La Fe participa en una investigación europea para diagnosticar tumores infantiles mediante biopsias líquidas

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El Grupo de Investigación Clínica y Traslacional en Cáncer del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS La Fe) participa en el consorcio Liquidehope del programa europeo ERA-NET, que lleva a cabo una investigación para diagnosticar y monitorizar tumores infantiles mediante biopsias líquidas.

El objetivo del proyecto es detectar aquellos marcadores tumorales en sangre y médula que permitan realizar un diagnóstico y seguimiento precisos de la evolución de algunos neuroblastomas infantiles con peor pronóstico, según ha informado el IIS La Fe en un comunicado.

Con motivo del Día Internacional del Cáncer Infantil, la Asociación Española contra el Cáncer de Valencia, AECC Valencia y Banco Santander han visitado el IIS La FE para conocer "de primera mano" el proyecto, liderado por el investigador Jaime Font De Mora Sainz para avanzar en el tratamiento personalizado del neuroblastoma infantil y que ambas entidades han apoyado.

Este proyecto de investigación, que se desarrollará hasta 2022, tiene como objetivo mejorar el tratamiento del neuroblastoma infantil, un cáncer que cada año afecta a 80 niños en España, y representa el 11 por ciento de todas las muertes relacionadas con tumores en edad infantil.

"La lucha contra el cáncer empieza con la investigación. Es esencial averiguar cuáles son las bases moleculares que hacen que una célula normal se convierta en cancerosa para encontrar mejores tratamientos", ha asegurado el doctor Font de Mora.

Casi la mitad de los nuevos diagnósticos de neuroblastoma son considerados con "alto riesgo de recaída". Así, aunque la poliquimioterapia produce una respuesta inicial "positiva", estos tumores provocan "frecuentemente recaídas" con metástasis a otros tejidos.

A pesar de que las biopsias quirúrgicas permiten en algunas ocasiones monitorizar la evolución de los tumores, no siempre puede recurrirse a ellas debido a su carácter invasivo. Además, muchas veces estas biopsias no pueden reflejar de manera "precisa" la dinámica del cáncer, la hetereogeneidad intratumoral y la sensibilidad farmacológica con mayor probabilidades de cambio durante el tratamiento.

ESTUDIO RETROSPECTIVO

Desde el próximo mes de abril y hasta 2022, LiquidHope realizará un amplio estudio retrospectivo para identificar aquellos marcadores tumorales que pueden predecir la respuesta del organismo a los tratamientos.

De esta manera, el personal médico podrá "no sólo detectar de manera temprana los tumores si no también monitorizar la evolución y detectar la resistencia a los tratamientos", ha detallado. Esto ayudará a elegir tratamientos alternativos y personalizados para niños con neuroblastomas de alto riesgo.

Además, avanzar en el ámbito de las biopsias líquidas contribuirá "decisivamente" al diagnóstico y seguimiento de tumores de difícil acceso.

En una primera fase de dos años, se estudiarán de manera retrospectiva muestras de sangre y de médula ósea de 390 pacientes recogidas en un ensayo clínico europeo de neuroblastoma de alto riesgo.

En una segunda fase de un año de duración, se validarán los resultados obtenidos en muestras de 30 pacientes del nuevo ensayo clínico "de alto riesgo" (Siopen-HRNBL2) que tiene previsto abrirse en mayo o junio de 2019.

El grupo de investigación de la Fe estudiará los cambios epigenéticos mediante metilación del ADN libre circulante en plasma.De esta manera, será posible identificar aquellos pacientes cuya evolución será peor y los genes implicados en ello.

El neuroblastoma es el tumor extracraneal más habitual en niños. Son poco frecuentes, pero cada año en Europa se diagnostican unos 35.000 casos nuevos de niños y adolescentes. En España se diagnostican alrededor de unos 1.000 casos por año.

Con una mediana de edad al diagnóstico de 16 meses y más del 95% de los casos diagnosticados antes de los 7 años, el neuroblastoma representa de un 8 a un 10% de todos los casos de cáncer pediátrico y se caracteriza por su gran heterogeneidad biológica, clínica y de supervivencia.

La edad, el estadio clínico y la amplificación del oncogen N-myc (NMA) fueron los primeros factores empleados por los clínicos para discriminar a los pacientes en grupos de riesgo.

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