El Ayuntamiento de València, a través de la concejalía de Cooperación al Desarrollo y Migración ha participado, junto a la Fundación de Solidaridad Amaranta, en un proyecto de protección de los derechos fundamentales de niñas frente a los matrimonios y uniones forzadas en Togo. El proyecto va a trabajar en la protección de niñas y adolescentes de este país de África occidental, mediante acciones de capacitación y empoderamiento frente a este tipo de uniones.
En concreto el Ayuntemiento va a participar en la financiación de un proyecto que se lleva a cabo en la ciudad togolesa de Cikanssé, en el cual se serán beneficiarias directas 30 niñas y adolescentes. El proyecto incidirá sobre la violencia de género contra este colectivo, promoviendo la restitución de derechos e impulsando las condiciones necesarias para potenciar su aprendizaje y habilidades, teniendo en cuenta su entorno cultural, social y familiar. Así, a través de este proyecto se construirá una residencia y un taller para el desarrollo de actividades formativas con equipamiento de corte y confección y de paño tradicional. Asimismo, se habilitarán parcelas alrededor de la residencia para el cultivo de maíz, judía y soja fundamentalmente, y la crianza de animales domésticos.
La concejala de de Cooperación al Desarrollo y Migración, Maite Ibáñez, ha destacado “la importancia que tiene educar y formar a estas niñas y adolescentes cuyo futuro se ha visto especialmente comprometido con la pandemia”. Para Ibáñez lo importante es “ayudarles a ser independientes y libres, y la formación es el mejor camino posible”.
La pandemia está afectando profundamente a la salud, la educación y las circunstancias económicas y sociales de niñas y adolescentes de los países más pobres. Un impacto que, según un informe de Unicef, provocará que hasta 10 millones de niñas más correrán el riesgo de matrimonios y las uniones tempranas y forzadas antes de los 18 años como resultado de la Covid-19. Un hecho que amenaza con revertir años de progreso en la reducción de esta violación fundamental de los derechos humanos, tal y como recoge la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que dice que el consentimiento no puede ser 'libre y pleno' cuando una de las partes involucradas no tiene la madurez suficiente para tomar una decisión informada sobre una vida.