Compromís lamenta que Català apueste por una Navidad menos valenciana y plural donde brilla la censura

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Cabalgata de Reyes de València 2024. Foto Xisco Navarro
Cabalgata de Reyes de València 2024. Foto Xisco Navarro

Pere Fuset, el anteriormente delegado de Cultura Festiva con el gobierno de Compromís, ha destacado que el gobierno municipal del PP y Vox “ha actuado obsesionado por borrar avances y una identidad propia y arraigada de la Navidad valenciana y no a seguir mejorando una navidad valenciana, plural y presente en los barrios como el revitalizado durante los mandatos anteriores de Compromís”.

Fuset considera que episodios como la supresión de la missatgera Caterina en los barrios, la de los personajes propios y todos los elementos culturales valencianos de la cabalgata de Reyes, o la marginación del valenciano y la supresión de la capitalidad verde como lema de Expojove “hacen que la delegada de Fiestas y Tradiciones, de Vox, se haya ganado a pulso el apodo de concejala de Censura Festiva”.

Desde Compromís lamentan que - pese a las irreales estimaciones ofrecidas por Mònica Gil - el recorte en presupuesto en la Central de Navidad o en una Expojove protagonizada por armas bélicas, haya hecho que bajen en participación siguiendo los mismos datos oficiales. Un bajón de asistentes que según la formación valencianista también se ha manifestado en las pocas actividades en los barrios mantenidas por el PP y Vox como el paje que, sin éxito, ha sustituido a la censurada Caterina.

Para Fuset es igualmente preocupante “la falta de gestión que ejemplifican errores como el tráfico en el encendido de navidad en la plaza del Ayuntamiento; anunciar las campanadas infantiles a tan sólo tres días de la fiesta, retrasar la guía de Navidad hasta la víspera o perder el ambiente familiar y sin incidentes de ediciones anteriores de unas campanadas con accesos especialmente caóticos sobre los que no se informó suficientemente”.

Para la coalición valencianista “la deslucida Cabalgata de Reyes, la multiplicación de las tribunas VIP y sillas de pago y, sobre todo, el episodio de los muñecos manchegos es el colofón más cutre y surrealista a una navidad que como se ha comprobado mira más hacia Albacete que a València, donde las bandas de música y la cultura valenciana quedan desbancadas por un pupurri incoherente de películas americanas y personajes bíblicos que lejos de destacarse han acabado perdiendo toda coherencia en el relato”.

Para Fuset “el gobierno del PP y VOX marca la diferencia por el sectarismo. Mientras el gobierno progresista de Compromís apostaba por una fiesta plural donde cupiese todo el mundo, restaurando y ampliando el belén en la plaza de la Reina, creando uno nuevo en el Salón de Cristal o poniendo en valor los de las Fallas en la Guía de Navidad, el de PP y VOX, desde una visión integrista y sectaria, censura a personajes valencianos con la excusa de no ser bíblicos y los cambia por brujas Disney o privatiza el espacio público obligando a pagar por participar”.

Fuset ha avanzado que pedirán información "sobre cada céntimo de la cabalgata y los contratos relacionados" después de que hayan apreciado posibles irregularidades en la coordinación que ya han sido presentadas ante la Agencia Antifraude.

Más positiva es la valoración de Compromís hacia el mantenimiento de la descentralización de la decoración en los barrios iniciada por el gobierno Joan Ribó y la apuesta por la pirotecnia en navidad que también tiene su origen en los pasados mandatos. Dos aspectos que Fuset ha aprovechado para agradecer el cambio de discurso del PP pese a denunciar el "cinismo demostrado en el pasado". Así Fuset recuerda que "quienes se refirieron a la plaza del Ayuntamiento como plaza del apagón, ahora con menos elementos, la comparan con el Rockefeller Center".

Un caso similar a la potenciación de la pirotecnia “por un PP que vetó los fuegos de las primeras campanadas en 2015 y criticó un coste inferior a los 50.000 euros para la fiesta de Fin de Año cuando ahora dedica más de 200.000 euros a la celebración”. Fuset ha ratificado que "no estábamos tan equivocados cuando apostamos por la pirotecnia en Navidad ante las críticas de la oposición del momento" y se ha mostrado partidario de replantear el formato y optimizar mejor la gran inversión para que su impacto social y retorno económico sea mayor “y no se limite a un vídeo para redes sin eco en ninguna televisión estatal y a participación de poco más de 50 personas en cada punto del disparo”.

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