Las consecuencias de la gota fría en la provincia de València han provocado daños materiales que sin duda tardarán un tiempo en recomponerse. Desde viviendas completamente anegadas, a la caída de puentes y carreteras intransitables, la infraestructura valenciana ha sufrido considerablemente a causa de las lluvias torrenciales. Para conocer la situación actual y percibir posibles soluciones, València Extra ha contactado con Miguel Ángel Piqueras, experto en infraestructuras y docente del Máster Universitario en Energías Renovables de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).
¿Qué daños suelen sufrir las carreteras y autopistas de Valencia durante una DANA?
Dada la capacidad erosiva del agua en este tipo de fenómenos, son comunes los daños por afección de la integridad estructural de taludes, obras de drenaje e, incluso en casos extremos, se puede ver afectado el pavimento. También pueden verse comprometidos otros elementos singulares como puentes y viaductos, túneles, viales de acceso de salida y entrada, etc.
¿Cuáles son los riesgos para las infraestructuras de viviendas y edificios en las áreas más vulnerables?
La vulnerabilidad de un edificio frente al riesgo de inundaciones está vinculada a tres aspectos. Por un lado, la seguridad de las personas; por otro, la seguridad del propio edificio, tanto a nivel estructura, equipamientos y servicios, como en cuanto a lo que contiene en su interior. Por último, también son relevantes los denominados “efectos dominó o cascada” que se puedan generar en el entorno inmediato, en referencia a que la inundación puede crear una sucesión de riesgos concatenados, tanto en el propio inmueble como en los situados en las inmediaciones; por ejemplo: se podrían producir fugas de gas, incendios, etc., que aumentasen el valor de las pérdidas.
¿Qué medidas preventivas se deben implementar en Valencia para proteger la infraestructura de la gota fría?
Si hablamos de qué se puede hacer preventivamente para que una obra hidráulica de defensa o de drenaje funcione correctamente, dando por supuesto un correcto diseño y dimensionamiento, habría que incidir necesariamente en el mantenimiento, específicamente en la eliminación de material arrastrado, vegetación, basuras, etc. que mermen la capacidad de desagüe y aumenten la probabilidad de desbordamiento.
¿Cómo se puede mejorar el sistema de drenaje urbano para hacer frente a estos eventos?
Sin duda, mejorar la calidad de los estudios hidrológicos e hidráulicos que se incluyen en los proyectos de construcción, mejorar la calidad en la ejecución de esas obras y seguir un plan de mantenimiento establecido con criterios técnicos que asegure la funcionalidad de estos sistemas.
¿Qué rol juegan los proyectos de ingeniería civil, como los embalses y canales, en la reducción del impacto de la DANA?
Ambos tipos de obras hidráulicas desempeñan un papel vital. Considérese el efecto laminador que el embalse de Forata (en el río Magro) ha exhibido, pasando en el breve transcurso de 8 horas, de 5 a 37 (máximo de capacidad) hectómetros cúbicos de agua almacenados, y mitigando así el efecto destructor de la crecida aguas abajo. Igual protagonismo ha tenido el canal del nuevo cauce del Turia (Plan Sur, del año 1957), protegiendo a la ciudad de Valencia del desbordamiento acaecido en el barranco o rambla del Poyo, inmediatamente al sur.
Junto a estas soluciones, es posible considerar otros tipos de actuaciones, como por ejemplo, el crear zonas verdes inundables que tienen la finalidad de sustraer parte del volumen de agua asociado a una onda de avenida, como es el caso de La Marjal, en la ciudad de Alicante. Las actuaciones de mayor efectividad, junto a una adecuada planificación territorial y diseño urbano, han demostrado ser las tradicionales obras hidráulicas, tales como presas para crear embalses de laminación (gestionadas correctamente, resguardando la capacidad necesaria antes de la ocurrencia del evento) y encauzamientos.
¿Existen planes para adaptar o rediseñar infraestructuras de acuerdo con el aumento de estos fenómenos?
A nivel autonómico, el vigente PATRICOVA (Plan de Acción Territorial sobre Prevención del Riesgo de Inundación en la Comunitat Valenciana) se concibe como una herramienta para actuar sobre la problemática de inundación. Este plan incorpora las actualizaciones correspondientes a las directrices en la materia marcadas por la Unión Europea y a su vez se complementa con los planes elaborados por los organismos de cuenca presentes en el territorio de la Comunidad Valenciana, es decir, las Confederaciones Hidrográfica del Júcar, Ebro y Segura.
Dicha planificación asume los principios de gestión adaptativa al riesgo de inundación, poniendo en juego una secuencia de mecanismos ante el evento esperado, que abarcan desde la prevención y preparación, como la puesta en marcha de las acciones de recuperación y restauración, estableciendo un ciclo en continua revisión que incremente sucesivamente la adaptación de la infraestructura frente al riesgo de inundación.
¿Hasta qué punto se están implementando sistemas de alerta temprana para infraestructuras clave en Valencia?
Los sistemas de predicción y el envío de alertas de inundación a las poblaciones afectadas son herramientas que requieren a día de hoy mayor precisión. Los modelos computacionales que alimentan el sistema de alerta pueden requerir excesivos tiempos de cálculo que los hagan inservibles a veces. En este sentido, las técnicas de inteligencia artificial pueden jugar un papel decisivo al reducir tiempos de cálculo drásticamente. Se precisan mayores esfuerzos de I+D+i en este campo.
¿Qué innovaciones tecnológicas recientes en construcción o materiales podrían mejorar la resiliencia de las infraestructuras frente a la DANA?
Se precisa de la introducción de mejoras en el cálculo de la exposición frente a inundaciones. Se requiere sin duda trabajar con nuevos modelos meteorológicos-hidrológicos-hidráulicos a mayor nivel de detalle y alimentarlos con datos de precipitaciones, basados en escenarios climáticos, y apoyados en nuevas tecnologías como la ciencia de datos y el aprendizaje automático (inteligencia artificial).
¿Qué medidas a largo plazo deberían implementarse para hacer que la infraestructura de Valencia sea más resiliente al cambio climático y a la gota fría?
Es primordial recalcular las capacidades de desagüe ante nuevas realidades, en concreto ante el crecimiento de zonas urbanizadas que puedan alterar las condiciones hidrológico-hidráulicas iniciales de proyecto. También, resulta fundamental implementar sistemas de control y vigilancia para la evaluación continua del estado de la infraestructura.
¿Qué papel juega la planificación urbana en la reducción de los riesgos de la gota fría?
Las disciplinas de ordenación del territorio y planeamiento urbanístico resultan de importancia crucial en la gestión del riesgo, ya que organizan racionalmente el territorio y la dotación del suelo, de manera sectorial, y teniendo en cuenta las características de aquél. De mayor a menor escala, la ordenación del territorio y la Ley de Aguas, junto con el Reglamento de Dominio Público Hidráulico y la legislación y normativa autonómica regulan los usos del suelo dentro de la zona inundable, con el objetivo de proteger a personas, edificios, equipamientos y servicios.
¿Cuánto tiempo pueden tardar en recuperarse las zonas afectadas y las infraestructuras perdidas?
Las zonas e infraestructuras afectadas requerirán, para el restablecimiento de la normalidad, de un lapso más o menos dilatado en función de su grado de afectación y por supuesto de la prioridad que demanda su importancia en la sociedad. En este caso, es preciso dar primacía a la cobertura de servicios básicos (agua potable, electricidad, saneamiento, gas) de las poblaciones afectadas, y a la operatividad de instalaciones estratégicas y de seguridad.
En concreto, desde el Ministerio de Transportes se ha anunciado que el servicio de AVE Madrid-Valencia estará operativo en unas dos semanas, mientras que tres líneas de ferrocarril de cercanías en Valencia necesitarán meses para la vuelta a la normalidad, previsiblemente.
¿Qué recomendaciones daría para mejorar la concienciación pública sobre la importancia de la infraestructura en la prevención de inundaciones?
Ante todo, recomendaría no dejarse llevar por una primera intuición que quizás nos pueda conducir a restar peligrosidad a este tipo de situaciones frente a otros eventos o fenómenos naturales aparentemente más peligrosos, pues actualmente las inundaciones suponen el riesgo natural que produce en España los mayores daños en términos de pérdida de vidas humanas y de bienes materiales.
A nivel de ciudadanía, cabría exigir a los representantes políticos, así como a los agentes públicos gestores del presupuesto y técnicos planificadores, el dar absoluta prioridad a este tipo de actuaciones, invirtiendo el capital necesario en nueva infraestructura, manteniendo adecuadamente la existente y preservando las tareas de toma de decisión en esta materia a profesionales competentes.