València encara una coyuntura social y económica en la que el acceos a la vivienda por parte de la ciudadanía es cada vez más difícil. El aumento de las viviendas turísticas en la ciudad son una de las causas de, por un lado, de la falta de oferta de viviendas para alquilar; y, por otro, el encarecimiento de esos pocos pisos que sí están disponibles para alquilar.
Precisamente, decenas de edficios ubicados en barrios como l'Eixample, El Grau, la Zaidía o Ciutat Vella han cambiado han cambiado desde el año 2016 su uso residencial por un uso terciario, destinado a pisos turísticos u otro tipo de negocios.
El Ayuntamiento de València ha tomado cartas en el asunto con el objetivo de facilitar que cualquier persona pueda acceder a la vivienda. Por ello, han incrementado la inversión de las ayudas al alquiler para tratar de cubrir "toda la demanda", explicó Pere Fuset, portavoz de Compromís per València durante un acto de esta formación.
"¿Qué hemos hecho hasta ahora? Las ayudas al alquiler las hemos estado multiplicando prácticamente por tres desde que llegamos. Así se ha pronunciado el alcalde de València, Joan Ribó, sobre el aumento hasta los tres millones de euros de las ayudas destinadas a ayudar municipales a las familias a pagar el alquiler.
Además, Ribó sitúa la colaboración entre la administración pública y el ámbito privado como un elemento esencial para la construcción de vivienda pública que se pueda destinar al alquiler sostenible. "El Ayuntamiento no tiene recursos suficientes, tampoco es su competencia directa, pero sí que queremos ayudar facilitando la colaboración publico-privada", ha insistido Ribó.
Así, el alcalde de València ha asegurado que el consistorio valenciano tiene la propiedad de diversos solares en la ciudad en los que, si se coopera con empresas constructoras, se pueden "llegar a acuerdos" para crear un parque de viviendas de alquiler asequible.