Así es la nueva red que garantizará el suministro de agua en Valencia durante emergencias

Una doble red de abastecimiento de agua permitirá a la ciudad asegurar el abastecimiento de agua en situaciones críticas

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 Imagen de cómo quedará la zona del antiguo cauce del Rio Turía en conexión con El Grau
Imagen de cómo quedará la zona del antiguo cauce del Rio Turía en conexión con El Grau

Valencia reforzará su abastecimiento de agua con la creación de una segunda red de suministro, similar a la que ya existe en París, pensada específicamente para situaciones de emergencia o averías graves. Esta iniciativa surge tras la DANA del 29 de octubre, que puso de relieve la vulnerabilidad del sistema actual y la necesidad de garantizar que la ciudad pueda proveerse de agua de manera independiente.

Actualmente, Valencia obtiene la mayor parte de su agua potable de los ríos Turia y Júcar, que es procesada y potabilizada en las grandes plantas de La Presa (Manises) y El Realón (Picassent). Desde estas instalaciones, el agua se distribuye a más de cincuenta municipios del área metropolitana a través de la Entidad Metropolitana de Tratamiento de Agua (Emshi). Sin embargo, la riada hizo evidente la dependencia de estas plantas y de los canales que transportan el agua.

Durante aquel episodio, la rotura del canal Júcar-Turia y la acumulación de lodo afectaron especialmente a la planta de Manises, que tuvo que funcionar con capacidad reducida durante varios días. Para garantizar que los municipios más afectados por la barrancada tuvieran acceso al agua, Valencia decidió reducir la presión de su red.

Un plan a largo plazo

El plan de infraestructuras hídricas críticas, presentado por la alcaldesa María José Catalá durante el debate del Estado de la Ciudad, contempla que hacia 2031, Valencia cuente con una red alternativa de abastecimiento basada en el acuífero subterráneo que se extiende bajo la ciudad. Esta red permitirá que, en caso de fallo de las potabilizadoras principales, la ciudad pueda mantener el suministro durante un tiempo indefinido, aprovechando las reservas subterráneas, estimadas en 2.500 hectómetros cúbicos que hasta ahora se destinaban principalmente a riego y baldeo de calles debido a su menor calidad.

El proyecto incluye la perforación de nuevos pozos y la construcción de cuatro plantas potabilizadoras en la Ronda Norte, Pío Baroja, Malilla y Tres Cruces. La finalidad es transformar el agua subterránea en potable y garantizar que llegue a los hogares de Valencia, aunque no con la misma calidad que el agua que proviene de Turia y Júcar.

La gestión de esta segunda red recaerá en Emivasa, la empresa participada en un 20% por el Ayuntamiento y en un 80% por Aguas de Valencia, que ya administra la red de agua potable de la ciudad. Según explican fuentes municipales, el objetivo es que esta infraestructura funcione únicamente en caso de emergencia, asegurando la continuidad del suministro y evitando riesgos para la salud de la población.

Imagen de archivo de tuberías para suministrar agua potable a València y su área metropolitana. - EUROPA PRESS
Imagen de archivo de tuberías para suministrar agua potable a València y su área metropolitana. - EUROPA PRESS

El plan contempla también la renovación de 8,6 kilómetros de tuberías arteriales críticas, que actúan como “autopistas de agua” para la ciudad. La rotura de estas conducciones podría provocar el desabastecimiento de un tercio de la ciudad, la reducción de presión en otro cuarto o el corte de suministro en pedanías del sur.

Asimismo, se instalarán grandes grupos electrógenos, ampliación de depósitos y sistemas de vigilancia en infraestructuras estratégicas como el nuevo cauce del Turia y el barranco del Carraixet, con cámaras que permitirán monitorizar crecidas y anticipar posibles incidencias. También se instalarán alertas sonoras a la población, más cañones antiincendios en zonas críticas como la Devesa de El Saler y mecanismos que aseguren el funcionamiento de las plantas potabilizadoras ante apagones prolongados.

Sostenibilidad y riego urbano

Una de las ventajas adicionales de este plan es la ampliación de la red de baja presión, destinada al riego de jardines y al baldeo de calles. Actualmente, los pozos existentes solo permiten cubrir el 80% del riego con agua subterránea, mientras que el porcentaje restante requiere agua potable. La construcción de nuevos pozos permitirá cubrir al completo las necesidades de riego y limpieza, evitando el uso de agua potable en estas funciones y haciendo la gestión más sostenible.

Catalá subraya que Valencia y París son las únicas grandes ciudades europeas con este modelo de doble red, con agua potable de alta calidad y otra red de usos secundarios. La expansión de la red de baja presión permitirá que todas las tareas de riego y baldeo se realicen con agua de pozo, reduciendo el consumo de agua potable y aumentando la sostenibilidad del sistema urbano.

La inversión total del plan asciende a 120 millones de euros y, según el Ayuntamiento, se prevé financiar principalmente con fondos europeos, sin que se incremente el recibo del agua para los ciudadanos. La alcaldesa ha subrayado que la estrategia busca planificación a largo plazo y resiliencia frente a emergencias, evitando decisiones a corto plazo y priorizando la seguridad y el abastecimiento de agua para toda la ciudad.

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