Hace diez meses, la vida de miles de valencianos y valencianas cambió. La dana del 29 de octubre de 2024 marcó un antes y un después, destrozando a su paso decenas de municipios enteros, provocando más de 228 víctimas mortales -algunas, todavía desaparecidas- y daños irreparables a nivel emocional y físico. Una huella que hoy, casi un año después, sigue muy presente para quienes lo vivieron, con una reconstrucción que sigue teniendo muchos frentes abiertos, pero también esperanza por la recuperación de infraestructuras clave.
Sobre estas infraestructuras, la normalidad en las comunicaciones está prácticamente recuperada al 100%, aunque han sido muchos meses de espera para algunas vías. El pasado 27 de junio, reabrieron de forma total las líneas 1, 2 y 7 de Metrovalencia, completando todo el servicio de metro, y con una estación de Valencia Sud todavía pendiente de su reconstrucción total, tras ser arrasada por las riadas.
Asimismo, hace tan solo unos días, Torrent y Alaquàs volvían a estar conectadas a través del histórico puente de la calle Gómez Ferrer, que además de permitir el tráfico de vehículos privados, también devolvió el servicio de las líneas 170 y 106 de Metrobús. Una mejora clave en la conexión del área metropolitana a la que se suma también la recuperación de la CV-33 y la CV-36 en los últimos meses.
Respecto a Torrent, cabe recordar que la herida sigue abierta para algunas familias. En estos momentos, el Ayuntamiento de Torrent ha puesto en marcha una actuación de emergencia para proceder al derribo de 45 inmuebles ubicados en las proximidades del barranco, por los daños estructurales que presentaban.
Esta alegría también se ha trasladado a otras infraestructuras locales, que han tenido un gran impacto emocional como símbolo de la cotidianidad. Es el caso de municipios como Benetússer, que el 20 de agosto celebró su primer partido en el campo de fútbol municipal, que quedó “impracticable” tras la dana y tuvo que ser utilizado como campa de vehículos siniestrados ante la falta de espacio físico en el municipio. Ahora, la cancha vuelve a vibrar de la mano de sus deportistas.
La reconstrucción de los centros educativos avanza
Sin duda, a pocos días de la ‘vuelta al cole’ esta es una cuestión que preocupa especialmente, ya que muchos alumnos y alumnas tuvieron que trasladarse a otros centros educativos para seguir con la actividad lectiva por los daños en sus aulas. De acuerdo con la Conselleria de Educación, la riada afectó a 115 centros educativos y 48.721 estudiantes.
En total son cinco los centros que no podrán volver a funcionar y se tendrán que derribar por los daños, como son el CEIP Lluís Vives y la Escuela Infantil Ausiàs March de Massanassa, el IES Berenguer Dalmau de Catarroja, el CEIP Carme Miquel de Algemesí y el CEIP Orba de Alfafar. Sobre este último, el Ayuntamiento de Alfafar ya ha informado de la coordinación del derribo, que empezará en breve, y que durará semanas para evitar crear molestias a los vecinos y vecinas.
Esta es, quizás, una de las cuestiones que más han reclamado los Ayuntamientos: facilitar que sus estudiantes regresen a sus centros y tengan instalaciones dignas. En este sentido, el conseller de Educación, José Antonio Rovira, ha defendido que en los centros afectados pero con posible recuperación “se está tratando de agilizar el proceso” y que se van a “utilizar proyectos ya llevados a cabo, adaptándonos a la parcela en la que se tenga que reconstruir el centro. De momento, el alumnado de los centros que tendrán que demolerse empezarán el curso el 8 de septiembre en aulas prefabricadas hasta tener su nuevo colegio e instituto.
El alcantarillado preocupa
Otra de las cuestiones que más preocupa a los Ayuntamientos es el estado del alcantarillado, que ha sido uno de los más afectados por la riada y por la deposición de lodo. De hecho, técnicos de la Diputació de València y la Generalitat Valenciana ya advirtieron que al menos hará falta un año para que puedan volver a funcionar con normalidad.
Es uno de los grandes lastres de los municipios diez meses después, por lo que esta misma semana el Consell ha ofrecido a los consistorios la ayuda de Vaersa para agilizar la reparación urgente de la red y minimizar los efectos que puedan sufrir ante eventuales lluvias intensas. El Gobierno Central destinará 417 millones de euros para la restauración a través de subvenciones, que no se han resuelto todavía.
La Diputació de València también ha anunciado una respuesta a esta crisis y este miércoles anunció que destinará 64,1 millones de euros en agua potable y 290.000 euros en alcantarillado para garantizar el restablecimiento del servicio al 100%. Y es que la preocupación por las inundaciones que dejen las gotas frías de final de verano y otoño está muy presente.
La última fase de las obras en el canal Júcar-Turia comenzará en Otoño
También con la puesta vista en esas lluvias torrenciales, siguen avanzando las obras en el canal Júcar-Turia. La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha señalado que se están cumpliendo los plazos de estos trabajos de urgencia, y que será en otoño cuando se ejecute la última fase.
La última etapa de los trabajos se encara con la restitución de los dos acueductos que colapsaron durante la avenida extraordinaria de agua provocada por la dana, una vez finalizados los baipases subterráneos definitivos que garantizarán el funcionamiento del canal en caso de un nuevo episodio extremo de inundaciones, ha detallado la CHJ, que ha añadido que la previsión es que el conjunto de las obras en el canal finalice durante la primera mitad de 2026, proporcionando así una solución definitiva a una infraestructura esencial para el ciclo del agua en la Comunitat Valenciana.
Diez meses después, la sociedad continúa muy marcada por lo ocurrido, no solo por no haber recuperado totalmente las infraestructuras y servicios, sino por el dolor por las víctimas y el golpe emocional que supuso el fatídico 29 de octubre. Es por ello que este viernes se celebrará la décima manifestación contra el Consell de Carlos Mazón para criticar de nuevo su gestión y pedir la dimisión del president. Tras celebrarse en Catarroja, en plena zona cero de la catástrofe, ahora regresa a Valencia, con un recorrido que partirá desde la plaza de la Mare de Déu convocada por más de 200 entidades cívicas, sociales y sindicales y las asociaciones de víctimas.