El Pirata Beach Fest ha cerrado su séptima edición convertido en uno de los grandes protagonistas del verano festivalero en València. El recinto ubicado en la playa de Gandia se llenó de música, energía y conciencia social del 9 al 12 de julio con una asistencia diaria que superó los 30.000 espectadores.
El cartel, con más de 60 artistas repartidos en cinco escenarios, dejó lo que la organización califica como “momentos para la historia”. Entre ellos, destaca el esperado regreso de La Raíz a su ciudad natal y los conciertos “potentes” de músicos y grupos como Residente, Kase.O, Fermín Muguruza, Soziedad Alkohólika, Mägo de Oz y Oques Grasses.
El ‘sold out’ de abonos semanas antes del evento ya auguraba una edición de éxito. En este sentido, desde la organización subrayan que el público, con una media de edad de 29 años, acudió mayoritariamente desde municipios de la Comunitat Valenciana. Sin embargo, un 40% del total fueron asistentes llegados desde todos los puntos del país e incluso de Europa.
Conciencia, humor y sostenibilidad
Y aunque la música representa gran parte del festival, la experiencia fue más allá de los conciertos. Así, más de 4.000 personas se alojaron en la zona de acampada, que ofrecía sombra, zonas de descanso y servicios acondicionados. Además, un sistema de autobuses lanzadera conectó la estación de tren, la playa y el recinto, permitiendo un acceso fluido y sostenible.
Uno de los aspectos más valorados por los asistentes, según señala la organización, fue la combinación entre ocio y compromiso social. La iniciativa solidaria Barco de Alimentos Pirata, desarrollada junto a la fundación Ca Saforaui, permitió recoger 600 kilos de alimentos no perecederos destinados a colectivos vulnerables. A cambio, los participantes recibieron una bandana pirata exclusiva, símbolo del espíritu colaborativo del festival.
A su vez, la programación también incluyó un toque humorístico, que lo puso nuevamente la revista El Jueves, colaboradora habitual del evento. La publicación aportó sátira y crítica en sintonía con la identidad rebelde del Pirata. Esta alianza refuerza el carácter del certamen como espacio donde la música, la conciencia y la diversión conviven sin contradicción.
Por último, la organización ha destacado el “esfuerzo logístico” detrás del evento y celebra haber superado las expectativas: “Esta edición demuestra que se puede ofrecer una experiencia cultural completa sin renunciar a valores como la sostenibilidad, la solidaridad y la convivencia”, concluyen al tiempo que aseguran ya trabajan en la próxima edición.