Colegios convertidos en hornos: STEPV exige un plan radical contra el calor en las aulas

El sindicato presenta un plan integral con renaturalización de patios, climatización y reformas bioclimáticas para garantizar centros seguros y sostenibles

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Aula de un centro educativo en València
Aula de un centro educativo en València

Las altas temperaturas ya no son un problema puntual en los colegios valencianos, son una emergencia. Aulas convertidas en auténticas saunas, golpes de calor en patios y pasillos y una comunidad educativa que denuncia no poder trabajar ni aprender en condiciones dignas. Esa es la fotografía que ha llevado al Síndicato de Trabajadores de la Enseñanza del País Valenciano (STEPV) a dar un paso al frente.

En este sentido, el sindicato ha presentado hoy su Plan integral para reducir el impacto de las altas temperaturas y la radiación solar en los centros educativos, un documento que no se limita a enumerar propuestas, sino que plantea un verdadero cambio de modelo. La idea: que cada centro sea seguro frente al clima, accesible y sostenible.

El plan llega tras un verano en el que la Comunitat Valenciana ha vivido temperaturas extremas y en el que se ha constatado, una vez más, que la mayoría de infraestructuras educativas no están preparadas para afrontar este nuevo escenario. STEPV asegura que ha llegado el momento de actuar, con medidas inmediatas, a corto plazo y estructurales que transformen los colegios e institutos. Te las contamos:

Las medidas urgentes contra el calor en aulas y patios escolares

STEPV pone el acento en una serie de actuaciones que deben aplicarse de manera inmediata y que, según remarcan, marcarían un antes y un después en la vida diaria de alumnado y profesorado. La primera línea de trabajo pasa por reducir el calor acumulado en patios y edificios, generando espacios más saludables y seguros para toda la comunidad educativa.

Entre las propuestas destacan:

  • Renaturalización de patios, sustituyendo el cemento por zonas verdes que aporten sombra y frescor.

  • Plantación de árboles de hoja caduca en áreas de recreo y fachadas, combinados con toldos y pérgolas hasta que crezcan.

  • Cubiertas deportivas que permitan realizar actividades al aire libre sin riesgo.

  • Sustitución de muros cerrados por vallas permeables, para favorecer la circulación del aire.

En el interior de los edificios, el sindicato reclama medidas igual de urgentes:

  • Climatización en aulas, con ventiladores, aire acondicionado y sistemas de ventilación cruzada.

  • Aislamiento térmico en cubiertas y fachadas, para frenar la entrada de calor y reducir el consumo energético.

  • Protección solar inteligente en ventanas, con lamas regulables que permitan ventilar sin perder sombra.

  • Creación de espacios verdes dentro de los centros, que actúen como pulmones naturales y mejoren el bienestar emocional.

Protocolos frente a olas de calor y adaptación de horarios

Además de actuaciones físicas en edificios y patios, el plan contempla la aprobación de protocolos de actuación durante los meses más calurosos y en episodios de ola de calor. La propuesta fija los 27 ºC como límite máximo de temperatura en el aula, a partir del cual se podrían suspender o modificar las actividades escolares.

También se defiende la posibilidad de adaptar horarios durante mayo, junio y septiembre, facilitando a los equipos directivos flexibilidad para trasladar clases a espacios más seguros o reorganizar turnos según las condiciones meteorológicas. Estos protocolos incluirían también las escuelas de verano y las pruebas oficiales que se desarrollan en esas fechas, como las de las Escuelas Oficiales de Idiomas u oposiciones docentes.

Con este bloque normativo, STEPV busca blindar la seguridad de alumnado y profesorado, y garantizar que no se repitan escenas de golpes de calor en las aulas como las vividas en el inicio del presente curso.

Reformar las escuelas para que sean más frescas, sostenibles y con dinero garantizado

El plan de STEPV no se queda solo en soluciones rápidas para salir del paso. El sindicato insiste en que hay que cambiar de raíz la forma en la que se construyen y se reforman los colegios. Eso significa apostar por centros pensados para el bienestar: con materiales sostenibles, reciclables y sin tóxicos, con luz natural que entre a las aulas y con ventilación que permita trabajar sin necesidad de pasar calor o depender todo el día del aire acondicionado.

La sostenibilidad es otro de los pilares. El documento propone instalar placas solares en los tejados, crear comunidades energéticas locales que aprovechen la energía sobrante, y abrir la puerta a una gestión más eficiente del agua y los residuos. También se plantea rediseñar los accesos a los centros, con caminos escolares seguros y accesibles que animen a ir a pie o en bicicleta y reduzcan la dependencia del coche privado.

Pero nada de esto será posible sin recursos. Por eso, el sindicato exige la creación de un fondo estable en los presupuestos de la Generalitat y de los ayuntamientos. Y para que no se quede en promesas, plantea la puesta en marcha de comisiones mixtas de seguimiento, con familias, sindicatos y administración, que vigilen el cumplimiento real del plan. Todo ello en un inicio de curso marcado por la tensión, con la amenaza de huelga sobre la mesa y con miles de profesores y profesoras reclamando que las aulas dejen de ser, de una vez por todas, auténticos hornos.

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