El Pleno solicita la reforma urgente de la Ley de Mecenazgo

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Fachada del Ayuntamiento de València
Fachada del Ayuntamiento de València

El Ayuntamiento de València solicitará a las Cortes Españolas y al Gobierno «una reforma urgente en profundidad» de la Ley 49/2002 de Régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo, la conocida como Ley de Mecenazgo. El Pleno Municipal ha acordado hoy dirigirse al Parlamento y al Ejecutivo central para impulsar unas modificaciones «dirigidas a garantizar la equidad fiscal distributiva por encima de cualquier privilegio».

Así lo exigen tanto la Constitución Española en su artículo 14, y el Tratado Fundacional de la Unión Europea, en su artóculo 107, ha recordado el alcalde de València, Joan Ribó, durante la reunión del Pleno del mes de septiembre.

La propuesta de acuerdo ha salido adelante con los votos de los tres grupos políticos que integran el Govern de la Nau, y en contra de la postura del grupo popular, mientras que Ciudadanos se ha abstenido en la votación. El Pleno ha aprobado así instar al Gobierno del Estado a «dejar a los ayuntamientos la disrecionalidad de aplicar o no las exenciones fiscales y, en el caso de mantener determinadas exenciones en virtud del amparo de la Ley, a compensar a las haciendas locales la pérdida de estos ingresos, como ya se hace con los centros de educación concertada».

El alcalde ha defendido la necesidad de abordar esta reforma desde el convencimiento de la necesidad de gestionar con la base de los valores de la equidad y la igualdad fiscal, «principios fundamentales de una sociedad democrática», ha afirmado. Joan Ribó ha recordado, además, que la Declaración de València, documento firmado el pasado 2017 por la mayoría de alcaldes y alcaldesas de las principales ciudades del territorio español, reunidos en nuestra ciudad, «ya recogía y subrayaba la necesidad de acometer esta reforma». «Las exenciones fiscales son claramente contrarias al derecho comunitario», ha añadido.

El portavoz de Ciudadanos, Fernando Giner, se ha mostrado de acuerdo con el principio de igualdad, pero ha matizado que la definició de una actividad como luvrativa o no «no deriva de la actividad en sí, sino de la asignación que dé al beneficio obtenido». Giner ha acusado al alcalde de «actuar como un juez y decidir qué es correcto y qué no». En parecidos términos se ha manifestado el portavoz del Grupo Popular, Eugenio Monzó, quien ha asegurado que Joan Ribó actúa «desde su inquina personal a la iglesia católica». Monzó ha afirmado que «ninguna actuación administrativa respalda esta decisión del Pleno», y ha añadido que el Ayuntamiento «no tiene competencias en este campo».

El alcalde, Joan Ribó, ha aclarado que la necesidad de que todas las actividades lucrativas tributen en igualdad de condiciones no se opone al derecho de culto ni a los sentimientos religiosos, dado que la tributación en ningún caso afecta a los lugares de culto en sí, como iglesias, mezquitas, sinagogas o similares... sino a las actividades que sí suponen una acción con efectos lucrativos que se lleven a cabo en otros espacios, y ha puesto como ejemplos los centros sanitarios o educativos privados de los que se obtienen beneficios económicos.

LA MOVILIDAD URBANA

En otro momento del debate plenario, se han votado dos mociones, planteadas respectivamente por los concejales Alberto Mendoza (PP) y Narciso Estellés (Ciudadanos) sobre la movilidad en la ciudad. Ambos han instado al gobierno municipal a agilizar la tramitación de la Ordenanza de Circulación, actualmente en proceso de elaboración. Mendoza ha descrito una situación «caótica, desastrosa y deficiente» en la movilidad urbana, mientras que Estellés se ha fijado más en la seguridad vial, y ha instado a la retirada de determinada señalización viaria.

El concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, ha rechazado ambas mociones, y ha acusado a los ediles de “pasear fantasmas y presentar una situación urbana apocalíptica». El edil ha afirmado su preferencia de «debatir sobre datos», y ha asegurado que éstos «reflejan una ciudad que está saliendo de la caverna, y que entra en el siglo XXI con otras urbes del mundo que miran a la modernidad y ponen en el centro de sus políticas de movilidad a las personas y al espacio público».

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