La Comunitat Valenciana ha sufrido la semana más letal por calor de la última década. Entre el 18 y el 24 de agosto se registraron 112 muertes atribuibles a las altas temperaturas, una cifra inédita desde que existen registros en el Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) del Ministerio de Sanidad. Este verano de 2025 queda ya marcado por su crudeza, con un total de 368 fallecimientos en lo que llevamos de temporada.
El repaso mes a mes muestra la dureza de este periodo estival: junio cerró con 32 muertes, julio escaló hasta 155 y agosto roza ya las 181 defunciones. El día más trágico se vivió el 19 de agosto, con 21 fallecimientos en apenas 24 horas, lo que da la medida del impacto real que está teniendo el calor extremo en la salud de la población.
Los datos revelan también grandes diferencias territoriales. Alicante encabeza las cifras con 247 muertes, seguida de Castellón con 86 y València con 35. En cuanto al perfil de las víctimas, 197 eran hombres y 171 mujeres, un reparto prácticamente equilibrado que demuestra que nadie está a salvo cuando las temperaturas se disparan.
Golpes de calor y falta de socorristas, una combinación fatídica
La ola de calor no solo deja víctimas directas por golpes de calor, sino que agrava otros riesgos. Como señalaba Salvador Perelló, vicepresidente de la Federación de Salvamento y Socorrismo de la Comunidad Valenciana, en declaraciones a València Extra, la falta de socorristas bien formados en playas y piscinas añade un ingrediente más al cóctel peligroso del verano. Un bañista que sufre un golpe de calor en el agua puede acabar ahogándose si no hay profesionales suficientes o preparados para actuar de inmediato.
A nivel nacional, las cifras tampoco son alentadoras: en la última semana se han contabilizado 861 muertes por calor y el total de este verano asciende ya a 3.597. Un balance que confirma que el calor extremo no es un episodio puntual, sino una amenaza cada vez más frecuente que exige prevención, recursos y respuestas rápidas.