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Cuando ya empieza a perfilarse cómo será el futuro barrio del Cabanyal, una nueva asociación vecinal, que ya lleva trabajando desde antes de verano, nace con el objetivo de defender una remodelación del barrio mucho más social y comunitaria, alejada de la turistificación, y donde se garantice una vivienda digna para todos y todas.
Así, afirman que “en un momento de reconsideración de los planes urbanísticos municipales para el barrio marítimo”, su objetivo principal es que el Pla Especial del Cabanyal-Canyamelar (PECC) “deje de ser un plan de urbanismo especulador y depredador de recursos”.
En este sentido, Cuidem Cabanyal-Canyamelar, como así se llama esta nueva asociación vecinal, ha presentado un total de 14 alegaciones con el respaldo de un total de 100 firmas de vecinos y vecinas que apoyan estas propuestas. Unas propuestas que reivindican más zonas verdes, la reducción de las alturas de los edificios o el fomento de la movilidad sostenible en el barrio, entre otros aspectos.
Entre las alegaciones, el tema de las viviendas ocupa un espacio destacado. Y es que no solo piden que las alturas de las viviendas tendrían que ser de un máximo de tres para respetar la idiosincrasia del barrio y evitar romper la armonía paisajista del Cabanyal-Canyamelar, sino que aseguran que “el PECC no prioriza la rehabilitación y reconstrucción del Conjunto Histórico Protegido sobre la nueva construcción”.
Por eso, frente a la propuesta de construir 1.402 viviendas nuevas de las que 466 serán libres, desde la asociación vecinal recomiendan la “reconstrucción y rehabilitación de viviendas dentro del Centro Histórico Protegido para fomentar la reconstrucción del barrio desde dentro”, y añaden que “hay más de 200 solares dentro del barrio de los que buena parte de ellos son públicos; 250 edificios en mal estado y con necesidades de rehabilitación; y una parte del parque de viviendas vacío”. Así, aprovechando estos espacios, “se podría reducir las alturas de las unidades de ejecución sin tener que renunciar a ninguna vivienda dotacional ni de VPO”.
Otro de los aspectos fundamentales es el riesgo de turistificación. En este aspecto, Cuidem Cabanyal-Canyamelar afirma que en el plan no existen medidas para evitar esta problemática que ya afecta a otras zonas de la ciudad, como Ciutat Vella. Y es que, desde su punto de vista, la proyección de un hotel y una residencia universitaria “tendrían un impacto negativo en la cohesión social de la zona, ya que profundizarán en los procesos de turistificación y gentrificación”.
Más zonas verdes para el barrio y promoción de la sostenibilidad
“Las zonas verdes son insuficientes e incoherentes”. Así de tajantes se muestran en este punto de las alegaciones presentadas. Y es que, dicen, “se cuentan rotondas como zonas verdes”. Por tanto, unido al aumento de población nueva que entraría en el barrio con la construcción de viviendas, las zonas verdes por habitantes se reducirían considerablemente, incluso “por debajo de los valores mínimos recomendados”. En total, en el PECC habría casi un 10% de zona verde que no habría que contarse como tal.Por otra parte, señalan que no se prevén medidas de promoción de la movilidad sostenible, aunque en el PECC sí que se refleja que las actuaciones deberán ir en consonancia con el Plan de Movilidad Urbana Sostenible de València. De esta manera, y como “en el PECC no está asegurada la implementación de carriles bici ni elementos disuasivos de la movilidad privada de vehículos de motor”, solicitan conectar el barrio mediante carriles bici.
La zona marítima
Desde Cuidem Cabanyal-Canyamelar consideran “inadmisible” establecer un límite del 30% para el número de viviendas turísticas por isla inmobiliaria, ya que “es el triple de lo que se pone para otras zonas”. Además, proponen la creación de un corredor verde, haciendo uso del antiguo trazado de las vías del tren, que conectaría el bario y ampliaría las zonas verdes. Eso sí, para su realización, exponen, sería necesario un rediseño de las edificaciones proyectadas.