Valle Sallés: ' El 'Jardín de mi hospi' es un pulmón para que los niños enfermos de cáncer respiren aire fresco y recuperen la alegría'

La Fundació ‘Juegaterapia’ ens explica les noves accions que estan duent a terme per a millorar l’estada en els hospitals dels xiquets

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Menores con cáncer en el Jardín de mi Hospi de Juegaterapia
Menores con cáncer en el Jardín de mi Hospi de Juegaterapia

'Juegaterapia' es una fundación que intenta mejorar la estancia en los hospitales de los niños enfermos de cáncer, a través del juego.

Desde hace unos años, han creado 'El jardín de mi hospi', un proyecto que recupera las azoteas de los hospitales, y las convierten en zonas verdes de juego donde los niños pueden adentrarse en un mundo de fantasía para olvidarse, por un momento, de sus tratamientos.

Esta fundación, con la colaboración tanto de empresas como de particulares, ya han llevado a cabo estos extraordinarios jardines en dos hospitales de Madrid. Y, por fin, ha llegado el turno del Hospital La Fe de Valencia, donde pronto comenzará la construcción de una espectacular zona de juego y naturaleza.

València Extra ha hablado con Valle Sallés, directora de 'Juegaterapia', que nos ha explicado la importancia del juego para estos niños:

¿Cómo surgió Juegaterapia?

De una forma completamente espontánea e intuitiva. Hace cuatro años Mónica Esteban, Presidenta y Fundadora de Juegaterapia, tenía en su casa una PSP de su marido que no utilizaba, y decidió llevársela al hijo de una compañera de trabajo de su amiga que estaba en el hospital enfermo de cáncer. A Aaron. Resulta que él ya tenía una pero le dice que en la habitación de al lado hay un niño que está muy triste y que seguro que le encantaría. Se la dio y vio cómo se le iluminaba la cara, le dio las gracias, se puso a jugar y se animó muchísimo. A los médicos y a las enfermeras les pareció una buenísima idea. En ese momento, Mónica decidió hacer algo para intentar ayudar a más niños. Cuando llegó a la oficina empezó a pedir consolas olvidadas que sus compañeros pudieran tener por ahí en algún cajón a cambio de cafés. Ella era directora creativa de una agencia de publicidad. Y a la mañana siguiente, tenía tres encima de la mesa. A la siguiente, se encuentra con diez… y es ahí cuando empezó, con la ayuda de algunos compañeros, a organizar esta idea. Un amigo le pone nombre, Juegaterapia, y luego surge el eslogan: “la quimio jugando se pasa volando”

¿Habéis podido comprobar que el juego ayuda a los niños a superar su enfermedad?

El juego es importante, necesario, para todos los niños. Pero para los pequeños que tienen que pasar largas estancias en los hospitales con una sensación de angustia e incertidumbre, aún más.

Mario Alonso Puig, médico cirujano y conferenciante, explicó para Juegaterapia la importancia del juego en los pacientes pediátricos porque “cuando el niño juega, se divierte, y consigue abstraerse por completo, su cerebro libera unas sustancias, las endorfinas, que son analgésicos naturales y algunas llegan a ser hasta 300 veces más potentes que la morfina”.

Y si ellos no pueden salir a jugar fuera de su habitación, nosotros nos vamos a encargar de llevarles el juego a sus camitas. Nos lo planteamos como una guerra en la que hay que luchar para vencer a este enemigo y desde Juegaterapia utilizamos las mejores armas, las que más les gustan a los niños: Videoconsolas, tabletas, jardines…

¿Cómo surgió la idea de 'El jardín de mi hospi'?
De nuestro trabajo en los hospitales. Nuestros niños, con las videoconsolas juegan y se evaden… pero cuando están un poquito mejor de salud y sus médicos les dejan salir a jugar fuera, no tienen espacios seguros en los hospitales para ellos, donde puedan jugar al aire libre. Son niños muy frágiles, que tienen bajadas de defensas, por lo que no siempre pueden ir a jugar a las zonas comunes de juego de los hospitales donde hay otros niños con otras patologías.

En el 2012 firmamos un acuerdo de colaboración con el Hospital La Paz de Madrid para la entrega de videoconsolas, y cuando terminamos la reunión le preguntamos al subdirector gerente cual era su sueño. Nos dijo que le encantaría tener un jardín para los niños. Y nosotros le dijimos “¿tu quieres un jardín? Pues nosotros te lo hacemos”. Y nos pusimos en contacto con nuestro amigo Joaquín Torres de A-cero para que nos hiciera el diseño que, al minuto, nos dijo que sí cuando se lo propusimos.

¿Cuál ha sido la experiencia en otros hospitales en los que este jardín ya está en funcionamiento?
Los niños son felices. Nos cuentan los médicos y padres que salir a jugar al jardín por la tarde un ratito cada día, les devuelve a su vida de niño. Con normalidad como si estuviera en su casa y saliera a jugar al parque. Cada día que visitamos los hospitales los médicos, enfermeras, padres y familiares nos dicen que el jardín les da la vida a los niños. Es como un pulmón para respirar aire fresco y recuperar la alegría.
¿Qué procedimiento seguís para construir un jardín en un determinado hospital?
Hablamos con el hospital y lo primero visitamos la azotea. Aunque los jardines son para todos los niños ingresados, siempre son hospitales con oncología pediátrica. Una vez vemos que el proyecto es viable, encargamos el diseño del mismo a un estudio de arquitectura. Antes de hacer el diseño, visitamos el hospital con los arquitectos y hablamos con los niños para ver qué quieren en su jardín. Y cuando ya tenemos toda esa información, nos ponemos en marcha con el diseño y con la recaudación de fondos. Son jardines hechos un poco entre todos, porque hacemos un llamamiento por televisión, solicitando sms y esa es la parte más importante de la financiación. Después, hay muchas empresas que quieren formar parte de este proyecto y colaboran económicamente hasta que lo tenemos todo. Entonces, se lo comunicamos al hospital que comienza los trámites para la aprobación del proyecto.
¿Cuáles son vuestras principales acciones?
Trabajamos con los niños enfermos de cáncer en los hospitales, con videojuegos y videoconsolas y transformamos las azoteas en jardines al aire libre. Además, hacemos intervenciones para humanizar los hospitales, cambiamos la Unidad del Dolor, por Color, hemos hecho un cine, y ahora la Estación Lunar.
La Estación Lunar son habitaciones de oncología pediátrica, en las que ingresan niños con tratamientos de larga duración y necesidades especiales de aislamiento. Lo que hemos hecho, ha sido transformar estas habitaciones en una especia de nave espacial, en la que podrán contemplar el firmamento o viajar al espacio, entre otras muchas cosas.

 

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