el campo, ha jugado 421 minutos en la Liga y 73 en la Copa, y muy pocas veces ha sido el titular elegido por Prandelli. Al olvidar que ha marcado solo tres goles y mirar, sin embargo, que ha jugado mucho menos de lo que debería a partir de su capacidad goleadora, es evidente que se necesita un cambio en la zona alta.
La penúltima conquista del jugador de 21 años fue en la derrota contra el Sevilla y la penúltima esta misma semana contra el Leganés por la Copa del Rey; el gol que celebró con ánimos el técnico italiano y que permitió que Bakkali hiciera esa genialidad tranquila que propició el 1-3 definitivo y el sustento para pasar de ronda.
Los números no mienten y la actitud tampoco. Si el Valencia procura cambiar su 9, también cambiará su rumbo.