La iluminación de la vereda Mangraners-camí La Mar en Puçol ya es una realidad

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Paz Carceller, Elena Camarero y otras autoridades locales en la vereda Mangraners iluminada
Paz Carceller, Elena Camarero y otras autoridades locales en la vereda Mangraners iluminada

A finales de marzo han concluido las obras de iluminación de la vereda Mangraners, paralela al camí La Mar, que une el casco urbano y la playa; una demanda mayoritaria de los vecinos y de los clubs deportivos de Puçol.

En junio de 2014 se inauguraba la vía ciclo-peatonal vereda Mangraners, con un trazado paralelo al camí La Mar, vía pecuaria que une el casco urbano con la playa.

«Desde esa fecha esta vía se ha convertido en un referente para los vecinos que desean pasear o hacer ejercicio, siendo una de las inversiones más relevantes de las llevadas a cabo en los últimos años», recuerda la alcaldesa Paz Carceller. «Sin embargo, la ausencia de iluminación en un tramo de más de dos kilómetros reducía su uso a las horas de luz, eliminando la posibilidad de ser utilizada, sobre todo en invierno que anochece pronto».

Esta obra se incluyó en el presupuesto de 2020, y tras obtener las autorizaciones pertinentes por parte de la Conselleria de Medio Ambiente (más de un año esperando) se licitó el proyecto técnico, resultando adjudicataria la empresa DE Ingenieros Castellón. Finalmente, tras una nueva licitación para la realización de la obra, se adjudicó a Elecnor, por un importe de 138.000 euros.

En febrero de 2022 comenzaron las obras y desde finales de marzo la iluminación ya es una realidad.

«Consiste en una instalación de alumbrado público sostenible, que consta de 95 luminarias fotovoltaicas autónomas con lámparas LED45, separadas unos 15 metros entre ellas, además de la iluminación de la pasarela sobre la autovía V21, para completar todo el trazado desde la playa hasta el casco urbano», explica la concejal de Urbanismo, Elena Camarero.

Cada punto de iluminación incluye un panel monocristalino integrado, con cubierta de policarbonato estabilizando a los rayos ultravioleta, herméticos y resistentes a impactos, con una temperatura de color de 3000 grados Kelvin.

«Y lo más importante es que incorpora un sensor de presencia, por lo que mediante un sistema de regulación, las luces permanecen encendidas toda la noche a un 30% de potencia y se activan al 100% al detectar el movimiento de personas en la vereda, lo que reduce el impacto ambiental y la contaminación lumínica», añade Elena.

Al tratarse de una vereda cuya titularidad corresponde a la Generalitat Valenciana, previamente al inicio de la obra se ha obtenido la autorización por parte de ésta, organismo que ha sido el encargado de determinar las características técnicas, así como la ubicación de las luminarias.

«En definitiva, con esta obra se mejora la seguridad de los usuarios de esta vía, y se atiende la demanda de los ciudadanos, tal y como quedó reflejado en los presupuestos participativos», finaliza la concejal.

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