Recuperación económica tras la DANA en Valencia: un año de avances y desafíos

La DANA deja un año de recuperación desigual en Valencia: industria, comercio y agricultura aún afrontan pérdidas y reparaciones

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Una tienda de indumentaria fallera afectada por la DANA en Picanya - Foto: Rober Solsona - Europa Press
Una tienda de indumentaria fallera afectada por la DANA en Picanya - Foto: Rober Solsona - Europa Press

Un año después de la devastadora DANA que arrasó buena parte de la provincia de Valencia, la economía local todavía lucha por recuperar el pulso perdido. Y es que miles de trabajadores, autónomos y pequeños empresarios se vieron obligados a detener su actividad mientras evaluaban los daños y buscaban financiación para reparar instalaciones, maquinaria y locales comerciales. De hecho, sectores indispensables como la agricultura, la ganadería, la industria manufacturera y el comercio urbano se vieron paralizados por semanas.

Doce meses después, aunque la mayoría de empresas afectadas han retomado parcialmente su actividad, muchas aún afrontan desafíos financieros, retrasos en reparaciones y dificultades para recuperar la normalidad, dejando al descubierto una recuperación que avanza de forma desigual. Así lo demuestra el informe “Impacto en el campo y la industria: Balance de la situación empresarial de la zona cero, tras un año de la dana de octubre de 2024” elaborado por la Cámara Valencia.

Impacto en el campo y en la industria

El sector agrícola y ganadero fue uno de los más afectados, con daños cuya reparación necesitará varios años. Las pérdidas incluyen cultivos enteros destruidos, alteraciones en los suelos productivos y daños graves en infraestructuras de riego, lo que compromete varios ciclos productivos. Las explotaciones más afectadas requieren no solo reposición de maquinaria y material agrícola, sino también asistencia técnica para recuperar la fertilidad de los suelos y prevenir pérdidas en futuras campañas.

Restos de la DANA en un campo de arrozales - Foto: Rober Solsona - Europa Press
Restos de la DANA en un campo de arrozales - Foto: Rober Solsona - Europa Press

Por otro lado, la DANA afectó intensamente a la industria manufacturera, especialmente en los catorce municipios de la zona cero (Alaquàs, Albal, L’Alcúdia, Aldaia, Alfafar, Benetússer, Beniparrell, Catarroja, Massanassa, Paiporta, Picanya, Sedaví, Ribarroja del Túria y Xirivella). Los polígonos industriales más afectados fueron los de Paiporta, Albal, Sedaví y Alfafar, donde predominan empresas de pequeño tamaño con menor capacidad financiera para afrontar la recuperación.

A fecha de octubre de 2025, unas 100 empresas han cerrado de forma definitiva por falta de tesorería, reducción del fondo de comercio y falta de relevo generacional, lo que representa el 6% de las empresas de la zona cero. Entre las empresas que permanecen activas, una de cada diez todavía realiza tareas de reparación.

Los daños materiales han sido cuantiosos, ya que hasta un 67% de las empresas necesitan reparar cerramientos y suelos; el 61% maquinaria y herramientas; el 50% mobiliario; y un 44% instalaciones eléctricas y stock de mercancías. De hecho, en algunos casos, los costes de los daños superan incluso los 300.000 euros.

La recuperación ha sido posible gracias a la combinación de recursos propios, seguros, ayudas públicas y donaciones privadas, aunque la alta demanda de ayudas ha generado retrasos en la gestión y desembolso de fondos. En los polígonos de Catarroja y Xirivella, se ha observado un incremento en el consumo de energía industrial y afiliaciones a la Seguridad Social, reflejando una recuperación más rápida que en otros municipios.

El sector servicios, el más castigado

Más de 2.300 comercios urbanos sufrieron daños por la riada. Tras un año de reparaciones y acondicionamiento de locales, siete de cada diez han reabierto, aunque cuatro de cada diez todavía operan por debajo de los niveles previos a la inundación. Los daños económicos han sido significativos, ya que la mitad de los negocios sufrió pérdidas de entre 30.000 y 100.000 euros y uno de cada diez superó este umbral. La recuperación también se ve limitada por daños funcionales persistentes en mobiliario, cerramientos, suelos y techos, elementos pendientes de reparar que afectan a un 21% de los establecimientos.

Un negocio afectado por la DANA - Foto: Europa Press
Un negocio afectado por la DANA - Foto: Europa Press

En términos de empleo, la contratación en el sector servicios se mantiene por encima de los niveles de 2024, aunque algunos municipios como Beniparrell, Sedaví, Albal y Paiporta registran descensos en las afiliaciones de transportes y almacenamiento. La hostelería muestra un comportamiento desigual, con retrocesos interanuales en Catarroja, Picanya y L’Alcúdia.

Los negocios han combinado recursos propios con seguros, ayudas públicas de la Generalitat Valenciana y del Gobierno de España, así como donaciones de empresas y entidades privadas, que cubrieron aproximadamente a seis de cada diez negocios afectados durante las primeras semanas tras la DANA. Aproximadamente cuatro de cada diez negocios que solicitaron ayudas ya las han recibido, mientras que otra proporción similar continúa pendiente de resolución de expediente o compensación de seguros.

Perspectivas y desafíos de la recuperación

Un año después de la DANA, el balance económico muestra avances significativos, pero también importantes desafíos. Mientras que aproximadamente la mitad de los negcios han recuperado su actividad completa, un 25% operan a menor capacidad y muchos todavía afrontan reparaciones pendientes. La reactivación industrial y comercial depende en gran medida del acceso a financiación y de la reparación de daños materiales, mientras que la recuperación del sector primario será más lenta y requerirá recursos a largo plazo.

El impacto de la DANA evidencia la vulnerabilidad de la economía local ante fenómenos meteorológicos extremos y la necesidad de planes de contingencia sólidos, así como de un apoyo coordinado entre administraciones y entidades privadas. La reactivación económica de la zona cero de Valencia continúa, pero el ritmo desigual de la recuperación deja en evidencia que aún existen necesidades urgentes de asistencia técnica y financiera para consolidar la normalidad y proteger la continuidad de empresas y comercios.

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