Actualmente, los aparatos más efectivos para regular la velocidad en las carreteras españolas y evitar los accidentes de tráfico son los radares. La Dirección General de Tráfico (DGT) cuenta con un total de 780 radares fijos, de los cuales 92 son de tramo.
De acuerdo con el organismo de tráfico, el exceso de velocidad en las carreteras españolas supone la tercera causa mediata de los accidentes graves. En 2021, el exceso de velocidad se ha visto en el 50% de los siniestros. Por ello, la DGT considera más que necesario estos aparatos en las carreteras españolas para velar por la seguridad de los conductores.
Por el momento, el radar fijo más lucrativo de la DGT está situado en el kilómetro 478 de la AP-7, en València, a la altura de Sagunto. Durante 2021, llegó a sancionar a más de 60.525 conductores, es decir, una media de 166 multas al día. Además, también se lleva el premio como “radar que más multas pone” durante los años 2019 y 2020, ya que puso 59.443 y 47.711 denuncias respectivamente. En total, sumando las cifras de los tres últimos años, ha denunciado a 167.679 automovilistas.
Este tipo de radares son los que más multas acumulan ya que, de las tres millones que pone Tráfico cada año de media, más de dos millones provienen de esta clase de radares. Estos aparatos pueden ser de cabina o estar ubicados en postes al margen de la vía, o en ocasiones, colocados en pórticos.
Las multas por velocidad pueden llegar a ser muy altas, pero variará dependiendo del límite que se haya superado. Las sanciones van desde los 100 euros sin resta de puntos a los 600 y con la pérdida de dos a seis puntos del carnet. Incluso se puede ir a la cárcel si se considera conducción temeraria que pone en peligro a los demás conductores.