¿Ha explotado la burbuja de los festivales?

La cancelación del festival Diversity València ha puesto en relieve el problema de la burbuja festivalera

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Festival de los 90s en València
Festival de los 90s en València

2022 ha sido un año clave para los festivales tanto en València como en el conjunto de la geografía española. El Big Sound, Festival de les Arts, el Festival Internacional de Benicàssim, Arenal Sound o el recién cancelado Diversity València son algunos pocos de los festivales celebrados en la Comunitat Valenciana este año.

Los dos años sin poder celebrar ningún evento de estas características debido a la pandemia de la COVID-19, así como por la gran cantidad de demanda de las personas que quieren volver a la realidad antes del virus, han hecho que aparezcan una gran multitud de eventos, festivales y conciertos musicales, hasta tal punto de que se ha generado una “burbuja festivalera” que parece que no podrá aguantar mucho más.

La primera víctima de esta burbuja ha sido el festival Diversity València, que prometía en su primera edición ser referente en el sector con artistas de gran calado internacional. Entre el 21 y 23 de julio se iban a encontrar en el ya escenario de festivales de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias artistas como Christina Aguilera, la banda italiana Måneskin, Karol G, o Iggy Pop, entre otros. A pesar del cartel con nombres de artistas internacionales, los organizadores del festival anunciaron su cancelación a través de sus redes sociales a tan solo 10 días de su inauguración.

“El equipo organizador ha estado trabajando día tras día con el objetivo de poder introducir una ventana musical que pretendía cubrir una base en valores que estuviera a la altura de las expectativas. Estos últimos años han sido difíciles de afrontar y nos hemos topado con la compleja situación que el sector de la cultura y más concretamente el de la música está atravesando a nivel global”, rezaba el comunicado.

Cartel de Diversity València
Cartel del festival Diversity València

Pese a que en el comunicado la organización no aclaraba de forma clara el motivo de la cancelación del festival, muchas fuentes apuntan a la falta de venta de entradas que han imposibilitado la celebración del mismo por falta de dinero, que choca de los anuncios de la propia organización en la que decían que las entradas estaban vendiéndose casi al 100%. Los abonos de este festival rondaban entre los 170 euros para los 3 días y los 1200 euros a los que llegaban las entradas “premium”, y la organización anunció que en breve explicarían el proceso para la devolución de las mismas.

Burbuja que afecta a los trabajadores

La burbuja festivalera ha ido aumentando año tras año, y se ha visto en su máximo esplendor con la vuelta de los grandes eventos musicales tras dos años sin poder celebrarlos. Cada año hay más festivales, así como más asistentes, y cada año los artistas que participan en los mismos aumentan el caché que piden para estar en ellos, dejando mermado el presupuesto de los organizadores para el resto de asuntos como seguridad o el pago a trabajadores. Para poder cubrir los gastos, los organizadores se ven en la necesidad de vender el total de las entradas posibles, y a unos precios que afectan de forma severa a los bolsillos de muchos de los asistentes.

Uno de los puntos de inflexión donde se advirtió del problema de la burbuja de los festivales fue con el accidente que sucedió en el festival “O Son Do Camiño” que se celebró en Galicia del 16 al 18 de junio. Durante el montaje de las instalaciones del festival, antes de que se inaugurara, el escenario principal colapsó y dos trabajadores resultaron heridos de gravedad. Según Alfonso Rueda, presidente de la Xunta de Galicia, este tipo de situaciones se deben a “un mercado saturado de festivales, donde existe una gran demanda pero existen dificultades para encontrar personal”.

Así lo advertía también el Sindicato de Técnicos de Espectáculos el pasado marzo. “Una burbuja impulsada por las administraciones públicas con la finalidad de atraer turismo después de la pandemia”, detallaba. Y solo hay que ver cuáles eran los principales promotores del recientemente cancelado Diversity València, en su mayoría instituciones valencianas y pocas empresas privadas. “Esta sobresubvención alimenta finalmente a la deficiencia y a la precariedad de los trabajadores de espectáculos y eventos”, sentenciaba el sindicato.

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