La Coordinadora Campesina del País Valencià, integrada en la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), ha denunciado este jueves la "destrucción" de más de 60.000 metros cuadrados de huerta productiva debido a las obras de ampliación de la V-21.
En un comunicado, ha criticado que esa ampliación provocará la desaparición de un total de 198 parcelas repartidas entre las partidas de Saboia, Miracle, Mar, Vera, Calvet y Masquefa, una zona de "gran intensidad" productiva y con "centenares de años de tradición campesina".
Ha denunciado que se trata de un proyecto "que condenará y destruirá el mundo rural y campesino que sobrevive en l'Horta Nord" y ha recordado que ese mundo rural "recibe diariamente, y desde ya hace demasiados años, multitud de agresiones que dificultan su viabilidad y supervivencia, y tan solo sigue existiendo gracias al esfuerzo de centenares de labradores que resisten frente un área metropolitana que les agrede".
"Las autoridades miran hacia otro lado o, directamente, nos insultan como en el caso de las aguas residuales que contaminan las playas", han señalado las mismas fuentes, cuestionando "un mercado que, directa y públicamente, apuesta por la desaparición de los pequeños productores, por la concentración de tierras (Ley de Estructuras Agrarias) y la industrialización y desnaturalización de la actividad productiva".
También han censurado desde la coordinadora la poca "energía" de las políticas del Consell y del Ayuntamiento de València. "Los grandes proyectos de infraestructuras, y en concreto el puerto de València, pasan por encima de las instituciones democráticas valencianas y están al servicio del empresariado más ambicioso y destructivo", han incidido.
Para la entidad, labradores y consumidores deben "empoderar y movilizar en defensa de un modelo alternativo, en defensa de las pequeñas fuerzas productivas, del tejido familiar campesino, de los mercados municipales y, en suma, de los intereses en salud pública de todos los valencianos".
Además, ha puesto el foco sobre la emergencia climática, que debería llevar a un "consenso entre autoridad y el pueblo" para proteger la huerta como un "espacio verde que ayuda a reducir los efectos de las altas temperaturas y que garantice la soberanía alimentaria".
"Estaremos alerta y dispuestos para la lucha ante cualquier proyecto que vaya en contra de los intereses de nuestra gente", ha asegurado COAG, desde donde han calificado la situación como una "emergencia rural".