El Consell ha dado luz verde a la tan esperada Estrategia Valenciana Integral de Prevención y Tratamiento del Juego Patológico 2023-2027, un paso crucial en el compromiso del Gobierno de la Comunitat Valenciana con la protección de la ciudadanía, especialmente de los grupos más vulnerables, frente a los riesgos asociados con la ludopatía. La aprobación de esta estrategia, pendiente durante más de dos años, llega como respuesta a la Ley de Regulación del Juego y de Prevención de la Ludopatía en la Comunitat Valenciana, que estipulaba un plazo máximo de doce meses para su implementación.
La Estrategia tiene como objetivo colaborar con otras administraciones públicas y organizaciones vinculadas al juego en la Comunitat para proporcionar un enfoque integral en la prevención y tratamiento del juego patológico.
Tal y como destacaba, este jueves, la portavoz del Consell, Ruth Merino, “no se va a autorizar ningún salón de juego o apuestas a menos de 850 metros de un centro educativo”, incidiendo en que “se intensificarán los controles para evitar el acceso de los menores” en aquellos espacios ya existentes, recordando que en 2022 fueron tres casos en toda la Comunitat Valenciana. “Un caso nos parece preocupante y se debe cumplir la normativa”, ha enfatizado.
Al no haberse aprobado hasta el momento la mencionada estrategia, el dinero recaudado por las sanciones en materia de juego durante los últimos tres años y medio no se ha podido destinar a programas específicos de prevención, tal como exige la Ley del Juego, porque esos programas deben concretarse precisamente en los planes de acción de la Estrategia. Una prevención que, desde el Consell, se considera clave debido al incremento de juego online por parte de los más jóvenes, una regulación que, en este caso, depende del Estado.
Líneas estratégicas
La Generalitat se compromete a ofrecer un marco que garantice mayor seguridad en el sector del juego, prestando especial atención a la población más vulnerable y trabajando en la prevención y reducción de los daños asociados.
La estrategia se basa en cuatro líneas clave: mejorar la prevención del trastorno de juego, potenciar la intervención para atender a las personas afectadas, impulsar la gestión del conocimiento y regular la actividad del juego con criterios científicos.
- Prevención en la sociedad: Concienciar y sensibilizar a la ciudadanía sobre los riesgos del trastorno de juego, formar a profesionales clave, fomentar habilidades y conductas alternativas, y promover la participación en iniciativas de ocio saludable y campañas informativas.
- Intervención para personas afectadas: Fomentar la formación de profesionales especializados en el tratamiento del trastorno de juego, promover la detección precoz de conductas de riesgo y adecuar los recursos para atender las necesidades específicas.
- Gestión del conocimiento: Identificar la frecuencia del trastorno de juego, actualizar sistemas de información, identificar variables ambientales, y promover la colaboración entre agentes clave en la prevención.
- Regulación con criterios científicos: Analizar el impacto de medidas regulatorias, como la suspensión de nuevas autorizaciones de establecimientos de juego y limitaciones de publicidad, y proponer medidas adicionales para reducir el trastorno de juego.