El Ayuntamiento concede por primera vez ayudas para rehabilitar el patrimonio rural

Vicent Sarrià considera que és “urgent actuar sobre estos elements tan oblidats”

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El año que viene habrá, por primera vez en Valencia, ayudas a la rehabilitación del patrimonio rural (alquerías, barracas, molinos, casas rurales o espacios de interés etnológico). Así lo ha anunciado el concejal de Desarrollo Urbano y responsable de la planificación de la ciudad, Vicent Sarrià.

El Servicio de Planeamiento elaborará en el primer trimestre del próximo año las bases reguladoras para la concesión de subvenciones para la rehabilitación o mejora del patrimonio rural protegido, para posteriormente abrir un plazo para presentar las solicitudes.

Tal como ha explicado Sarrià, el presupuesto municipal para 2017 contempla una primera partida de 100.000 euros para estas ayudas, cuyos beneficiarios deberán disponer de la correspondiente licencia de obras previa presentación del proyecto de intervención y del informe de evaluación del edificio. Se podrá recibir un porcentaje del coste de las obras como subvención, que será, como máximo, de 20.000 euros en el caso de Bien de Relevancia Local o Bien de Interés Cultural y, por tanto, incluidos en el Catálogo Estructural de Bienes de Valencia, o hasta un máximo de 10.000 euros si el edificio dispone de una protección estructural, parcial o ambiental incluida en el catálogo del PGOU.

Las subvenciones se otorgarán mediante procedimiento de concurrencia competitiva, y el criterio básico para el otorgamiento de la subvención será el orden cronológico de presentación de solicitudes.

El concejal Vicent Sarrià ha recordado que solo en el Catálogo de Bienes Estructurales que incorpora los BRL y BIC, y que se aprobó definitivamente en 2015, hay unos 200 elementos incluidos, entre los elementos patrimoniales hidráulicos (34, que incluyen 11 molinos, 9 acequias históricas y dos azudes), y 153 de carácter arquitectónico y etnológico de primer grado (como barracas, áreas etnológicas, casas rurales...).

Entre las 23 barracas incluidas se incluyen las de Fifla, Blaio Navarro o la Genuina de la calle del Riu en Pinedo, que forman parte de la arquitectura típica valenciana. Y también alquerías tan significativas como la alquería del Pi; la Fonda en Poble Nou; la alquería de Ferrer en Faitanar; la alquería de Rocatí o la del Brosquil en Castellar, y el riurau Mas del Fondo en Massarrojos, único de estas características en el término municipal.

Cada uno de estos 200 elementos dispone de una ficha individualizada, donde se indica el tipo de obras permitidas. La gran mayoría de ellos se encuentran además en un entorno paisajístico de gran valor.

Por otro lado, está el catálogo en suelo no urbanizable del PGOU, que incorpora protecciones de segundo grado de carácter integral, estructural o ambiental. En el supuesto caso que se agotara la partida inicial de los 100.000 euros previstos, se incrementarán los fondos para que ningún propietario se quede sin ayudas.

“El gobierno municipal apuesta de manera decidida por poner en valor el olvidado patrimonio rural”, ha manifestado Sarrià. “Nadie entendía que una alquería medieval, una barraca, palacios o elementos etnológicos con varios siglos de antigüedad no pudieran recibir ayudas para que sus propietarios los mantengan en condiciones de salubridad para las futuras generaciones, porque son parte de nuestra historia”, ha concluido.

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