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El inicio del nuevo curso escolar también trae implícito que comiencen a promocionarse un amplio abanico de fiestas que, en la mayoría de casos, ya comienzan los jueves. Muchas discotecas y pubs ya se han preparado para volver a atraer a los más jóvenes a sus locales. Una pesadilla para los vecinos de alrededor que, de no regularse, tendrán que volver a lidiar con los botellones y los ruidos nocturnos y la suciedad que eso conlleva. Zonas como Benimaclet, Plaza España, Honduras o el Cedro son algunas de las más afectadas. Una situación que no respeta el descanso vecinal, y que desde 2013 también se repite en la Cruz Cubierta.
Hace casi un año, València Extra hablaba con el secretario de la Asociación de Vecinos Bulevar Sur-San Vicente Mártir para conocer más de cerca el malestar de los vecinos. “Cada fin de semana, muchos jóvenes acuden a esta discoteca. Y el resultado siempre es el mismo: Botellón, peleas y suciedad. Desde el 2013, llevamos denunciando esta situación. Hemos grabado vídeos, hemos organizado concentraciones, hemos hecho fotografías e, incluso, hicimos un tríptico informando de lo que aquí ocurre cada fin de semana, pero nada. Es cierto que cuando denunciamos de manera continuada, nos hacen caso y hay una mayor presencia policial, pero cuando pasan unas semanas, se vuelve a lo de antes”.
Una situación que parece que nunca llega a su fin a pesar de las múltiples muestras de protesta de los vecinos de este barrio valenciano. Sin embargo, todo apunta a que ya se están sentando las bases para lograr una convivencia entre los que buscan divertirse y los que necesitan descansar. En este sentido, tanto la Policía Local y la concejalía de Protección Ciudadana, como los responsables de la discoteca situada en la Cruz Cubierta han informado que pactarán diferentes medidas para facilitar las necesidades de ambas partes.
De esta manera, algunas de las pautas que se podrían seguir sería el cierre al tráfico de las zonas en las que se detecta una mayor concentración de personas para evitar el botellón, dejando tan solo vía libre a los vecinos; aumentar la vigilancia policial para evitar actos vandálicos; o intensificar los controles de alcoholemia y drogas. Por su parte, los responsables de la discoteca también se han comprometido a controlar los ruidos en el exterior del local, así como a mantener limpio el entorno.
Por el momento, habrá que esperar para saber si se siguen estas medidas, si se mantienen a lo largo de todo el año y, lo más importante, si los vecinos de la Cruz Cubierta, finalmente, encuentran el descanso que durante años han reivindicado.