El nuevo estadio del Valencia Club de Fútbol se está convirtiendo en un quebradero de cabeza para todas las partes que están implicadas. Por un lado, el Ayuntamiento de València está comenzando a impacientarse porque queda menos de dos años para que el edificio de Mestalla sea historia y se finalice el Nuevo Mestalla, y de momento, ese momento no parece estar cerca. Por otro, el club de Peter Lim encadena escándalo tras escándalo después de anunciar que no puede pagar ni la ficha de sus jugadores sumado a la racha de mal-ventas de jugadores importantes para el valencianismo. A estas partes se suma el deterioro que supone para el barrio de Benicalap tener un estadio en construcción y en ruinas, cuyos negocios esperaban remontar con la finalización del estadio y que llevan desde que empezaran las obras en 2007 "sobreviviendo".
Llegados a este punto, el alcalde de València, Joan Ribó, ha lamentado el "silencio" de la entidad valencianista a sus advertencias en las últimas semanas sobre el plazo de la Actuación Territorial Estratégica (ATE). En una entrevista concedida a la agencia EFE, el alcalde ha asegurado que "el Ayuntamiento estaría dispuesto a renegociar los plazos de la ATE firmada con el Valencia CF si viera un gesto de la entidad para avanzar en la construcción del nuevo estadio". Además, añadió que le gustaría que "el club fuera de los valencianos".
El verano ha sido convulso para el equipo valencianista, pues no ha dejado de copar los titulares de la prensa pero no por sus victorias o jugadas, si no por sus acciones controvertidas. Recientemente, el equipo anunció que emitiría unos "pagarés" a los jugadores porque no serían capaces de pagarles el sueldo. Al mismo tiempo, hicieron ventas muy por debajo del precio de venta a jugadores míticos para el valencianismo como a Dani Parejo, encima a un equipo rival directo en La Liga como lo es el Villarreal CF. Estas decisiones no han hecho más que molestar a la afición que sufre disgusto tras disgusto, llegando incluso a hacer una concentración en los alrededores de Mestalla para denunciar la situación.
La actual situación económica del club, cuyo máximo accionista es el empresario de Singapur, Peter Lim, ha hecho temer incluso por una desaparición de la entidad, aunque Ribó tiene la confianza de que "la afición del Valencia CF, que es amplia, entusiasta y a veces muy 'patidora', será capaz de buscar soluciones", declaró entusiasta a EFE.
El edil, tras avisar en varias ocasiones a la entidad respaldada por Meriton, ha reconocido que: "no he tenido respuesta. Nos preocupa el Valencia, no solo por sus problemas a nivel interno, que son perceptibles, sino también en lo que respecta a la situación urbanística". Además, insistió en que a los dirigentes del club "hay que decirles seriamente que el tiempo de la ATE se acaba y que los compromisos hay que cumplirlos".
Cabe recordar que en 2025 acaba el plazo para finaliza los dos proyectos. Además de los evidentes problemas urbanísticos, el Valencia CF "tiene un compromiso con el barrio –en el que ubica el nuevo estadio- de construir unas instalaciones deportivas", señala el alcalde. El barrio de Benicalap, donde se ubica el nuevo estadio cuyas obras empezaron en 2007 y están paralizadas desde 2009, está "sufriendo mucho por la falta de infraestructuras y del cumplimiento de estos acuerdos", apunta Ribó, quien añadió que "hay un compromiso de construir una zona deportiva y tiene que cumplirse".
No obstante, el Ayuntamiento ha mostrado una postura dialogante y comprensiva: "me gustaría ver un gesto del Valencia CF que indique que quiere avanzar en el cumplimiento de sus obligaciones, como podría ser solicitar la licencia de actividad para finalizar el estadio o cualquier otro. Este silencio no nos gusta y nos preocupa", afirmó. El club es "fundamental para la ciudad" por lo que "si vieran una voluntad seria por parte del Valencia CF, estudiarían todas las posibilidades". Es decir, estarían dispuestos a modificar las fechas: "la ATE es una cuestión autonómica, pero si nosotros vemos una actitud positiva de querer avanzar en el cumplimiento de sus obligaciones, seremos lo más flexibles que podamos", sentenció.
"Si se produjera un cataclismo así, quienes en primer lugar debe buscar soluciones son la propia afición y los elementos del club" retomó. También recordó que el Ayuntamiento siempre ha estado dispuesto a ayudar en la medida de sus posibilidades para que los clubes de la ciudad puedan desarrollar su actividad.
El alcalde cree que "los clubes de fútbol deberían ser siempre de su afición, aunque esto pueda tener diferentes variantes2 y afirmó que el modelo actual del Valencia y de otros clubes de España y Europa no le "gusta". "Creo que es un modelo que genera conflicto, tensiones y un cierto distanciamiento de sectores de la afición", detalló antes de finalizar: "Me gustaría que el Valencia fuera un equipo de los valencianos y espero que algún día pueda volver a serlo".