Los festivales de música valencianos y España, en el punto de mira por "malas prácticas"

FACUA-Consumidores en Acción ha denunciado malas prácticas por parte de los organizadores de festivales de música

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Festival de los 90s en València
Festival de los 90s en València

Con la recuperación de la normalidad en verano, este 2022 han vuelto con fuerza los festivales de música por todo lo alto. Y con ello, nuevas prácticas que tanto por consumidores como clientes han sido criticadas por ser abusivas. Desde FACUA-Consumidores en Acción han denunciado malas prácticas por parte de los organizadores de festivales de música a los que estas actuaciones les reportan "beneficios muy superiores a las multas" que les pueden acarrear.

De hecho, esta asociación ha identificado diez tipos de problemas e irregularidades que están dándose en la organización de estos eventos, ante las que los usuarios tienen derecho a reclamar devoluciones de dinero y, según los casos, también indemnizaciones económicas.

No permitir la entrada con comida ni bebida es la irregularidad más frecuente, con la que las empresas que organizan estos eventos pretenden arrogarse la misma potestad que tienen bares y restaurantes, según Facua. Sin embargo, al no ser la hostelería la actividad principal, sino una de carácter accesorio, esta forma de ejercer el derecho de admisión resulta contraria a la legislación en materia de espectáculos públicos. Los afectados pueden reclamar que se les compense el gasto que tengan que realizar en los recintos tras no dejarles entrar con los productos que traían consigo.

Por esta ilegalidad ha trascendido ya la apertura de dos expedientes sancionadores como consecuencia de denuncias de Facua que hace alusión al Ayuntamiento de Sevilla contra los organizadores del Festival Interestelar, celebrado el 25 de julio, y el concierto de Red Hot Chili Peppers, que tuvo lugar el 4 de junio. En ambos casos, las sanciones anunciadas son de 12.000 euros, "muy por debajo del tope de 30.000 previsto en la ley andaluza de espectáculos públicos".

Facua ha denunciado ya por no dejar acceder con comida ni bebida a los organizadores de más de una veintena de festivales este verano como el Reggaeton Beach Festival, que se celebra durante el verano en Madrid, Avilés, Marbella, Benidorm, Mallorca, Santander, Marina d'Or, Barcelona y Nigrán (Galicia). el Marenostrum de Fuengirola, el Canela Party de Torremolinos y Puro Latino Fest de El Puerto de Santa María, entre otros.

Otro de los incumplimientos, según Facua, son los cambios de ubicación sin derecho a reembolso. Tras vender un determinado número de entradas para la celebración del evento en un recinto, hay organizadores que deciden trasladarlo a otro. En todos los casos, el usuario tiene derecho a recuperar el dinero de la entrada si no le gusta o le causa problemas desplazarse al nuevo lugar. Ha ocurrido, por ejemplo, en el finalmente cancelado Madrid Puro Reggaeton Festival, anunciado inicialmente en la Caja Mágica y después en el Wanda Metropolitano, que tiene casi seis veces más aforo.

En cuanto a artistas que suspenden actuaciones sin que se compense a los afectados, sus fans tienen derecho a reclamar la devolución del importe de las entradas con el argumento de que ya no les interesa asistir, además de una indemnización por los perjuicios económicos derivados de no poder recuperar el importe de billetes de transporte o alojamiento en hoteles que ya no vayan a usar. También pueden plantear a la empresa el reembolso de una parte del precio.

En cuanto a las cancelaciones por una mala gestión, que la administración no otorgue los permisos porque la empresa no ha acreditado las medidas de seguridad necesarias es uno de los motivos por los que se cancelan festivales y conciertos. Ante esta circunstancia, los usuarios tienen derecho a recuperar el importe de las entradas.

Tampoco pueden limitar el plazo para devolver el dinero, añade Facua que recuerda que distintas leyes autonómicas en materia de espectáculos públicos plantean plazos para devolver el importe de las entradas cuando los eventos se cancelan, pero no el plazo máximo que tienen los usuarios para reclamar. Hay empresas que establecen plazos muy reducidos como ha ocurrido por ejemplo con el Madrid Puro Reggaeton Festival y el Dream Summer Fest de Talavera la Real (que iba a celebrarse del 7 al 9 de julio).

Tal y como indica Facua, tampoco pueden no permitir pagos en efectivo "El truco de imponer que las compras en los recintos de los festivales se realicen exclusivamente mediante a través de una pulserita cashless que previamente hay que adquirir y cargar con dinero es una práctica ilegal", según la entidad.

Asimismo, no pueden cobrar por recuperar el dinero de las pulseras cashless. El Weekend Beach Festival y el Mad Cool Festival de Madrid (celebrado del 6 al 10 de julio) tienen sendas denuncias de FACUA por ese motivo; el primero por cobrar 2 euros y establecer un plazo de 5 días tras la celebración del festival para solicitar las devoluciones y el segundo por fijar el importe en 1,50 euros y 10 días el plazo.

En cuanto a la saturación en las colas, la inexistencia de una operativa en condiciones para garantizar que no se provoquen tapones en el acceso de los usuarios al recinto puede derivar en que muchos se pierdan parte del comienzo del evento, algo por lo que podría reclamarse la devolución de una parte del importe de la entrada. Ocurrió por ejemplo en el concierto de Marc Anthony en Madrid (21 de junio), donde hubo quienes entraron con hasta una hora de retraso.

Si el evento finaliza antes de lo previsto, los espectadores pueden exigir el reembolso de una parte del importe de las entradas. De extraordinaria gravedad ha sido el caso del Medusa Festival, que se iba a celebrar en la localidad valenciana de Cullera.

Y aunque el concierto o festival se celebre, si la empresa ha puesto en riesgo la seguridad de los usuarios vendiendo un número de entradas superior al aforo máximo permitido también puede haber reclamaciones. Según Facua, en estos casos, las consecuencias no solo pueden ser las debidas sanciones por parte de la administración, sino la reclamación del reembolso de una parte o la totalidad del importe, en función de la gravedad de los hechos.

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