Opinión

Compromís, el motor imparable de la transformación

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Con las suelas de los zapatos desgastadas pero el ánimo henchido por la fuerza de las personas que llenan cada uno de los actos de la campaña, se acerca la recta final que ha de llevarnos a las urnas el próximo domingo, 28 de abril. Son ya unos cuantos los kilómetros hechos en esta primera semana, y muchos más los afectos recibidos. Son días de contar, explicar y, sobre todo, de escuchar. Porque la campaña electoral también es eso, escuchar. Ponerse en la piel del otro, del contento y, sobre todo, del descontento.

Eduardo Galeano decía que cuando practicas el ejercicio de la solidaridad, cada día, es también un ejercicio de humildad que nos enseña a reconocernos en los demás, y a reconocer la grandeza en las cosas pequeñas. Y eso implica denunciar la falsa grandeza de las cosas grandotas, en un mundo que confunde lo grande con lo grandote… Por eso a mí me gusta hablar la felicidad de todos los días, la que se consigue a través de esos pequeños logros que la hacen grande. Porque eso es lo que de verdad importa.

De nada vale hacer políticas confundiendo lo grande con lo grandote si nuestras niñas han de pensar en ser valientes, cuando han de ser libres. De nada vale la precariedad laboral de las camareras de piso y de las aparadoras mientras hay quienes se llenan los bolsillos del beneficio arañado a su dignidad. De nada vale ser ciudadanos y ciudadanas de segunda o de tercera, mientras nuestra tierra y nuestras gentes padecen una economía estrangulada por la falta de una financiación justa que nos equipare al resto de las autonomías del Estado español.

Por eso es necesario un gobierno de gente valiente, de gente imparable. Un gobierno liderado por Compromís, donde las políticas por y para las personas no sean a costa de su vida y de su dignidad. Hemos de continuar con la transformación que la ciudadanía nos pidió en 2015, cuando nos convertimos en motor del cambio, después de más de dos décadas de corrupción y de política de beneficio para los amiguetes. Y la garantía para que esa transformación sea real la representa Compromís, por el hecho diferencial, porque no hay ningún lugar en España donde se hayan hecho nuestras políticas.

Somos conscientes que el margen de mejora de la vida de las personas era grande. Había mucho que construir y reconstruir. Han sido cuatro años en los que hemos puesto los cimientos de las políticas de progreso que tantos ciudadanos y ciudadanas nos pidieron con su voto en las urnas. Pero también sabemos que el cambio es imparable, y que ha de seguir esa transformación porque aún queda mucho por hacer. Nunca nos para nada cuando mejorar la vida de la gente está en juego. En eso es en lo que desde Compromís seguiremos trabajando, en dar oportunidad a quienes no tienen voz, a quienes son invisibles.

Somos el motor de la transformación que ha de asegurar la vida de nuestros hijos e hijas, para que nazcan libres, crezcan en igualdad, amen como quieran y a quien quieran, y que al final de los días mueran con dignidad. Esta es nuestra divisa. Esta es la bandera de Compromís. Imparables.

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