Cumbres School Valencia, perteneciente a Colegios RC España, es uno de los centros educativos más prestigiosos de la ciudad. Bajo el lema ‘Semper Altius’, este colegio busca sacar siempre la mejor versión de sus alumnos. Hoy, en València Extra, hablamos con Diego Oses Giménez de Aragón, subdirector de Cumbres School Valencia, sobre cómo enfocan la parte formativa, pero sobre todo, los valores que inculcan al alumnado.
El lema de Cumbres School es ‘Semper Altius’, ¿cómo se traduce este principio en la formación diaria del alumnado?
Esta frase en latín significa siempre más alto. Y, al final, ese siempre más alto nos ayuda a enfocar toda la formación con los alumnos y con sus familias de ese espíritu de mejora constante. Y, además, nos permite aplicarlo en las cuatro áreas de formación, cuatro pilares que tenemos en el colegio: La académica en la que siempre tienes que buscar tu mejor versión, siempre puedes esforzarte un poco más, siempre puedes atender un poco más en clase, siempre puedes conseguir sacar un poco de mejor nota, ¿no? Es ese espíritu de mejora.
En el ámbito de la formación humana, que en el colegio le damos un valor importante, está relacionada con el trabajo de virtudes, es decir, lo que en otros coles hablan de valores. Pero para nosotros el valor se queda en algo teórico, mientras que la virtud es la puesta en práctica del valor. Y en este caso, ese siempre más alto, pues significa, ¿puedo hacer algo más por mi compañero? ¿Puedo hacer algo más para tener más ordenada mi taquilla, mi casillero? ¿Puedo hacer algo más en mi generosidad, en mi respeto hacia el profesor, en controlar mi carácter? Les vamos lanzando distintos retos a lo largo del año.
Luego está la parte de la formación espiritual. Al final, como colegio católico, también ese siempre más alto nos invita a mirar un poco más allá, mirar más al cielo. Al final, los católicos sabemos que nuestra vida aquí es pasajera y que estamos llamados a llegar al cielo. Queremos llegar al cielo en equipo, juntos.
Y luego, el cuarto pilar es toda la parte de acción social, nosotros en el colegio le llamamos apostolado. Si yo tengo un don debo ponerlo en juego y compartirlo con los demás. Por ejemplo, yo tengo un talento porque pinto muy bien, porque dibujo muy bien, ¿qué hago con esto? Pues nosotros en el colegio les proponemos las jornadas de pinturas en el barrio de Orriols durante algunos fines de semana coordinados con Altius, la obra social de Regnum Christi, y organizamos unos talleres de pinturas gratuitos para los niños del barrio. Y son nuestros propios alumnos, junto con la profesora de pintura, las que van a ir a dar esos talleres. Al final, no estamos llamados a ser personas aisladas en el mundo, sino a aportar lo que recibimos a la sociedad.
¿Y qué estrategias utilizáis para inculcar esos valores en el alumnado?
Lo tenemos todo bastante estructurado tanto por edades como de forma transversal por asignaturas y en todos los momentos de convivencia que tenemos en el colegio: en el club deportivo, los momentos de comida, los momentos de patio, los momentos de excursiones o peregrinaciones que podamos hacer juntos. Tenemos todo un programa de virtudes transversal. Por ejemplo, este mes estamos trabajando la virtud del orden, y hay una serie de preguntas y de planteamientos adaptados a las edades y a los distintos momentos del colegio relacionados con el orden. Por ejemplo, en el momento del club deportivo, cuando vamos al vestuario, ¿dejo mi ropa ordenada en mi taquilla del vestuario o la dejo tirada en la percha? En el caso de los más pequeños, en el ámbito deportivo, a lo mejor el reto es abrocharse bien los cordones.
Además, involucráis a las familias en estos retos…
Correcto. Te proponemos a ti, familia, que te unas a esta campaña para colaborar, para hacer equipo. Esta forma de trabajo transversal en todas las áreas hace que el mensaje vaya calando. A nosotros lo que nos gusta es el riego por goteo. O sea, poco a poco, durante un mes, vamos dando pequeños retos, pequeñas preguntas, pequeñas iniciativas, propuestas, en estas cuatro áreas de la formación integral, sobre el orden. Y al final eso está vinculado con ese ‘semper altius’, es decir, vamos a conseguir que el alumno Cumbres tenga ese sello de trabajo en virtud.

También organizáis actividades solidarias, misiones… ¿Qué impacto tienen en el alumnado?
Pues es increíble porque pensamos que hoy los adolescentes son una generación que son vagos, que están conectados a las redes sociales, que viven en mundos paralelos, imaginarios. Aquí en Valencia sí que hemos tenido la posibilidad con lo de la DANA de ver que no, que hay algo más detrás de esta generación. Pero nosotros ya lo veníamos viendo y ya lo hemos descubierto, que con las propuestas de toda esta acción social, de misiones, de darse a los demás, están descubriendo que el primer beneficiado es él mismo, nuestros alumnos. Por ejemplo, los alumnos de segundo de Bachillerato, que normalmente en todos los centros escolares siempre se organizan viajes de final de curso o lo típico de irse a Mallorca, nosotros les lanzamos un reto adaptado a su edad y les decimos: oye, ¿te atreves a irte a Tánger, a Marruecos, a un país que es diferente culturalmente y a nivel religioso también, a darte y a entregarte allí durante 15 días atendiendo en un orfanato a niños que han sido abandonados por sus familias? Y es alucinante ver la respuesta del adolescente de 17 años. De hecho, todos los años nos llevamos a grupos de 30-40 alumnos a Tánger, donde se desviven las 24 horas por ayudar a unas religiosas que atienden allí en un orfanato y ayudar a estos niños. Niños con todas las situaciones, niños que han sido maltratados, niños que tienen algún tipo de discapacidad y cómo se vuelcan. Y al final se dan cuenta de la realidad de una frase que dijo el Papa Francisco: el verdadero poder es el servicio. Y es que sirviendo te das cuenta de la grandeza humana y también de la grandeza espiritual, de cómo es la mejor forma de expresar tu amor a Dios como cristianos, ayudando al prójimo. Entonces, esa propuesta de Tánger o la propuesta de la hospitalidad de Lourdes en la que llevan, durante una semana, a personas enfermas o con discapacidad y les ayudan a vestirse, a comer, a lavarse… Es muy gratificante. Y, además, repiten. De hecho, la comunidad de antiguos alumnos sigue participando.
Y respecto a la comunidad de antiguos alumnos, ¿cómo se consigue mantener ese vínculo una vez terminan el colegio?
La gran mayoría tiene un recuerdo positivo de su etapa escolar, pero además, en Cumbres tenemos una iniciativa que se llama Big Family, durante toda la etapa escolar, en la que les hacemos ver que somos una familia y que, cuando terminas el colegio, formas parte de una familia todavía más grande, que es la comunidad de antiguos alumnos. Entonces, a través de esta iniciativa, buscamos que sigan sintiendo el colegio como su alma mater, como su lugar de reencuentro y organizamos todo tipo de iniciativas. Organizamos encuentros de tardeo; tenemos la tarjeta BigFamily con la que se promocionan los negocios de antiguos alumnos… Es una forma de seguir cuidando de nosotros.
Cumbres School destaca también por su programa de inmersión lingüística en inglés, que comienza desde el primer ciclo de Educación Infantil, ¿qué resultados habéis obtenido?
La verdad es que nosotros tenemos todo el primer ciclo únicamente en inglés, pero además cogemos lo bueno del sistema educativo español y lo bueno del sistema educativo británico, que es el que seguimos nosotros, y lo ponemos en valor. Además, incorporamos asignaturas británicas, como la de business en la que, en estos momentos, el alumnado está conociendo de primera mano el caso de McDonald’s. También tenemos oratoria en inglés, que es donde participamos en el Parlamento Europeo; u otra asignatura en la que se trabaja todas las plataformas digitales y tecnológicas para comunicar una idea. En definitiva, enseñamos a nuestros alumnos a moverse en los dos idiomas.
Por último, de cara al 40 aniversario, ¿tenéis algún proyecto para seguir innovando en el modelo educativo que ya tenéis o para seguir fortaleciendo la comunidad que habéis creado?
Tenemos muchos sueños, muchos retos. De hecho, uno de los sueños que tenemos es en la parte deportiva. Creemos que el deporte es un punto de encuentro para todo el mundo, un valor universal de los pocos que nos quedan. Entonces, al final, como colegio católico, también lo que buscamos es conseguir estos puntos de encuentro, el que nos podamos mirar a la cara y reconocernos como iguales, reconocernos como hermanos. Creo que aquí tenemos un recorrido, llevamos muchos años trabajando en este Club Deportivo Cumbres y queremos que forme parte del día a día del colegio. Por eso, tenemos las instalaciones deportivas que tenemos y queremos seguir invirtiendo para tener un polideportivo en un pabellón cubierto y ser, al final, un referente deportivo.