Descubren a un policía infiltrado en movimientos sociales de un conocido barrio de València

Se trata de un agente de Policía Nacional que llevaba dos años en el activismo de la capital valenciana

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Un agente de la Policía Nacional
Un agente de la Policía Nacional

Desvelado un nuevo caso de infiltración de la policía nacional en movimientos sociales, esta vez en València. El medio de comunicación La Directa ha revelado hoy que en marzo de 2020 un joven bajo la falsa identidad de Ramón Martínez Hernández se introducía en el movimiento popular de la capital valenciana, por lo que se confirma que los dos policías infiltrados en grupos sociales de Barcelona no eran casos aislados.

Desde este medio han confirmado que la verdadera identidad de esta persona, que durante dos años ha estado fingiendo para espiar desde dentro las actuaciones de movimientos sociales, corresponde a las iniciales R.M.F., y es agente de la policía española y originario de un municipio costero de la comarca catalana del Baix Llobregat.

La confirmación de la identidad se ha llevado a cabo de manera minuciosa. Tal es así que se han comparado fotografías de su juventud y de su etapa como activista en este grupo en València, y los resultados concluyen que "sin ningún género de dudas, las fotografías corresponden a una única y misma persona".

Este hombre,  Ramón Martínez Hernández, juró el cargo de funcionario a la Policía el 13 de junio de 2019, dos años después de ingresar en la Escuela Nacional de Policía de Ávila. Fue, pues, en marzo de 2020, ya con una identidad falsa y 28 años, que se le veía por primera vez en 'Cuidem Benimaclet', una asamblea vecinal abierta que aglutina a familias, personas mayores y jóvenes para detener la ejecución de un proyecto urbanístico en este barrio de València. Según indica la investigación, la asamblea se paró con la pandemia del covid, pero a través de un grupo de Telegram el topo continuó al día de los debates y las acciones que se trataron durante el confinamiento.

Fue entonces cuando pudo entrar en profundidad en esta asociación, aprovechando la pandemia. Además, cuando se fueron relajando las medidas entró un grupo de combate muay thai y en Grama, la red de reciclaje y reparto de alimentos de Benimaclet, así como también se adentró en el activismo del Centre Social Okupat Anarquista (CSOA) L'Horta. En concreto, su incorporación a Grama le permite adentrarse en el grupo de apoyo a la comunidad migrada que vive en La Garrofera, un edificio actualmente abandonado que había sido una central lechera.

Este grupo le permite entrar al movimiento antifascista valenciano y convertirse en militante activo en movilizaciones y acciones directas, lo que le permite participar en varios acontecimientos celebrados el pasado 11 de abril de 2021, en el acto político y la manifestación en homenaje a Guillem Agulló, el joven antifascista asesinado por la extrema derecha.

Una vida de engaños

Tal y como desvela la investigación, Ramón Martínez se presentó como un joven de clase trabajadora que se había criado en Bellvitge y que desde joven había trabajado como albañil con su padre y en 2019 había llegado a Valencia con su pareja, con la que vivía, pero que poco después lo dejaron.

Desde el inicio de su incorporación nunca explicó más detalles de su vida, y el resto de miembros de los grupos entendieron que era una persona tímida. En otoño de 2020 empezó Trabajo Social en la Universidad de València (UV). En paralelo, utiliza una presunta actividad política en l'Esquerra de l'Eixample, en Barcelona, durante el proceso independentista, para entrar en el grupo. Poco a poco, se va introduciendo en varios grupos relacionados con el activismo y el movimiento social.

Según relatan varios testimonios a La Directa, Ramón Martínez mostraba mucho interés por la actividad política de Benimaclet y siempre estaba dispuesto a colaborar en la organización de cualquier movilización, actividad o acción. La proactividad, el compromiso y la implicación marcaron su estrategia para infiltrarse.

La noticia de la infiltración de Marc Hernández Pons en junio provocó las primeras sospechas sobre Ramón Martínez en su entorno más cercano. Según lo que se había publicado, los métodos eran muy similares a los del presunto activista de Valencia: poca información del pasado y una militancia acérrima en pocos meses.

Tal y como desvela el propio diario, el falso activista pudo hacer varios trámites legales y administrativos con su identidad inventada. En septiembre de 2021, anunció que volvería a Barcelona y para despedirse celebró una cena en el Centro Social-bar Terra y se marchó de Valencia el 20 de septiembre de 2021.

Además, avisó que no quería mantener ningún vínculo con nadie porque no le gustaban "las relaciones a distancia" y que abandonaría la actividad política. Finalmente, este lunes 13 de febrero, ha sido expulsado de todos los canales de comunicación colectivos.

El presidente de Òmnium Cultural, Xavier Antich, ha sido el primero en reaccionar a esta investigación a través de Twitter, y ha denunciado que "para el Estado es más peligroso el antifascismo que el fascismo". En su tweet ha mostrado todo el apoyo a las organizaciones en las que se infiltró el agente.

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