La libre circulación de los vehículos que contaminen tiene los días contados. Al menos, en algunas áreas de la ciudad de València. Según el plan que está elaborando el Ayuntamiento, la Zona de Bajas Emisiones se implantará en cinco grandes áreas que se controlarán mediante 274 cámaras de vigilancia en casi un centenar de puntos de control.
La Junta de Gobierno Local aprobó el pasado viernes la contratación del suministro del sistema de gestión y control necesario para la implantación de una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en la ciudad. Tal y como establece la Ley de Transición Ecológica, la ZBE tendrá que estar operativa antes de que finalice 2023. De esta manera, desde el consistorio se comienzan a dar los primeros pasos para su puesta en funcionamiento.
Así, las cinco zonas de València que se controlarán son las siguientes: Área Norte 1 (AN1), delimitada por el antiguo cauce del río Turia (marginal izquierda), la Ronda Norte y el litoral marítimo, a excepción el recinto de la Politécnica de València (UPV); Área Norte 2 (AN2), que corresponde a la Politécnica; Área Centro (AC), delimitada por el cauce antiguo del Turia (marginal derecha), y las calles Colón, Xàtiva y Guillem de Castro; Área Sur 1 (AS1) acotada por el cauce antiguo del Turia (marginal derecha), la Avenida del Cid y V-30, excepto el área Centro; y Área Sur 2 (AS2), que abarca los barrios situados entre la Ronda Sur y la V-30. Además, el Área Sur 1 incluye también los Poblados Marítimos situados al sur del antiguo cauce del río Turia (Nazaret y Pinedo).
Con un presupuesto máximo de 10.863.541,84 € (IVA incluido), de los que el 90% se subvencionará a través de los fondos europeos Next Generation, el sistema de gestión y control para la ZBE permitirá la instalación de equipos que supervisen los vehículos que circulen por la zona, con el objetivo de conocer, de forma fiable, los niveles de contaminación atmosférica y gases de efecto invernadero existentes.
La puesta en marcha de esta Zona de Bajas Emisiones, que impulsa el concejal de Movilidad Sostenible Giuseppe Grezzi estará operativa en menos de 2 años.
“València en estos años ha demostrado ser adalid en las medidas de mejora de la accesibilidad universal, la eficiencia energética, la potenciación de un modelo de movilidad con más y mejor alternativas, en la reducción del tráfico rodado y la disminución muy importante de la contaminación atmosférica”, explica el concejal. “Ahora añadimos una pieza más con este proyecto de instalación de sistemas tecnológicos de los más avanzados del mercado, para profundizar mediante el diálogo y la participación de todas las entidades de València, en la descarbonización de la ciudad para ser climáticamente neutras en 2030”, añade.
Requisitos
Para que la implantación y de esta ZBE de València vaya a buen puerto se requerirán dos elementos fundamentales. En primer lugar, un marco jurídico jurídico o conjunto de normas reguladoras que establezcan con detalle el ámbito, el alcance de las restricciones de los vehículos en función de su clasificación ambiental, así como el régimen sancionador. Estas normas se formalizarán mediante la tramitación y aprobación de la pertinente Ordenanza Municipal.
El siguiente requisito radica en que es necesario un Sistema de Gestión y Control de la ZBE dotado de un conjunto de herramientas que comprueben el respeto, por parte de la ciudadanía, de las restricciones de la ZBE (establecidas en la Ordenanza) y, en caso contrario generen la documentación necesaria para el inicio de los correspondientes procedimientos sancionadores.
Este sistema completo para la gestión y control de la Zona de Bajas Emisiones a implantar en la ciudad de València viene motivado por lo establecido en la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de Cambio Climático y Transición Energética, que obliga a todos los municipios de más de 50.000 habitantes a limitar el acceso a sus cascos urbanos a los coches y motos más antiguos y contaminantes.