De una herramienta básica para fichar a convertirse en una de las scale-ups más prometedoras del país. Así ha sido la evolución de Sesame HR, la compañía valenciana especializada en software de recursos humanos que ya opera en más de 30 países. Hablamos con Majo Castillo, su directora de operaciones, sobre los grandes hitos que han marcado su historia, los retos de la internacionalización, la importancia del trabajo presencial en un mundo digital y el papel decisivo que juega la inteligencia artificial en su estrategia de presente y futuro.
¿Cuáles han sido los tres hitos más importantes en la historia de Sesame HR?
Sin duda, el primero fue decidir que no queríamos quedarnos como un software de control horario. Sesame nació como una herramienta para fichajes, gestión de vacaciones y alguna tarea más. Pero dimos el salto y decidimos ampliar: onboarding, evaluación del desempeño, comunicación interna, nóminas... Fue una apuesta valiente en 2020, en plena pandemia, pero marcó un antes y un después. Contratamos a los primeros programadores para desarrollar todo ese nuevo producto, y hoy es la base de lo que somos.
El segundo gran hito fue levantar una ronda de inversión. Llevábamos desde 2006 con otros negocios, siempre autofinanciados. Nunca habíamos levantado capital externo. Pero en 2021 decidimos lanzarnos, y eso supuso un cambio profundo: hay que aprender a relacionarte con inversores, a gestionar el dinero de forma diferente… Fue un reto, pero sin duda una decisión acertada.
Y el tercero, la internacionalización. Ya teníamos clientes fuera de España, sobre todo en Latinoamérica, pero de forma reactiva. Lo que marcó la diferencia fue crear un equipo de 50 personas en México, con su propia estructura, cultura y dirección. A ocho horas de distancia, sin que ninguno de los fundadores se mudara allí. Fue un reto enorme... y salió bien.
¿Qué desafíos supone estar presentes en más de 30 países?
El mayor reto es tener un equipo grande fuera. Puedes tener a una persona en Portugal o alguien de postventa en Italia, pero no es lo mismo que tener una oficina completa. Lo complicado es gestionar equipos con su propia cultura y problemas, a distancia.
La comunicación también es muy diferente. Aquí, si tienes un roce con alguien, al rato lo ves en la cafetería y se disipa. Pero con una videollamada que termina de forma abrupta, la persona se puede quedar con una sensación negativa. Requiere mucha atención y cuidado.
Y, sin embargo, apostáis firmemente por el trabajo presencial. ¿Por qué?
Sí, creemos mucho en el trabajo presencial. Tenemos flexibilidad, teletrabajo y la posibilidad de trabajar desde el extranjero si alguien lo necesita. Pero estamos convencidos de que el vínculo con la empresa, los valores y los compañeros se construye en persona. Puedes ser un gran profesional a distancia, pero sin sentir la marca. Y nosotros queremos ese sentimiento de pertenencia.
¿En qué estáis invirtiendo los 23 millones de euros de la última ronda de financiación?
Lo primero fue reforzar nuestra presencia internacional, sobre todo en Portugal, Italia y Brasil. Ya estábamos en esos países, pero ahora tenemos más equipo, campañas de publicidad y mucha más presencia de marca.
También estamos adaptando nuestro producto y servicio para clientes más grandes. Nuestra media está entre 50 y 150 empleados, pero si queremos trabajar con empresas de 500 o más, necesitamos más especialización, más consultoría y otro tipo de atención al cliente. Y eso también requiere nuevos perfiles.
En una empresa de recursos humanos, ¿qué papel juega el equipo humano?
Es todo. Nada funciona si la gente no cree en lo que hace. No se trata de imponer, sino de convencer, explicar, compartir el porqué de las decisiones. Si alguien no lo entiende o no lo comparte, tampoco pasa nada, pero tiene que haber alineación.
En nuestro equipo directivo llevamos muchos años juntos. Hemos pasado por todo: desde no tener dinero hasta no poder pagar las nóminas. Eso ha creado una confianza y una complementariedad muy valiosa. Yo no he fichado estrellitas. Aquí aprendemos juntos y nos apoyamos donde el otro flaquea. Esa es la clave.
Hablas con pasión de la inteligencia artificial. ¿Qué peso tiene ahora mismo en vuestro trabajo?
Muchísimo. En el producto hay IA en casi todos los módulos. Pero la verdadera revolución está siendo interna: hemos metido IA en todas las áreas, desde legal hasta marketing. Hacemos formaciones, hackatones, usamos todas las herramientas posibles. Creemos que el profesional del futuro no tendrá cabida si no domina estas herramientas.Eso también nos ha hecho pensar en cómo ayudamos a nuestros clientes a introducir IA en sus equipos sin generar miedo o rechazo. Porque no es fácil, ni siquiera en una empresa tecnológica como la nuestra.
¿Y en cuanto a la competencia? ¿Qué os diferencia?
Nuestro producto está pensado para ser intuitivo, agradable de usar y centrado en la experiencia de usuario. Cuidamos mucho el diseño y buscamos que cada funcionalidad aporte valor real a la persona que lo utiliza. Además, nuestra apuesta por la inteligencia artificial es clara y firme: creemos que llegará un momento en que no se entenderá un software de RRHH sin IA. Nosotros queremos estar ahí desde ya.
Recientemente habéis inaugurado un nuevo espacio hecho con contenedores marítimos. ¿Cuál es su función?
Fue una idea de Albert, nuestro CEO, que llevaba tiempo queriendo hacerlo. Nos estamos quedando sin espacio, y no queríamos sacrificar zonas comunes que dan vida al equipo. Así que montamos este espacio con contenedores reutilizados, muy en sintonía con el entorno del mar.Ahí irá principalmente el equipo de expansión: Portugal, Brasil, etc. También hay salas de reuniones y una sala grande arriba que seguramente alquilemos para eventos, reuniones o team buildings. Pero su función principal es para uso interno.
Os han destacado como una de las 10 scale-ups más importantes de España. ¿Cómo os definís?
Ahora sí que me creo que somos una scale-up. Tenemos presencia internacional, 17 millones de ARR, y un equipo potente. Ya no estamos validando el modelo de negocio. Pero somos una scale-up atípica. No venimos de levantar capital con un PowerPoint. Llevamos 15 años con negocios tradicionales, autofinanciados. Nos hemos metido en líos con nuestro propio bolsillo, y eso marca una forma de trabajar y de entender la cultura muy diferente.
¿Qué planes tenéis a corto y largo plazo?
Seguir con la internacionalización. Este año seguramente toquemos Alemania y Francia. Alemania nos impone respeto por el idioma y el nivel tecnológico, pero vamos muy preparados. También queremos fortalecer Brasil, y probablemente entremos en Argentina y Chile, donde ya tenemos muchos argentinos en el equipo.
Y el otro gran foco es la inteligencia artificial. Queremos que nuestros equipos sean "superhumanos": más productivos, más estratégicos. No se trata de sustituir personas, sino de liberar tiempo para pensar y aportar más valor. Y, quizá, a medio plazo, plantearnos otra ronda de inversión para seguir creciendo.