Reproches entre la bancada socialista y la de Ciudadanos esta mañana en Les Corts. Una mañana tensa debido a una afirmación realizada por el diputado de Ciudadanos, Fernando Llopis, que ha aseverado que “los amigos del PSOE tienen las manos manchadas de sangre”.
Una afirmación que ha sido contestada por el president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, que ha recordado que “la única sangre que he visto es la de mis compañeros y mis amigos. Yo estoy aquí porque una persona me dijo que me afiliara al PSOE y el 21 de noviembre recordamos su asesinato”, en referencia al exministro socialista Ernest Lluch, cuyo asesinato a manos de ETA ha cumplido 22 años esta semana.
El president ha realizado esta declaración en su turno de réplica durante las preguntas de los diputados posteriores a la sesión de control, algo poco habitual, para responder a Fernando Llopis, tras una afirmación realizada en la que Puig ha hecho referencia a "los amigos de (la síndica de Ciudadanos) Ruth Merino", refiriéndose a los gobiernos del PP. “No sé quiénes serán los amigos de la señora Merino, pero seguro que no tienen las manos manchadas de sangre como los de su partido”, ha espetado Llopis.
Puig ha reprochado a Llopis que “todo no vale en democracia”: “Ya está bien. Le tendría que dar vergüenza haber realizado esta alusión”, ha incidido el jefe del Consell, mientras la bancada de la izquierda se ha puesto en pie para aplaudirle.
“Ayer vimos cómo se excedían los límites en el ataque personal en el Congreso (a la ministra Irene Montero) y se pasaban las líneas rojas. Hoy usted se ha pasado las líneas rojas”, ha finalizado Ximo Puig.
Condena de Botànic y PP
En este sentido, los tres partidos que integran el gobierno del Botànic (PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem) y el Partido Popular han condenado el “inadmisible comportamiento incívico” de Vox en el Congreso y la “agresión parlamentaria” a la ministra Irene Montero, cuando la diputada Carla Toscano afirmó ayer que el "único mérito" de Montero es "haber estudiado en profundidad" a Pablo Iglesias.
En este sentido, Puig ha mostrado toda su solidaridad con Montero, mientras la vicepresidenta y consellera de Igualdad, Aitana Mas, ha criticado el acoso a la titular del Ministerio. Por su parte, Héctor Illueca ha señalado que lo que se vio en la Cámara Baja es un problema "de machismo y de fascismo".
La síndica del PP, María José Catalá, también ha condenado la "agresión parlamentaria" a la ministra, recordando situaciones similares a cargos de la derecha: "No nos ha parecido bien nunca, ni nos ha parecido bien ese tipo de política".