La nueva ordenanza de Civismo que está preparando el Ayuntamiento de Valencia prevé sanciones por la práctica del botellón en la vía pública. Pero además, también abre la puerta a reducir o incluso perdonar esas sanciones en el caso de que los padres y los hijos participen en cursos de reeducación o tareas de voluntariado y trabajo comunitario.
Así lo anunció ayer la concejala de Protección Ciudadana, Anaïs Menguzzato. Se trata aún de un borrador, que ahora tendrá que someterse a un proceso participativo con entidades vecinales, sociales de ocio y consumidores.
La intención de esta normativa es dar respuesta a los problemas ocasionados por el consumo de alcohol en la vía pública, como ruidos, suciedad, desprotección de menores, etcétera; pero también regula aspectos relacionados con la mendicidad coactiva, los excrementos de mascotas y el deterioro del espacio público. La ordenanza establece de forma detallada cuáles serán las competencias de actuación de la Policía Local en estas materias.
Menguzzato aclaró que la normativa no ha puesto el foco en la ilegalidad que supone el consumo de alcohol en vía pública, sino en las molestias que causa. Por ello, aseveró que "las soluciones únicamente punitivas no funcionan" y que por eso "hay que trabajar en la educación y en la toma de conciencia". De ahí, que se prevea la posibilidad de reducir o incluso eliminar las sanciones asistiendo a cursos de civismo o cumpliendo tareas de voluntariado social. Esto "tiene voluntad transformadora, después de años en que las meras sanciones no han dado resultado", dijo la concejala.
Por lo que respecta a las deposiciones de mascotas en la vía pública, la normativa establece la obligatoriedad de que los dueños de mascotas lleven siempre consigo suficientes bolsas de recogida de excrementos cuando salgan a pasear con sus animales.