Las claves del acuerdo de 35 horas semanales entre Sanidad y sindicatos

Más de 20 días después del acuerdo que fue calificado como “histórico” para la administración y los sindicatos firmantes, continúa en pie la huelga de este lunes convocada por CESM-CV

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Míguel Mínguez, conseller de Sanitat Universal i Salut Pública
Míguel Mínguez, conseller de Sanitat Universal i Salut Pública

El pasado 8 de marzo, la Conselleria de Sanidad y los sindicatos con representación en la mesa sectorial (a excepción de CESM-CV) firmaron el acuerdo que llevaban negociando durante semanas y que establecía en 35 horas semanales la jornada de trabajo, así como limitaba a 35 los pacientes que los facultativos podían ver por día y a 28 el límite que podían atender diariamente los pediatras. Estas medidas irán incorporándose de manera escalonada hasta su implantación total para el 31 de diciembre de 2024 cuando tiene que ser efectivo para todos los profesionales sanitarios. La medida tendrá un coste de 130 millones de euros y abrirá las puertas a 2.500 nuevos profesionales que el servicio sanitario público necesitará para cubrir las horas de trabajo que quedan al descubierto.

Acuerdo “histórico” para unos e “indigno” para otros

El conseller de Sanidad y los sindicatos firmantes (CC.OO, UGT, SATSE, CSIF e Intersindical) calificaron el acuerdo como “histórico”, ya que, según aseguraban, se trata de “un gran avance” para los trabajadores de la sanidad pública. Desde el sindicato médico CESM-CV se negaron a firmar el acuerdo, el cual llegaron a calificar como “indigno”, y continúan con la huelga del próximo 3 de abril, a la que ahora se ha sumado también el sindicato de sanitarios Simap, el cual no cuenta con representación en la mesa sectorial. Para el sindicato médico, que fue quien puso sobre la mesa establecer las 35 horas semanales o limitar el número de pacientes diarios, esas medidas deberían de llevarse a cabo “de forma inmediata” como si ha ocurrido en comunidades como Castilla y León, además de que las 35 horas deberían de ser de lunes a viernes, y no de lunes a sábado como recoge el acuerdo actual.

Miguel Mínguez ha criticado la postura de CESM-CV, después de que el sindicato no apoyara el acuerdo, el conseller les invitó a “reflexionar”, pero tras semanas en las que el sindicato ha mantenido la misma postura, el conseller de sanidad puso ayer en duda la huelga de médicos del próximo lunes a la que señaló por tener “cada vez menos sentido”. Por su parte, desde CC.OO, uno de los sindicatos que aprobaron la medida, la secretaria general de la Federación de Sanidad, Rosa Atienzar, afirmaba que con el acuerdo de reducción de jornada “lo que logramos es una reivindicación histórica”. Además de ello, confirmaba a València Extra que “si queremos que la implantación de las 35 horas no perjudique a la ciudadanía y al sistema sanitario, hay que escalonar la implantación”, además de evitar comparaciones, pues, según afirmaba, “no tiene nada que ver las necesidades de la población y el número de profesionales de la Comunidad Valenciana con el de Castilla y León”.

Las medidas del acuerdo

El acuerdo tiene sus dos grandes mejoras en que consigue reducir a 35 horas semanales la jornada ordinaria de los profesionales de la sanidad pública, así como mejorar la calidad de trabajo de los médicos de atención primaria a quienes se les limita el número de pacientes que atienden por día. Además de estas mejoras, la atención primaria también tendrá una regulación de su cupo medio de tarjetas, situándose entre 1450 y 1200 para la medicina de familia según el tipo de centro, asimismo, estableciéndose en 900 para pediatría y 1.500 para enfermería.

La medida también recoge la introducción de sistemas de llamadas mediante pantallas con los pacientes para poder hacer más efectiva y ágil la atención telemática y se llevará a cabo una “desburocratización” del sistema para restar trabajo de este tipo a los profesionales médicos. Por otra parte, también se establece un aumento de la retribución en las horas de guardia de 1,5 euros y se adoptarán medidas de seguridad en los centros sanitarios para proteger a los profesionales sanitarios.

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