Desconectar de la rutina y coger fuerzas para seguir se vuelve cada vez más importante a la hora de seleccionar un destino ¿verdad? Pues bien, en pleno mes de abril, con la Semana Santa ya iniciada, te dejamos una serie de recomendaciones sobre algunos de los pueblos valencianos que te harán volver como nuevo tras estos días de vacaciones. Por suerte, la Comunidad Valenciana atesora un gran valor rural y cultural en muchas de sus localidades, pero nosotros nos hemos centrado especialmente en la capital del Túria.
Comenzamos con Xulilla. Este municipio de la provincia de València que se sitúa en la comarca de Los Serranos es uno de los puntos a los que hay que ir, al menos, una vez en la vida. La parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles y la historia que envuelve este monumento es parada imprescindible. También, encontramos la conocida Ruta de los Puentes Colgantes y su fantástica mística para desconectar al completo o el llamado Charco Azul en los que podrás disfrutar de un baño tranquilamente. Como no, el castillo de Xulilla, titulado castillo Relámpago, es otro de los puntos vitales. Un castillo al que es vital acudir si estás allí, puesto que presenta motivos como el de ser el sitio en el que se ubicaron las poblaciones de la Edad Antigua o por qué sus propios restos constructivos representan momentos imprescindibles en la trayectoria de la localidad valenciana. Sin duda, parada idónea para desconectar y aprender a la vez.
Nos vamos ahora hasta Bocairent. Uno de los pueblos con mayor atractivo rural de toda València. Es más, cuando estás llegando a la localidad ya comienzas a ver que se trata de un lugar singular. Situado en la comarca de la Vall d'Albaida, emplazado en pleno Parque Natural de la Sierra de Mariola, es uno de los puntos que mayor patrimonio cultural tiene. Su casco antiguo - declarado Conjunto Histórico-Artístico-, les Covetes dels Moros, el acantilado rocoso del Barranc de la Fos son algunos de sus enclaves más reconocidos. Eso sí, la cantidad de museos que tiene también es digna de conocer. El Museo Antonio Ferr, el Museo de Oficios y Costumbres, el Museo Festero, el Museo Paleontológico o el Museo Arqueológico Municipal forman parte de esa lista de lugares imperdibles para todo aquel amante de la cultura y que quiera adentrarse en la historia de este bonito pueblo.
Volvemos a coger el coche para irnos a Xàtiva. Localidad histórica que fue la cuna de los Borgía en su día y que sigue conservando su esencia. De hecho, en las fachadas de su casco antiguo, declarado Conjunto Histórico-Artístico también, todavía se puede observar. Lo cierto es que hablar de esta localidad es recordar su fastuoso castillo, sus ermitas de Sant Feliu i Sant Josep, sus iglesias de Sant Francesc i Sant Pere, la Plaça de la Trinitat o el antiguo convento de Sant Domènec. En la misma línea, aparece la Colegiata Basílica de Santa María e incluso a unos pocos metros del pueblo encontramos el propio paraje natural de la Cova Negra, declarada incluso como yacimiento declarado Bien de Interés Cultural.
Requena entra ahora en acción. Municipio valenciano ubicado en la parte oriental de la comarca de la Plana d'Utiel. Con orígenes prehistóricos que se perciben en el gran legado de castillos, torres, casonas blasonadas como el Palacio del Cid o las singulares iglesias góticas de Sta. María, San Nicolás y el Salvador en el barrio de la Villa. Por si fuera poco, fue un enclave estratégico durante toda la Edad Media y monumentos como la Plaza de Toros, el Teatro Principal o el Monumento Universal a la Vendimia lo representa fielmente. Como no, Requena está caracterizada también por sus tierras de campo y vino (forma parte de la ruta del vino), por lo que si decidís acudir a esta localidad no podéis iros sin probarlo. Su Feria del Embutido también es parada ineludible.
La localidad de Sagunt es nuestra siguiente parada. Otro de los pueblos en los que su castillo, en este caso ubicado en la Sierra Calderona, refleja la potente y dominante fortaleza andalusí del siglo XI. Sagunt guarda una ubicación geográfica, catalogada como privilegiada, puesto que siempre ha sido un lugar estratégico para las diferentes civilizaciones que han ido conviviendo aquí. Algunos de sus patrimonios más importantes son los siguientes. La Alquería Fortificada del Agua Fresca, el Fortín del Grau Vell, el Teatro Romano, la Iglesia de Santa María. Además, también encontramos lugares que nos llevan a recordar el pasado histórico como es el caso de los espacios arqueológicos de la Via del Pòrtic y Domus dels Peixos. Se trata de una calzada romana de 60 metros de longitud y una villa romana que guarda un valor cultural tremendo. En definitiva, pueblo con tradición siderúrgica y que también guarda su legado hebreo con la Judería y edificios como la Casa dels Berenguer.
No podíamos acabar este artículo sin acordarnos de Xelva. Localidad valenciana en la que el agua es la principal protagonista. Lavaderos, manantiales o fuentes aparecen en cada esquina de este pueblo. La propia Ruta del Agua es idónea para conocer más sobre uno de los puntos que caracterizan al pueblo. En ese sentido, en Xelva podrás encontrarte también con la mezquita más antigua de la Comunidad Valenciana - como es la llamada Ermita de Santa Cruz del siglo XIV- o el propio barrio morisco del Arrabal. El acueducto de la Peña Cortada, el convento de San Francisco o el santuario de la Virgen del Remedio son otros de los puntos imperdibles que guarda este encantador pueblo valenciano.