En 1997, Sergio Claramunt, licenciado en Estudios Teatrales, decidió fundar PayaSOSpital con un equipo de médicos, psicólogos y artistas. Dos años después, en 1999, arrancaba el primer programa de intervención en el Hospital Clínico de Valencia y, posteriormente, en el Hospital Infantil La Fe. Desde entonces, este grupo de profesionales realiza actuaciones, adaptadas y coordinadas con el personal sanitario, en diferentes hospitales de la Comunitat Valenciana, con el único propósito de proporcionar salud emocional a los menores hospitalizados.
Este mes de abril, PayaSOSpital cumple 25 años, y en València Extra hacemos balance con su fundador Sergio Claramunt que se siente satisfecho por cómo ha ido evolucionando este proyecto, pero que también se enfrentan a un importante reto: “que los payasos y payasas de hospital formemos parte del equipo sanitario como cualquier otro profesional”.
Después de 25 años, ¿qué balance hacéis?
Estamos muy agradecidos de poder haber estado estos 25 años trabajando para conseguir tanta salud emocional dentro de los menores que más lo necesitan, de sus familias y del equipo sanitario. Sobre todo gratitud, felicidad y ganas de celebrar la vida que, a veces, no nos damos cuenta de lo importante que es.
Recibisteis el Premio de Honor de las Artes Escénicas Valencianas 2021 que concede Cultura de la Generalitat, ¿qué supuso para PayaSOSpital este reconocimiento?
Para nosotros fue una gran alegría porque es recibir un premio de reconocimiento a nuestro oficio. Nosotros somos actores con la especialidad de payasos. No trabajamos en los teatros ni en los circos, pero somos profesionales del espectáculo y nosotros lo que hacemos son espectáculos a medida con un público de una, dos o tres personas.
No hacemos giras y no llenamos teatros, para nosotros el aforo lleno es cuando está el niño o la niña con su papá o su mamá en la habitación. Entonces, fue una alegría para todos los actores y actrices que trabajamos en el hospital de forma profesional, porque se nos reconoce nuestro talento como artistas.
No hacemos una obra de teatro, sino que hacemos los espectáculos a medida, con improvisación a raíz de lo que nos cuenta el equipo sanitario antes de entrar en la habitación. Con eso y con lo que nosotros observamos y escuchamos cuando llamamos a la puerta y asomamos la nariz pidiendo permiso, creamos momentos espectaculares que son irrepetibles y lo hacemos a través del arte teatral con todos los recursos y experiencia que tenemos como payasos y payasas del hospital. Esa formación específica que tiene el payaso de hospital en el vocabulario, la jerga médica, los conocimientos hospitalarios y conocimientos físicos y psicológicos para poder trabajar en el hospital.
Y en todo este tiempo también os ha tocado lidiar con una pandemia, ¿de qué manera afectó a vuestra actividad?
Fue un momento, que ahora lo vemos con claridad pero antes no tanto, y fue una oportunidad y un reto para nosotros. Para los payasos, los problemas son retos y oportunidades, no nos achantan, sino que echamos mano de nuestra creatividad y esto fue la oportunidad de saber cómo conseguir nuestro objetivo que es llegar al niño o la niña hospitalizado y su familia.
Y, gracias a la tecnología, pudimos convertir nuestro programa en videollamadas. En un primer momento, los payasos y payasas trabajaban desde sus casas haciendo vídeos y nos distribuimos por edades. Cada payaso hacía vídeos para una edad diferente que es lo que hacemos en el hospital, porque no hacemos la misma actuación ni las mismas improvisaciones para un niño que está en una incubadora, para un bebé de seis meses o para un niño de ocho años.
Entonces, en un primer momento, colgábamos esos vídeos en nuestro canal de YouTube y luego pasamos a las videollamadas que han tenido un exitazo increíble. Con el contacto que teníamos con los médicos, enfermeros y enfermeras contactábamos con las familias para saber quién podía recibir una videollamada nuestra y los payasos desde sus casas llamaban a esa familia y actuaban para ese niño o niña adaptando su actuación.
Y, actualmente, seguimos manteniendo este programa de videollamadas, a pesar de que ya hemos vuelto de forma presencial a los hospitales. Así que podemos decir que esta iniciativa ha nacido en tiempos pandémicos, ha sobrevivido, y se ha consolidado en tiempos pospandémicos.
Lo más gratificante es ver cómo el equipo sanitario ha pasado de decir “uf, payasos, lo que nos faltaba” a alegrarse porque habían venido los payasos
25 años son muchos años… ¿qué ha sido lo más gratificante y lo más duro?
Lo más gratificante es ver cómo va creciendo y se va consolidando la relación del equipo artístico con el equipo sanitario. Cómo al principio pasaron de decir “uf, payasos, lo que nos faltaba” a alegrarse de que habían venido los payasos. Eso es un cambio en el equipo sanitario increíble porque han visto que la risa es una cosa muy seria, y más dentro de un hospital, y que nosotros somos profesionales y tenemos una metodología y una adaptabilidad a las necesidades que tiene cada servicio.
Y en estos cuatro años ha sido increíble cómo hemos podido adaptarnos. Como artistas especializados en el cuidado emocional podemos trabajar en plantas de hospitalización, en plantas donde hay niños en las UCI, en las incubadoras, en salas de espera, de meditación y de tratamientos, como en el hospital de diálisis e, incluso, en quirófano donde también hemos trabajado. Y, ahora, también a domicilio, ya que el equipo sanitario nos ha solicitado que les acompañemos cuando tienen que ver a los menores que están hospitalizados en sus casas. Se trata del programa PAU, y ha partido desde el mismo equipo sanitario por lo que son frutos hermosísimos de los que estamos muy contentos y agradecidos.
Por otra parte, los momentos más duros han sido las crisis que nos han hecho retroceder. Nosotros somos una ONG donde recaudamos fondos para poder contratar al equipo artístico estable que tenemos. Y en momentos de crisis, donde se ha reducido la recaudación de fondos, hemos tenido que bajar el número de intervenciones. Hemos sufrido dos grandes crisis, la de 2008 y 2013, y luego esta sanitaria con la pandemia en la que nos hemos visto obligados a reducir el número de intervenciones. Pero, este año vamos a poder recuperarlas y salir más fortalecidos.
Estamos ahora al 75 % de lo que hacíamos antes de la pandemia y en septiembre ya nuestra expectativa es volver a recuperar la intensidad que teníamos antes de la pandemia o incluso más porque hay dos programas nuevos: el programa PAU, que es el de atención domiciliaria, y el de las videollamadas.
¿Cómo vais a celebrar vuestro 25 aniversario?
Tenemos preparadas un montón de cosas. Este mes hemos hecho 25 años desde la fundación de PayaSOSpital, pero la actividad la empezamos año y medio más tarde, en enero de 1999, entonces este año hemos hecho 23 años de actividad y 25 años de fundación. Y hasta que cumplamos los 25 años de actividad vamos a hacer un montón de cosas.
Entre ellas, esta campaña que estamos haciendo de comunicación y en septiembre hay un encuentro nacional que vamos a celebrar en València. Son las V Jornadas Nacionales de Payasos de Hospital donde hay asociaciones que actuamos en el territorio español y vamos a encontrarnos aquí en València. Además, para Navidad también tenemos preparadas sorpresas muy chulas.
El 25 aniversario culminará cuando cumplamos 25 años de actividad con una gala benéfica.
No trabajamos en los teatros ni en los circos, pero somos profesionales del espectáculo
Y para el futuro, ¿qué retos os habéis marcado?
El gran reto es formar parte de los equipos sanitarios de los hospitales y que los gerentes y las autoridades sanitarias vean la importancia de que haya payasos de hospital dentro de los centros sanitarios para que se contemple la salud de forma holística, de forma integral; no solo la física sino también la parte emocional que es un derecho dentro de los derechos humanos. Entonces, nuestro sueño sería formar parte del equipo sanitario como cualquier otro profesional.