La reforma del modelo de financiación estatal sigue en pausa y parece que, cada día que pasa, más en segundo plano. Pese a que el Ministerio de Hacienda presentó en los primeros días de diciembre el esperado “esqueleto” del nuevo modelo tal y como se había comprometido, la crisis derivada por la invasión de Ucrania ha movido el foco hacia otras urgencias.
La actual escalada de precios unida a la salida de la crisis sanitaria, hace de la reforma del modelo actual un asunto incómodo para el ejecutivo, ya que las posiciones están muy polarizadas entre las diferentes autonomías, que intentan barrer a su favor para beneficiarse de este nuevo planteamiento.
En el caso de la Comunitat Valenciana, reinaba la satisfacción cuando el Gobierno central presentó el nuevo modelo, que se asentaba sobre el criterio de la población ajustada, como se venía reclamando. Sin embargo, empieza a planear la sombra de un posible final de legislatura sin un acuerdo definido.
Puig reclama un pacto de Estado
La reunión entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el nuevo líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, es un claro ejemplo de ello, ya que este tema no estuvo sobre la mesa en ningún momento.
A este respecto, el pasado viernes, el president de la Generalitat y líder del PSPV, Ximo Puig, anunció que instará tanto a Sánchez como a Feijóo a un nuevo pacto de Estado que incluya la reforma del sistema de financiación autonómica: “No puede estar fuera de la agenda política, no se puede mirar a otro lado”, aseguraba Puig.
El president de la Generalitat remarcaba su desconocimiento al respecto de si se abordó o no este tema en el encuentro e insistía en que es “una realidad para toda España que tiene que cambiar”, rechazando que se aplace este debate “indefinidamente” y abogando por recuperar el pacto autonómico de principios de los 80, en el que “la financiación, sin duda, era un pilar fundamental”.
Para Ximo Puig conseguir una financiación justa “es vital para mantener el Estado del Bienestar”, sobre todo en la crisis actual, y que “siempre” estará en la agenda del gobierno del Botànic que comparten PSPV, Compromís y Unides Podem.
En el caso de la Comunitat Valenciana, la infrafinanciación que sufre el territorio ha provocado incurrir en “una deuda muy grande” para financiar los servicios públicos, algo que aseguraba que continuarán haciendo “si es necesario” hasta que no se reforme el sistema.
Una “cuestión perentoria” para Oltra
Por su parte, la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, aseguraba el pasado viernes durante la rueda de prensa posterior al pleno del Consell, que el cambio del modelo de financiación es una cuestión “perentoria” y que no le preocupa más la postura del nuevo presidente de los ‘populares’, Alberto Núñez Feijóo, que la del anterior, Pablo Casado.
Durante su comparecencia aseguraba que sigue habiendo “margen” para tratar este tema pero incidía en que lo más importante que tiene que haber “es voluntad política” porque “cuando la hay, los márgenes se amplían milagrosamente”.
La vicepresidenta insistía en pedir un “trato justo” y avisaba que los valencianos “no quieren ser ciudadanos españoles de segunda” y que necesitan financiación para “garantizar los derechos”. “La Constitución dice que la financiación tiene que llegar”, finalizaba.