La décima edición de Gastrónoma ha arrancado en Feria Valencia con energía renovada y un sector volcado en celebrar su gran cita mediterránea. Con un 7 % más de visitantes el primer día, más de 290 marcas participantes y miles de profesionales recorriendo los 28.500 metros cuadrados del pabellón, la feria confirma su crecimiento sin perder su esencia: dar protagonismo al producto, al talento y al futuro de la gastronomía española.
¿Cómo está yendo la feria?
Estamos muy satisfechos. Ayer arrancamos por fin esta décima edición, décima edición bis, como le gusta decir a nuestro presidente, porque el año pasado no pudimos celebrar cuando ya teníamos todo montado y todos sabemos lo que pasó con la DANA. Teníamos muchas ganas de arrancar. Fue una gran jornada, vino muchísima gente. Crecimos en el número de visitantes un 7 % y hoy hay un ambiente fantástico. Además, ha venido mucha gente de escuelas, que son el futuro de la gastronomía. Nos encanta verlos recorriendo los pasillos con sus chaquetillas blancas, atendiendo a sus referentes en las salas de ponencias. Muy satisfechos, la verdad.
Con más de 290 expositores, el reto es crecer sin perder la cercanía. ¿Cómo lo lográis?
Es difícil, porque el equipo también se ha hecho muy grande y los medios se resienten. Empezamos siendo muy pequeñitos, pero con calidad, y hemos seguido creciendo año tras año. Hay empresas que no están exponiendo pero han venido a verla porque quieren participar el próximo año. El secreto es que Gastrónoma es de todos. Es un certamen que organizamos entre mucha gente, está organizado desde el sector y para el sector… se organiza de forma solidaria y colaborativa. Hay mucha implicación desde disciplinas muy distintas: pan, pastelería, alta gastronomía, arroz, vino… Todo eso nos permite reunir al sector completo y lograr una feria sostenible: zona expositiva y zona congresual se complementan.
El año pasado la DANA obligó a cancelar el evento a última hora. ¿Cómo ha impactado en esta edición?
Suspendimos la feria cuando ya estaba montada y abrimos nuestras cocinas para cocinar junto a escuelas y restaurantes. Se produjo comida para llevarla a las zonas más afectadas, que los primeros días ni siquiera tenían agua. Tuvimos muchas donaciones y luego ya entró el ejército para organizarlo todo. Es duro ver que un 30 % de los locales no han podido volver a abrir. Aunque cada persona que viene de la zona demuestra una fuerza increíble. Solo queda seguir adelante.
Tradición e innovación: ¿se dan más la mano que nunca en Gastrónoma?
Totalmente. Ayer lo vimos con la paella Gastrónoma del décimo aniversario y la ponencia que vino después: dos arroces diferentes, un debate sobre puntos, técnicas, estéticas… La paella que comíamos hace 20 años no es igual a la de ahora. Hay evolución en lo más tradicional. Aquí la innovación y la tradición más tradicional se dan la mano.
Hoy entregáis los premios Uno de los nuestros. ¿Qué reconocen?
Distinguimos a gente que ha hecho cosas por el sector y también son ejemplo por su humanidad y sus valores. Los elige el propio sector. Este año el reconocimiento nacional es para Casa Gerardo, con más de 100 años de historia y cinco generaciones. A nivel autonómico, se lo entregamos a Bernd Knöller. No es valenciano de nacimiento, pero es el más valenciano de todos. Defiende nuestro producto, compra en el Mercado Central, siempre está cuando se le reclama. Un merecidísimo Uno de los nuestros.
¿Hay previsión de cifras finales de afluencia?
Por ahora sabemos el crecimiento del 7 % ayer. Aunque siempre digo que a nosotros nos gusta el crecimiento sostenible y apostar por la calidad. Podríamos llenar esto de gente fácilmente, pero no es el objetivo. Queremos gente que ame la gastronomía, que venga a aprender, a visitar los expositores, a hacer negocio. Lo importante no es cuánta gente, sino que venga quien tiene que venir.
¿Hacia dónde va Gastrónoma en los próximos años?
Nuestro futuro pasa por seguir creciendo con sentido. Mantener la calidad de los contenidos y reflejar todo el sector. Somos alta gastronomía y mucho más. Aquí conviven referentes Michelin, asadores, producto, pan, vino, arroces. Todo el mundo no puede tener un restaurante Michelin, y la tendencia apunta más a restaurantes de producto. Gastrónoma tiene que representar esa realidad viva.
