La ciudad de València es la tercera en España con mejores infraestructuras ciclistas, según un estudio realizado por la Organización de Consumidores (OCU). Respecto a 2013, año desde el que se compara este análisis reciente con otro que hizo la misma entidad, la capital del Turia ha logrado subir en ocho años de la sexta a la tercera posición, consolidándose en el podio de las mejores ciudades en este aspecto, tan solo por detrás de Vitoria y Sevilla.
Cambiar el modelo actual de transporte de las ciudades, basado en el uso de combustibles fósiles, altamente contaminantes, por otro en el que los desplazamientos a pie o en bicicleta ganen protagonismo, requiere de una "apuesta decidida" por parte de los ayuntamientos. Con el fin de valorar este trabajo, la OCU ha estudiado la funcionalidad de las infraestructuras ciclistas de catorce ciudades, las ocho más pobladas y otras seis en las que hay un destacado impulso en el uso de la bici.
El análisis, publicado en la revista 'Compra Maestra', considera que para que una red ciclista sea útil y segura, debe cumplir siete criterios: que sea completa, continua, uniforme, directa, reconocible, tupida y que pase por vías principales. Y si bien los resultados han mejorado en general respecto a los del anterior estudio realizado en 2013, solo cinco ciudades obtienen una valoración buena o muy buena. Entre ellas, la capital valenciana.
València ha hecho una fuerte apuesta durante los últimos años en los carriles bici que conectan los distintos puntos de la ciudad. Su inversión ha apostado por una red bici de calidad que vertebra toda la ciudad y nuevas medidas de peatonalización que pacifican el tránsito. La cultura de la bicicleta en València también se ha potenciado gracias a la instalación de señalización y aparcabicis que han convertido a estos vehículos en un medio de transporte seguro, eficiente y respetuoso con el medio ambiente.
València, por tanto, escala de la sexta a la tercera posición respecto al estudio de hace ocho años. Destaca por la buena interconexión entre los distintos tramos y su diseño general: las vías ciclistas están bien señalizadas, son continuas y carecen de estrechamientos y obstáculos imprevistos ,según el estudio.
No obstante, aún puede mejorar la densidad de la red, de modo que llegue a nuevos barrios periféricos; o los recorridos, para que sean aún más directos, porque los rodeos y los recovecos pueden incitar a acortar por lugares indebidos.
Del mismo modo, València también destaca por su servicio público de alquiler de bicis (Valenbisi). Primero por su cantidad: reúne 276 puntos de alquiler, 35 por cada 100.000 habitantes, solo superado por los 38 puntos por cada 100.000 habitantes de Sevilla. Y segundo, por su precio: el bono anual solo cuesta 29 euros.
Además, ofrece un amplio número de aparcamientos públicos, que pueden encontrarse en intercambiadores de transporte, centro de estudios y centros comerciales.
Una de las ciudades más sostenibles
Las políticas del Govern del Rialto están dando sus frutos. Y es que la ciudad de València se ha alzado no solo como una de las ciudades más saludables del mundo, sino también la ciudad española que más ha reducido la contaminación atmosférica. Sin embargo, mientras tanto, el camino que el equipo de gobierno municipal emprendió en 2015 continúa transformando la ciudad hacia un modelo más sostenible y amigable.
El impulso del anillo ciclista en València le ha valido el reconocimiento europeo, pero, sobre todo, ha contribuido a que, cada vez más, la ciudadanía opte por medios de transporte menos contaminantes, lo que ha provocado una reducción importante del uso del transporte privado motorizado. Esta iniciativa, unida a la apuesta por un modelo urbanístico basado en la recuperación del espacio público para uso peatonal, son algunas de las acciones que han ayudado a que València sea la ciudad española que más ha reducido la contaminación atmosférica, por encima de Madrid, Barcelona o Sevilla.
Así, de acuerdo con el Observatorio de la Sostenibilidad, València redujo, en 2021, la presencia media anual de dióxidos de nitrógeno en un 15% respecto a 2020. Asimismo, fue la única de las seis grandes ciudades españolas – de más de 500.000 habitantes – que consiguió, en 2021, recortar la presencia de partículas PM10, dañinas para la salud, en un 27% respecto a 2020.