El Museu de les Ciències de València se ha transformado este miércoles en un espacio de recuerdo, silencio y mucha emoción contenida durante funeral de Estado en homenaje a las víctimas de la DANA un año después de la tragedia. En el centro del recinto, 237 flores blancas y una corona de laurel recordaban a las personas que perdieron la vida en las riadas que asolaron las provincias de València, Cuenca, Albacete y Málaga el 29 de octubre de 2024.
A las cuatro de la tarde han comenzado a llegar los primeros familiares de las víctimas, muchos vestidos con camisetas que recordaban a sus seres queridos o con mensajes como “Eren morts evitables” o “La verdad siempre vence”. A medida que se llenaba la sala, el murmullo se alternaba con los abrazos y las lágrimas discretas al tiempo que en torno a las 17:45h llegaban el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los Reyes Felipe VI y Letizia.
El acto, solemne y de carácter laico, ha congregado a representantes de todos los poderes del Estado, autoridades autonómicas y locales, y a los familiares de las víctimas. El ‘president’ de la Generalitat, Carlos Mazón, increpado antes del comienzo del funeral, también ha asistido situándose junto a los presidentes del Congreso y del Senado, Francina Armengol y Pedro Rollán.
Las voces del duelo
El acto, que ha conducido la periodista Lara Siscar, ha comenzado con la lectura de los nombres de las 237 personas fallecidas en toda España en aquel fatídico 29 de octubre del año pasado. La enumeración, acompañada por un fondo musical, ha marcado el inicio de la ceremonia, seguida de un minuto de silencio en memoria de las víctimas.
Tras este momento ha llegado el turno de las intervenciones de los familiares. La primera en ha sido Andrea Ferrari, “La DANA hace un año cambió para siempre la historia de nuestros pueblos y también la nuestra”, ha recordado. Ha pedido que el homenaje “no sea solo un acto para quienes se fueron, sino un reconocimiento a los que seguimos aquí, caminando con cicatrices en el alma, pero con la mirada firme”.

Ferrari ha querido expresar su gratitud hacia la solidaridad vivida en los días posteriores al desastre. “A los jóvenes que ofrecieron su mano, a los vecinos que abrieron sus casas, a los servicios de emergencia y a los miles de voluntarios que demostraron que, incluso en medio del barro, la humanidad sigue existiendo”, ha señalado.
En su intervención ha recordado a su madre, Eva, fallecida en la riada: “Hablar de ella es hablar de luz y de amor en estado puro. Tenía esa fuerza que te hacía creer que todo era posible y esa alegría que te envolvía sin darte cuenta”.
Después ha tomado la palabra Naiara Chuliá, quien perdió a su marido en la inundación. “En este funeral hay 237 historias con nombres y apellidos, con familias destrozadas y con sueños rotos”, ha subrayado. Ha relatado cómo vivió el momento de comunicar la noticia a sus hijos: “El momento más duro de mi vida fue decirles que no volverías”. Con voz serena, ha añadido: “Sé que no permitirías que bajara los brazos. Sé que quieres que vuelva a ser feliz a pesar del dolor”.
La última en intervenir ha sido Virginia Ortiz, prima de un joven fallecido en Letur. “Abandonó este mundo tras luchar por él, por no conformarse a vivir bajo las injusticias”, ha explicado. Ha agradecido la labor “de los profesionales que recorrieron cuevas, zanjas y lodos buscando a nuestros familiares y cumplieron su promesa de encontrarlos”.
También ha advertido que “nuestro vecino no es el enemigo; la mayoría de nosotros solo queremos vivir en paz”, y ha recordado que las inundaciones son “el fenómeno natural que más muertes provoca en España”. Sus palabras han recibido aplausos cuando ha afirmado que “no fue la lluvia la causante de la tragedia, sino quien omite su deber sabiendo que puede costar vidas humanas”.
Tensión previa a la ceremonia
Poco antes de que los Reyes hicieran su entrada, la solemnidad del acto se ha visto interrumpida. Varios familiares se han puesto en pie para increpar a Carlos Mazón. “Mazón, cobarde” y “dimisión” se han escuchado desde distintos puntos del auditorio, junto a otros gritos como “asesino” o “nos has matado la vida”. Algunos levantaban retratos de las víctimas o camisetas con lemas de denuncia.

Entre las imágenes mostradas se encontraba la de Janine, una joven embarazada de ocho meses, junto a las ecografías de su hija, Escarlett, incorporada recientemente a la lista oficial de fallecidos. Las voces de protesta se han acallado con la entrada de la comitiva real, que ha sido recibida con aplausos.
A la salida, cuando las autoridades abandonaban el museo, las protestas se han repetido. En el exterior, decenas de personas encendían velas que formaban el número 237 en el suelo. Los cánticos de “Mazón dimisión” y “el president a Picassent” se han mezclado con el silencio de quienes aguardaban la salida de los familiares.
Las principales asociaciones de víctimas habían manifestado días antes su malestar por la presencia del jefe del Consell, a quien reprochan su actuación durante la tarde de la catástrofe. En el interior, sin embargo, la mayoría de los asistentes ha seguido el acto en silencio, escuchando los discursos con respeto.
El mensaje del Rey
El Rey Felipe VI ha pronunciado el único discurso institucional del funeral. “La Reina y yo queremos que lo sepáis: estamos, ahora y siempre, con vosotros”, ha dicho desde el atril, frente al conjunto de flores blancas que ocupaba el centro de la sala.
El monarca ha recordado que “lo que ocurrió ese día, esa noche, y lo que siguió, nos trae a todos recuerdos tremendamente duros y sobrecogedores”. Ha descrito aquella DANA como “una tragedia que golpeó con fuerza a Andalucía, Castilla-La Mancha y, especialmente, a Valencia, y que dejó tras de sí destrucción, damnificados y un inmenso dolor que todavía sentimos”.
Felipe VI ha destacado que “cada nombre, cada historia, cada persona forma parte de una memoria que nos pertenece a todos y que entre todos debemos preservar”. Ha añadido que “no existen las palabras perfectas, pero sí un sentimiento sincero que nos une a vosotros, que os acompaña en vuestro duelo y que queremos expresar con todo el cariño de España”.

El Rey también ha apelado a la responsabilidad colectiva: “Es necesario seguir analizando las causas y circunstancias de la tragedia para extraer las lecciones necesarias y mejorar nuestra capacidad de respuesta ante futuras catástrofes”. Y ha concluido con un mensaje de esperanza: “Todos deseamos que algo así no vuelva a ocurrir. Pongamos todos de nuestra parte para impedir que se repita”.
La ofrenda y el silencio final
Tras su intervención, los monarcas han depositado una corona de laurel junto a dos familiares de las víctimas. Durante la ofrenda, decenas de asistentes han alzado fotografías de sus allegados en señal de recuerdo. A continuación, se ha guardado un minuto de silencio, seguido de la interpretación de varias piezas musicales que han cerrado la ceremonia.
Cuando la música ha cesado, los Reyes y el presidente del Gobierno se han acercado de nuevo a los familiares para transmitirles sus condolencias. En el exterior, ya anochecía. Las velas que formaban el número 237 seguían encendidas sobre el suelo de la explanada, iluminando un homenaje que ha unido memoria, respeto y emoción contenida.