Los incendios de este verano emitieron tanto dióxido de carbono como el tráfico anual de Valencia, Castellón y Alicante

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Incendio en Bejís -  ROBER SOLSONA
Incendio en Bejís - ROBER SOLSONA

Más de un millón de toneladas de dióxido de carbono emitidas. Esa es la "dramática" consecuencia climática de los incendios forestales que han afectado este verano a la Comunitat Valenciana. De hecho, la cantidad supera, por ejemplo, el total de emisiones provocadas por el tráfico de automóviles privados en la ciudad de València en un año, 670.000 toneladas de CO2, y equivale aproximadamente a la suma total del tráfico anual de automóviles en las tres capitales de provincia, Castellón, Valencia y Alicante.

Ante esta situación, y con el fin de analizar el "mejor modo posible de hacerle frente", el Agromuseu de la Universitat Politècnica de València ha acogido esta semana la jornada 'Crisis climática y acción en el territorio', organizada por la Agencia Valenciana de Protección del Territorio de la Generalitat, la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, y el Grupo de Investigación de TIC Contra el Cambio Climático del Instituto ITACA de la UPV, ha informado la entidad académica en un comunicado.

En ella, empresas, instituciones políticas y expertos investigadores en la materia han debatido sobre los factores y consecuencias de la actual crisis climática y cómo afrontarla desde la cooperación. La causa principal, el abandono de la gestión forestal y agrícola en los pueblos de interior

El catedrático de la UPV José Vicente Oliver ha apuntado que el debate "se ha centrado en la causa fundamental subyacente, que radica en el abandono generalizado de la gestión del territorio forestal y agrícola en nuestros pueblos de interior, acentuado por las olas de calor, las sequías y las tormentas secas".

Para Oliver, "la emergencia climática y el combustible acumulado son las partes visibles del problema, pero la raíz la encontramos en un deterioro socioeconómico hasta ahora desconocido en la historia de nuestro territorio".

"Los 172 pueblos en riesgo de despoblamiento en la Comunitat han perdido, en los últimos 20 años, más de 12.000 explotaciones agrícolas, prácticamente todas familiares, y 50.000 hectáreas de cultivo, lo que suponen unas reducciones del 45% y 20% respectivamente. Jóvenes agricultores, silvicultores y ganaderos son rara avis y los pocos que desean trabajar y mantenerse en el sector lo tienen realmente difícil", ha explicado.

Durante el transcurso de la jornada, el catedrático de la UPV Javier Urchueguía ha presentado el Observatorio de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero, una plataforma de información y conocimiento con rigor científico creada con el objetivo de ayudar a las empresas y los ayuntamientos de la Comunitat a hacer frente al reto de la descarbonización, en concreto, en el marco de los desafíos y oportunidades que se presentan a los actores locales en la senda de la reducción de emisiones.

La iniciativa ha sido "muy bien recibida" por los alcaldes y alcaldesas de los municipios presentes, Andilla, Enguera, Requena y Bejís, entre otros, que han hecho especial hincapié en poner de relieve el valor del territorio rural valenciano y su riqueza agroforestal como palancas de cambio.

Los participantes en la jornada han destacado, a su vez, la importancia del Pacto Verde Europeo y los Mecanismos de Recuperación y Resiliencia, y toda la normativa y fondos de ayuda asociados, pero también la de la nueva Ley de Cambio Climático de la Comunitat Valenciana, como guías certeras hacia una transición ecológica que debe ser justa, tanto con el territorio, como con la sociedad rural.

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