El empleo femenino padece mayor precarización, dependencia y temporalidad

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La Concejala de Desarrollo Económico Sostenible, Sandra Gómez, ha presentado hoy el primer informe sobre la realidad de las mujeres en el mercado de trabajo en la ciudad de Valencia, un documento que refleja la situación de “marginación y desigualdad” que afecta a las mujeres, y que en los últimos años se ha visto más agravada aún por efecto de la crisis. En el marco del 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, la Concejalía de Empleo ha puesto en marcha una serie de medidas de formación, promoción y sensibilización.

El objetivo del informe es doble: por un lado, disponer de un diagnóstico claro de la situación de la mujer en el marco laboral, de cara a poder definir las actuaciones específicas de la Concejalía. Y por otro, ha explicado Gómez, “obtener datos objetivos de una realidad incontestable: la situación de desventaja de las mujeres dentro del mercado de trabajo”. Hay que tener en cuenta que hasta ahora no se había realizado ningún informe similar, “porque lo que teníamos hasta ahora era muy parco y no específico sobre la mujer”, ha lamentado la concejala.

El análisis estará disponible en los próximos días en la web municipal, así como en la web de València Activa. Las principales conclusiones que se desprenden de los datos versan sobre las afiliaciones a la seguridad social, la evolución de las contrataciones, y la evolución del paro femenino.

Respecto a las afiliaciones a la Seguridad Social, en 2015 y 2016 el 52% son mujeres, pero al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos este porcentaje desciende hasta el 37%. Es el sector Servicios el que concentra el número más elevado de afiliaciones a la seguridad social de mujeres, especialmente en el Régimen del Sistema Especial de Empleados del Hogar, que está totalmente feminizado (con un 96% de mujeres). Asimismo, el 57% del total de contratos temporales son mujeres, y de las afiliaciones que son mediante contratos a tiempo parcial, el 67% son contratos a mujeres.

“Todo ello demuestra que la flexibilización y la precarización laboral afecta en mayor medida a las mujeres; que son las mujeres quienes padecen mayor dependencia laboral y mayor temporalidad en los contratos”, ha lamentado Sandra Gómez.

En cuanto a evolución de las contrataciones, entre 2007 y 2017 se ha producido una destrucción drástica del empleo femenino: 10.119 contratos menos (de 19.329 a 9.210). Tal como ha destacado Sandra Gómez, “en los últimos año se observa un leve repunte, pero es todavía insuficiente”. En cifras totales de contratos por año a mujeres, la reducción es de 100.000 en sólo 3 años: de 249.878 en 2007 a 149.862 en 2010.

A esta situación se suma el aumento del desequilibrio entre el número de contratos a varones y a mujeres: si bien en 2007 los valores eran similares en cuanto al número de contratos a varones y a mujeres, a partir de 2009 se empieza a observar este desequilibrio, que se mantiene en la actualidad.

Finalmente, el informe analiza el impacto en el empleo por grupos de edad. El grueso de las contrataciones (entre el 55% y el 65% del total) se realiza a mujeres de 25 a 44 años, “aunque el número es menor que a los varones de la misma edad”, ha matizado Sandra Gómez.

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