El toque de queda suena desde la Catedral de València siguiendo una tradición medieval

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Los campaneros de la Catedral de València realizan cada tarde, desde la torre campanario del Micalet, el denominado toque de queda o de "tancament de muralles" (cierre de murallas), una tradición medieval que fue recuperada en 1988 con la restauración de las campanas de la Seo y del toque manual.

Este toque "no es manual ya, sin embargo, porque se realiza mediante mecanismos de aire comprimido que imitan la acción de los campaneros y se hace con la campana llamada 'El Manuel' entre el toque de oración o ángelus de la tarde y el de ánimas, es decir, desde las 20.00 hasta las 20.0030 horas en invierno, y una hora más tarde en verano", explica, en un comunicado, el presidente de la asociación Campaners de la Catedral de València, Francesc Llop.

En la Edad Media, el toque de queda con las campanas "se conocía como 'El seny del lladre' ya que las cinco campanas grandes -'El Manuel' entre ellas-- se llamaban, en esa época, 'els senys', y también porque el toque era una señal, un aviso", ha precisado.

Este aviso "consta de toques primero lentos y luego acelerados y en la actualidad apenas se puede escuchar en el centro histórico de la ciudad", según Llop, que ha añadido que "el cierre de las murallas se hacía de forma coordinada por este toque y los que no llegaban a tiempo se quedaban 'a la luna de Valencia', pues solamente una de las doce puertas de la ciudad quedaba abierta, y sólo se podía pasar mediante el pago de peaje".

Además, en la sociedad tradicional "el toque de queda nocturno no tenía una connotación negativa sino más bien práctica: las campanas recalcaban que había venido la noche y en una ciudad sin luz en las calles era prácticamente imposible ir de un sitio a otro ya que la ciudad estaba completamente oscura".

 

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