Antonio Torregrosa: "La Fundación Valenciaport nació porque entendimos que no bastaba con infraestructuras: hacía falta conocimiento"

Desde la transformación energética hasta la ciberseguridad, la Fundación trabaja para que el puerto de València siga siendo un referente internacional en sostenibilidad, innovación y formación especializada

Guardar

Antonio Torregrosa, fotografía de Fundación Valenciaport
Antonio Torregrosa, fotografía de Fundación Valenciaport

Antonio Torregrosa es director general de la Fundación Valenciaport, la entidad que impulsa la innovación dentro del ecosistema logístico del puerto de València. En esta entrevista con Valencia Extra, analiza los desafíos clave del sector ante la digitalización, la sostenibilidad y la necesidad de nuevos perfiles profesionales, destacando también el papel que juega el puerto dentro de la economía azul.

¿Qué papel juega la Fundación Valenciaport como motor de innovación dentro del sector logístico portuario?

La Fundación Valenciaport tiene un papel muy importante porque cuando este puerto, liderado por la Autoridad Portuaria de Valencia, decidió ser un puerto grande y líder en España y en el Mediterráneo, se dio cuenta de que no bastaba con infraestructuras y tecnología: hacía falta innovación, hacía falta conocimiento. Entonces decidió poner en marcha la Fundación. Nos gusta presentarnos como el motor de la innovación del puerto de Valencia.

Trabajamos con las empresas, apoyándolas en un esquema de innovación colaborativa para que apliquen innovación, se formen, adquieran conocimiento y, por lo tanto, mejoren su competitividad, su sostenibilidad y su resiliencia. Y así hagan que el puerto de Valencia sea lo que es hoy: un líder.

Trabajáis en proyectos como SEANERGY, a nivel europeo. ¿Qué supone para el puerto de Valencia estar en este tipo de iniciativas?

Los proyectos europeos son muy importantes por varias razones. La más relevante es que nos permiten trabajar con otros puertos, universidades, centros de investigación y empresas tecnológicas líderes en Europa. Así podemos desarrollar soluciones conjuntas, aprender e incorporar innovaciones generadas en otras comunidades portuarias. Además, permiten obtener financiación, algo crucial porque la innovación conlleva riesgos y requiere muchos recursos. Este apoyo financiero nos ayuda a desarrollar pilotos y catálogos, como el que hicimos en SEANERGY, que tal vez sería muy difícil sin un entorno como este.

¿Cuáles son los grandes retos para la Fundación en los próximos 5 o 10 años? ¿Inteligencia artificial, sostenibilidad...?

Sí, precisamente los que mencionas. Como en todos los sectores de nuestra economía, los grandes retos pasan por la transición energética. En nuestro caso estamos muy avanzados y desarrollando nuestro plan de cero emisiones, aunque el reto más complicado es la parte terrestre del puerto, especialmente la infraestructura portuaria y el transporte terrestre. En cuanto a inteligencia artificial, la digitalización es otro gran reto. Esta tecnología ofrece oportunidades en previsiones, eficiencia operativa y robotización. Ya estamos trabajando con ella y lo haremos aún más en los próximos años. Esto se conecta con otro eje clave de la Fundación: definir los perfiles profesionales necesarios para adaptarse a una economía más verde, digital y automatizada.

Foto 10 (1)
Sede Fundación Valenciaport
¿Está preparado el puerto de Valencia para la robotización y automatización?

Sí... Contamos con un sistema de información comunitaria que coordina electrónicamente todas las operaciones entre usuarios públicos y privados. Este sistema, con más de 20 años, nos convirtió en un puerto sin papeles, clave en un entorno que mueve casi cinco millones y medio de contenedores al año. Partiendo de ahí, desarrollamos muchos proyectos para aplicar progresivamente tecnologías que ya existen en el mercado a la actividad portuaria.

En 2023 la Fundación fue certificada como cero emisiones. ¿Está cerca el puerto de lograr también ese objetivo?

Para la Fundación fue más sencillo: somos 80 personas, tenemos oficinas y una huella muy pequeña. Certificamos y compensamos nuestras emisiones con diversos proyectos para dar ejemplo. Pero el puerto de Valencia es otro mundo: miles de personas, actividad industrial, maquinaria, camiones... La Comisión Europea exige la neutralidad en 2050, pero nosotros queremos adelantar esa meta. Ya hay avances importantes: suministro eléctrico a buques en puerto, electrificación de maquinaria portuaria, impulso al ferrocarril, generación de energía limpia. El transporte terrestre sigue siendo el reto más difícil, especialmente la transición energética de los camiones.

¿Qué papel puede jugar el puerto dentro de la economía azul, más allá de la logística?

El puerto tiene una política activa de responsabilidad social corporativa, impulsando proyectos no estrictamente vinculados a la carga. Por ejemplo, trabajamos con pescadores ayudándoles a diversificar su actividad. Con los cruceros, colaboramos con la ciudad para potenciar su tráfico, pese a que no es la actividad más rentable ni sencilla para el puerto.

También trabajamos con el Ayuntamiento, la Diputación y la Fundación Valencia Innovation Capital para digitalizar el sector, rediseñar rutas y evitar la saturación en determinados puntos turísticos.

Uno de vuestros puntos fuertes es la formación. ¿Qué modelo ofrecéis y cómo trabajáis el intraemprendimiento?

Hace 33 años se creó un máster en gestión portuaria y transporte intermodal, pionero en su sector. Este Máster, avalado por la Universidad Politécnica de Valencia sigue funcionando y es el principal vivero de talento para las empresas del puerto. Además, tenemos formación técnica y profesional, acuerdos con la Generalitat para una FP especializada en inmersión portuaria, formación de maquinistas ferroviarios y en señalización marítima. También impulsamos el intraemprendimiento a través de nuestro hub de innovación abierta Opentop, que busca atraer talento externo y fomentar ideas dentro del propio ecosistema local, incluso entre trabajadores del puerto.

Aula Neptuno
Aula Neptuno
¿Está el sector logístico preparado ante los riesgos de seguridad digital, como aborda el proyecto Transcend?

El sector está muy concienciado. En el ámbito público hay protocolos de ciberseguridad muy fuertes (autoridad portuaria, aduanas, etc.). En el sector privado, las grandes empresas están mejor preparadas, pero las pequeñas sufren muchos ataques. La Fundación Valenciaport trabaja para ayudar especialmente a las pequeñas empresas, porque el eslabón más débil pone en riesgo a toda la cadena logística. Nos enfrentamos al reto de construir una ciberseguridad colectiva y estamos trabajando en ello.

Sobre la terminal norte, ¿qué impacto tendrá en la competitividad del puerto?

Es una inversión público-privada muy relevante para la economía valenciana. Supone una mejora en conectividad, eficiencia y costes logísticos, clave para el comercio exterior. Además, desde un punto de vista cualitativo, será la terminal más eficiente del mundo en energía y automatización: cero emisiones y mínimas ineficiencias. Situará al puerto como referencia en sostenibilidad, innovación y eficiencia.

Después de más de 20 años en este sector, ¿qué te impulsa a seguir? ¿Qué retos ves aún por delante?

Vine al puerto desde la universidad hace 21 años, cuando se impulsó la Fundación. Y no me aburro. Es un sector apasionante: un pequeño mundo en sí mismo, con su industria, sus servicios, y donde los retos cambian muy rápido.

La velocidad a la que avanza todo hace que la innovación sea fundamental. Mientras haya retos nuevos cada día, sigue siendo apasionante trabajar aquí.

Destacados