Ryanair eliminará muy pronto sus atractivas ofertas: la aerolínea irlandesa ha decidido subir los precios de sus billetes y poner fin a los vuelos de 10 euros. El director general de Ryanair, Michael O’Leary, ha asegurado a la BBC que esta decisión se debe a los “altos precios del petróleo, ya que son mucho más altos desde la invasión de Ucrania”. “No los volveremos a ver en varios años” ha advertido en referencia a los precios que popularizó la compañía durante las últimas dos décadas.
Según O’Leary, la tarifa media de los vuelos de Ryanair aumentará entre 10 y 50 euros en los próximos cinco años. A pesar de ello, el director general ha asegurado que los consumidores continuarán confiando en la compañía: “Aunque este repunte del precio de la energía también afecta al poder adquisitivo de la ciudadanía, estoy convencido de que el número de pasajeros se mantendrá estable”, ha asegurado. Sin embargo, dada la estructura de las tarifas de las aerolíneas de bajo coste con muchos recargos, sobre todo en el equipaje, podría elevar el coste total de un viaje de ida y vuelta a varios cientos de euros o libras y socavar la demanda.
La compañía de vuelos irlandesa confía en que los consumidores acudan en masa a las aerolíneas de vuelos económicos, como la propia Ryanair o Easyjet. “Creo que la gente seguirá volando frecuentemente. Pero creo que mirarán mucho más los precios y, en consecuencia, millones de usuarios se pasarán a las de bajo coste” ha subrayado O’Leary.
¿El final del modelo de negocio “low cost”?
Según el profesor Pedro Anzar, Titular de Economía de Esade, el aumento de los costes se debe a tres causas:
- La subida de los precios del petróleo en el último año (+36% para el Brent) está pesando especialmente en los costes de las aerolíneas low cost en comparación con las compañías tradicionales, ya que el combustible representa en torno al 25% de los costes de una aerolínea.
- Reducción de la plantilla generalizada debido a la pandemia y los salarios, lo que también provoca huelgas, cancelaciones y retrasos.
- La presión en la industria de las aerolíneas de cumplir con los objetivos medioambientales.
Subir precios cuando tu modelo se basa en las tarifas reducidas puede implicar perder volumen y, por tanto, poner en riesgo el modelo low cost; pero no hacerlo puede significar que lo que está en juego es el balance de la empresa. Esta es la encrucijada que afrontan hoy las aerolíneas de bajo coste.