Singularu, la marca valenciana de joyería accesible y de diseño, sigue consolidando su expansión nacional con diez tiendas en la Comunidad Valenciana. Según Alba Seco, directora de Retail, el secreto de su crecimiento reside en escuchar a las clientas, ofrecer experiencias únicas en cada tienda y mantener un vínculo cercano y emocional que refuerza el orgullo local y la identidad de la marca.
Singularu nace como marca digital en 2014 y ha logrado consolidarse con 79 puntos de venta en España. ¿Cuál considera que ha sido el factor clave para esta expansión física tan rápida y sostenida?
El factor clave ha sido escuchar siempre a nuestras clientas. Nacimos como marca digital, pero pronto entendimos que muchas personas querían vivir la experiencia Singularu en persona: probar las joyas, sentir la marca y formar parte de una comunidad. Apostar por una red de tiendas propias nos ha permitido estar más cerca de ellas y mantener una relación directa y emocional que es fundamental para nuestro crecimiento.
Valencia es el origen de la marca y, actualmente, cuentan con cinco tiendas en la Comunidad Valenciana. ¿Qué papel juega la región en su estrategia de retail y cómo perciben la respuesta de las clientas locales?
Valencia es nuestro hogar y el corazón de la marca. Aquí nació la idea y sigue estando gran parte de nuestro equipo y producción. La respuesta de las clientas valencianas siempre ha sido increíble: se sienten orgullosas de que una marca local haya crecido tanto sin perder sus raíces. Por eso, para nosotras, seguir creciendo en la Comunidad Valenciana tiene un valor emocional enorme.
La apertura reciente en Carcaixent supone la décima tienda en la Comunidad Valenciana. ¿Qué buscan transmitir con estas tiendas físicas y qué diferencia estas inauguraciones respecto a las de otras comunidades como Andalucía?
Con nuestras tiendas buscamos transmitir cercanía, alegría y comunidad. Queremos que cada clienta se sienta bienvenida, viva una experiencia y se lleve más que una joya: una historia. En Valencia, nuestras aperturas tienen un componente especial de orgullo local. En otras regiones, como Andalucía, la acogida también ha sido fantástica, pero aquí sentimos que compartimos un vínculo más profundo, de identidad y pertenencia.

En Singularu se apuesta por un modelo de tienda experiencial. ¿Cómo se traduce esta filosofía en la experiencia de compra dentro de las tiendas?
Nuestras tiendas están pensadas como espacios donde las clientas puedan disfrutar, descubrir y compartir. Cuidamos la atención personalizada, la ambientación y los detalles para que entrar en Singularu sea una experiencia sensorial. Además, organizamos talleres, personalizaciones y eventos que convierten cada visita en algo único.
La marca se centra en joyería de diseño accesible y hecha en España. ¿Cómo equilibran la producción local con la expansión nacional y la demanda creciente en distintos puntos del país?
Trabajamos con talleres nacionales y proveedores de confianza que nos permiten mantener la calidad y los tiempos. Gracias a una buena planificación y al compromiso de todo el equipo, conseguimos seguir creciendo sin renunciar a lo que nos hace diferentes.
Recientemente, la Reina Letizia ha llevado los pendientes Superstar de Singularu durante su visita a Egipto. ¿Qué significa para la marca que una figura de tanta proyección internacional apueste por sus diseños? ¿Han notado un impacto en las ventas o en la visibilidad de la marca tras el uso de sus joyas por parte de la Reina Letizia?
Ha sido un honor enorme. Que la Reina Letizia luzca nuestros pendientes Superstar nos llena de orgullo y emoción. Es un gesto que ha tenido un gran impacto, no solo en visibilidad, sino también en la motivación del equipo. Notamos un aumento en el interés y las ventas, pero sobre todo sentimos una conexión especial con todas las mujeres que se acercan a Singularu inspiradas por ese momento.

La marca ha pasado por incubadoras y aceleradoras como Demium Startups, Conector y Lanzadera. ¿Qué aprendizajes de esos procesos siguen aplicando hoy en la gestión de las tiendas físicas?
Nos enseñaron la importancia de la agilidad, la medición constante y la innovación. Aunque hemos crecido mucho, seguimos trabajando con mentalidad startup: probamos, medimos y mejoramos rápido. En retail, eso se traduce en tiendas dinámicas, equipos muy conectados con la clienta y una gestión flexible que nos permite adaptarnos a cada entorno.
Además de las aperturas, Singularu organiza eventos en sus tiendas. ¿Qué tipo de actividades o experiencias son las que más conectan con sus clientas y cómo contribuyen al crecimiento de la marca?
Las actividades que más conectan son las que giran en torno a la personalización, la creatividad y la celebración. Desde talleres hasta afterworks, buscamos crear momentos de encuentro y disfrute. Estos eventos fortalecen el vínculo con nuestras clientas, nos acercan a nuevas comunidades y convierten nuestras tiendas en espacios vivos y participativos.
¿Tienen planes de seguir ampliando la presencia en la Comunidad Valenciana o en otras ciudades estratégicas de España en los próximos años?
Sí, seguimos creciendo. La Comunidad Valenciana seguirá siendo un eje clave, pero también estamos apostando por nuevas ciudades estratégicas donde nuestras clientas nos están esperando. Nuestro objetivo es consolidar un modelo sostenible y cercano, donde cada nueva tienda aporte valor y mantenga el espíritu de Singularu: joyas bonitas, asequibles y hechas con corazón.
