València es la tierra de las flores, de la luz, del amor y de los grandes proyectos urbanísticos fallidos. Proyectos que no llegaron a ser por la incompatibilidad con la ciudad, su naturaleza, o por que simplemente eran pura especulación y no aportaba beneficios a la ciudad.
Renovaciones actuales como la de la plaza del Ayuntamiento, la de la Reina o el entorno del Mercado Central, nos transportan, salvando las diferencias de utilidad y funcionalidad, a la València de grandes proyectos que quiso ser la ciudad entre finales del siglo XX y principios del XXI. Es por eso que desde València Extra, vamos a realizar un repaso por aquella València que no fue.
Circular View: una noria gigante en la Marina
En 2019 conocíamos que la empresa Circular View quería instalar una gran noria de 120 metros de altura en la Marina de València. Además, junto a esta gran noria al estilo del London Eye, también se propuso la construcción de nuevos jardines y zonas de ocio y un “hub” de ingeniería en la ciudad.
El proyecto fue rechazado por los distintos gobiernos del Ayuntamiento y Generalitat debido a la gran cantidad de tráfico rodado que supondría esta atracción, a la agresividad de construir semejante estructura en un entorno donde se quiere aunar lo histórico con lo moderno, así como el enfoque turístico que se promueve desde el ayuntamiento, que no casa con el planteado por la empresa impulsora.
El proyecto era innovador, ya que era una noria que no tendría ni eje ni radios. Un total de 20 cabinas con capacidad para 25 personas cada una, y 1.000 personas cada día en trayectos de 30 minutos. Además, ofrecería unas vistas de la ciudad de València y de 30 kilómetros a la redonda.
El teleférico más grande del mundo
Un grupo de empresarios valencianos propuso la creación del teleférico más largo del mundo para ese entonces, con un recorrido de más de 13 kilómetros que uniría el Palacio de Congresos con la Marina de València. El proyecto, presentado en 2009, contaría con una inversión de 100 millones de euros, y su principal objetivo era generar un nuevo atractivo turístico en la ciudad.
Las paradas de este teleférico, que recorría la ciudad a través del cielo del antiguo cauce del río Turia, iban a ser lugares importantes de la ciudad, como el Palacio de Congresos, el Parque de Cabecera, el nuevo estadio del València, en el Jardín del Turia, la Ciudad de las Artes y las Ciencias para acabar en la Marina de València.
Además del teleférico, se proyectaron diferentes servicios en las principales estaciones como restaurantes panorámicos, guarderías y parques. Incluso también se llegó a plantear la posibilidad de que algunas cabinas fuesen restaurantes a bordo.
Nieve en València
València es una gran ciudad para disfrutar de su clima y paisajes, pero si hay algo que la capital del Turia no tiene es nieve. Es por ello que en 2005, un grupo de empresarios planteó un gran centro comercial al lado del nuevo hospital La Fe situado en Malilla, con más de 98.000 metros cuadrados de ocio y comercio, y dos grandes pistas de esquí.
Estas grandes pistas de esquí, que sería el emblema del centro comercial, serían de 100 y 250 metros respectivamente, y en ellas se podría esquiar y realizar diferentes actividades deportivas de invierno como el snowboard.
A pesar de que la pista de esquí no se construirá, hay planeado para 2024 un gran centro comercial en el mismo sitio, junto a grandes bloques de viviendas que constituirán el barrio de Turianova, que contará con una piscina para la práctica de surf.
València Olímpica
Una de las disparatadas ideas del instituto Nóos, relacionado con Iñaki Urdangarín, fue plantear una villa olímpica en la Albufera de València. En 2006 se presentó un proyecto a la Generalitat para que València fuese sede de los Juegos del Mediterráneo bajo el lema “València Olímpica-La Puerta de l’Albufera”.
Este proyecto incluía una “ecociudad” de 3.300 viviendas junto a un canal olímpico para deportes de remo en plena huerta de El Tremolar, un monorraíl que uniría la costa desde Pinedo hasta Cullera y un tipo de coches eléctricos unidos entre sí llamados “Chispa” o una gran villa olímpica de 1.500 viviendas en el corazón de El Saler.
El instituto Nóos fue la entidad encargada de diseñar, entre los años 2004 y 2006, la candidatura de València para albergar los Juegos del Mediterráneo, que al final no se celebraron. Por todo ello se embolsaron 3,5 millones de euros de las arcas públicas, del Ayuntamiento de la ciudad y de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
Ferrari World Cheste
En julio de 2011 se produjeron las primeras negociaciones para abrir el parque temático de Ferrari en Cheste. Un gran terreno de 400.000 metros cuadrados de suelo público de Cheste, justo al lado del circuito de referencia Ricardo Tormo.
La inversión estaba pensada en 945 millones de euros, todos ellos aportados desde un Fondo de Inversión privado llamado Alrasoul Ltd. Pero las negociaciones se fueron desvaneciendo cuando el Gobierno de por aquel entonces Alberto Fabra se negó a la cesión completa de unos terrenos que tenían un valor de dos millones de euros, así como la gestión del circuito valorada en 30 millones de euros.
Finalmente, el complejo de atracciones y ocio se levantó junto a Port Aventura, después de que los propietarios del parque situado en Salou y los inversores realizaran una inversión total de 100 millones de euros.
Museo FIFA
La Federación Internacional de Fútbol Asociación, conocida por sus singlas en francés como FIFA, anunció en 2002 que València sería la ciudad que albergaría la sede mundial del “Salón de la Fama del Fútbol”.
El museo hubiera estado en el Parque de Cabecera de la ciudad, y en él se haría un recorrido por la historia y estrellas más importantes del fútbol mundial. Con una superficie aproximada de 5.000 metros cuadrados, el museo iba a tener una tecnología puntera para la época para poder llevar a cabo una experiencia interactiva y participativa.
El proyecto nunca se realizó a pesar de que la Generalitat adelantó 1,4 millones de euros y estuvo presente hen los presupuestos hasta 2012. Finalmente, y sin previo aviso, en 2013 pudimos conocer que el museo se ubicaría en Zúrich, y que actualmente sigue abierto.
El Vaticano valenciano
En 1923 se produjo la coronación de la Mare de Déu dels Desamparats como patrona de València, tras la concesión del privilegio por el Papa Benedicto XV el 15 de octubre de 1921. Con ella llegaron una multitud de visitantes y se celebraron grandes fiestas, demostrando la gran devoción del pueblo valenciano hacia su ”Geperudeta”.
Bajo esta conmemoración, el por entonces cardenal Enrique Reig Casanova propuso ampliar la Real Capilla de la Mare de Déu dels Desamparats. Tras la realización de un concurso público, en 1930 se otorgó la obra con un presupuesto total de más de 8 millones de pesetas al arquitecto Vicente Traver.
Un nuevo templo con una cúpula de más de 30 metros de diámetro y una altura cercana a los 100 metros, así como una gran campanario situado en la fachada principal de la Basílica. Finalmente el proyecto no pudo realizarse debido a la llegada de la República, el gran presupuesto y la Guerra Civil que estalló en 1936 hizo que este proyecto cayera en el olvido.
Disneyland València
En 1970 la compañía de Walt Dinsey busca ampliar su frontera de parques temáticos después del gran éxito que estaban cosechando en los parques de California y Orlando. Europa y Asía fueron los continentes escogidos para esta ampliación, abriendo en 1983 el parque de Tokyo, Japón.
Ese mismo año se presentó, desde el Ministerio de Transporte, Turismo y Comunicaciones, la intención de España de acoger el parque temático de Disney en Europa, concretamente en la Comunidad Valenciana.
La compañía valoró la Marjal de Pego-Oliva, la zona entre Santa Pola y el aeropuerto de Alicante o en los terrenos entre Oropesa, Cabanes y Torreblanca en Castellón como algunos de los municipios donde se podría situar el futuro parque europeo de Disney.
Finalmente la batalla para ser sede de Disney se la llevó Francia, después de que el gobierno de François Mitterrand llevara a cabo una encuesta donde gran parte de la población estaba a favor del parque temático en su país. Mientras, en la Comunitat Valenciana, se vivía una gran batalla cultural conocida como “Batalla de València”; así como existía cierta preocupación en los ejecutivos de Disney por la banda terrorista ETA.
Las “Trillizas” Calatrava
La Ciudad de las Artes y las Ciencias (CACSA) es actualmente uno de los símbolos de la ciudad de València tanto turísticos como de despilfarro económico y mala gestión. Una construcción que se quedó a medio camino a falta de terminar el Ágora, que ahora acoge el CaixaForum València, y las proyectadas torres trillizas de Calatrava.
Las torres serían un conjunto de tres rascacielos, uno de 318 metros (el más alto de España), y otros dos de más de 200 metros de altura, con un coste aproximado de 450 millones de euros. Tras un pago de 15 millones de euros a Calatrava para iniciar el proyecto, no se supo nada más de estas torres.
Además, la construcción de las torres no era segura, ya que la zona se encuentra en la senda de aproximación de los aviones del aeropuerto de Manises, así como existía un conflicto por la propiedad de las parcelas.