Que el poder y la toma de decisiones recaiga sobre los aficionados. Este es uno de los objetivos de las 44 enmiendas en las que Compromís trabaja desde hace un año para que se incluyan en la futura Ley del Deporte, un texto que, actualmente, se encuentra en los pasos previos a su aprobación.
Así, este anteproyecto de ley contempla, entre otras cosas, el deporte como derecho, la igualdad como eje prioritario, un deporte más inclusivo y la regulación de deportistas y entidades. En este último epígrafe es donde existe cierta esperanza para que el Valencia CF se pueda liberar de la gestión de Peter Lim, el máximo propietario del paquete accionarial del club.
En este sentido, desde Compromís se ha puesto el foco en una serie de modificaciones al texto que beneficie a las entidades deportivas valencianas. En el caso del club de Mestalla, tal y como reconoce Joan Baldoví, diputado en el Congreso, “las enmiendas presentadas van en la linea de que las aficiones puedan tener un papel decisivo en la toma de decisiones del día a día de los clubes”.
Democratización de los clubes de futbol
La aprobación de la Ley del Deporte de 1990 supuso el principio del fin de los clubes de fútbol como entidad gestionada por sus aficionados. Pese a la lucha del Valencia CF por impedirlo (como sí sucedió en entidades como el Real Madrid o el FC Barcelona), su reconversión en Sociedad Anónima Deportiva (SAD) fue el primer paso para que el conjunto de Mestalla se vea abocado hoy a un futuro incierto por la gestión de Peter Lim.
La fractura entre afición y máximo accionista, y esa cada vez más creciente desafección por un club en manos de un singapurense que menosprecia el sentimiento de pertenencia a un club centenario, podría verse revertida con la futura Ley del Deporte que, entre otras propuestas, podría eliminar la obligatoriedad de que los clubes sean SAD para participar en las competiciones profesionales.
En el ámbito de las ligas profesionales, el texto establece medidas de gobernanza y transparencia, y la obligación de contar con mecanismos de control económico. Esta democratización de los clubes de fútbol podría suponer un duro revés para Lim, ya que la ley velaría especialmente por el interés de los aficionados y podría establecer un “consejo independiente”. Según el texto, se configuraría de personas que “en atención a sus condiciones personales y profesionales, puedan desempeñar sus funciones sin verse condicionados por relaciones con la sociedad o su grupo, sus accionistas significativos o sus directivos”.
44 enmiendas para un futuro sin Lim
Con todo ello, desde Compromís se trabaja para que esta nueva Ley incluya propuestas que, además de mejorar el funcionamiento de los diferentes deportes, sus competiciones o federaciones, pueda servir de empujón para que el Valencia CF vuelva a manos de su afición.
“Reiteramos un mensaje claro: la soberanía de la afición del Valencia CF sobre un club y un sentimiento centenarios, como garantía de supervivencia, por encima de jugadores o propietarios. También de políticos, 'pelotazos' y ventas horribles”, afirmaba este fin de semana el alcalde Joan Ribó en apoyo a la manifestación convocada por la afición ‘che’.
En este sentido, entre las enmiendas que presenta Compromís, se contempla que los titulares de más del 25% de las participaciones de una sociedad no puedan hacer contratos ni conceder préstamos que puedan influir en las decisiones deportivas, prohibiendo la pignoración de derechos federativos y económicos de una entidad.
Además, buscan que se considere necesario que las personas físicas o jurídicas que tengan una participación en el total de voto de las entidades deportivas igual o superior al 25% tengan lazos con esta entidad, como aficionados o como patrocinadores durante mucho tiempo.
Por otro lado, si se aprueban estas enmiendas, la nueva Ley del Deporte podría contemplar que en caso de venta de una parte significativa de los derechos de voto, las acciones o participaciones de una entidad deportiva, las aficiones, o sus asociaciones, tengan el derecho preferente de tanteo y retracto.
Entre las enmiendas presentadas también se establece que las aficiones legalmente constituidas puedan pedir una auditoría de cualquier entidad que participe en competiciones profesionales, con un auditor que no sea necesariamente el que esta entidad escoja o que el Consejo Superior de Deportes (CSD) controle operadores y intermediarios en la contratación de futbolistas, patrocinio de entidades deportivas y que las asociaciones de las aficiones puedan instar a realizar auditorias a federaciones, ligas profesionales, clubes deportivos y SAD, entre otras.