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Se esperaba un partido difícil en este clásico de la Liga en tierras andaluzas. Luego del triunfo del Real Madrid ante el Sporting por 2-1, el Sevilla necesitaba ganar a los de Prandelli para superar al Barcelona, quedar momentáneamente en el segundo lugar y estrechar distancias con el equipo de Zidane.
Los valencianistas, lejos de aquellos lances de la punta, llegaron a este partido con la idea de sumar sí o sí para evitar el descenso. El conjunto del técnico argentino tiene jugadores duros de matar, aunque la ausencia de Nasri, uno de ellos, implicaba menos pólvora. Por otro lado, el entrenador blanquinegro eligió a Siqueira en vez de Montoya para el inicio, además de prescindir de Gayà.
El duelo comenzó con un error de Rico y Rami, que dejaron el balón a Enzo Pérez y Nani para que estos lo desaprovecharan. La presión de los nervionenses anuló a los che pero estos parecían concentrados para no generar agujeros peligrosos en defensa. Fue recién a los 20’ que el Mudo Vásquez se atrevió con una pelota desde fuera del área, al igual que Escudero a los 22’.
El Valencia hizo un buen primer tiempo atrás y generó pelotas paradas. Más de cuatro córners y dos tiros de falta acercaron a los del Túria a la portería de Rico, pero se extrañó la voluntad de transformar en gol las oportunidades, otra de las incapacidades de los visitantes.
Después del descanso, Sampaoli intentó despertar a sus jugadores, desaparecidos en la primera fracción para favor de los valencianistas. Para ello sacó a Escudero y puso a Kiyotake. Así, llegó el gol del Sevilla a los 56’ en los pies de Ezequiel Garay tras un error feísimo en defensa. Un fatal gol en propia puerta.
Lo único que pudo hacer Prandelli fue sacar a Abdennour e intentar algo con Munir, uno que despierta contra los equipos fuertes. El 9 no tenía ni cinco minutos en el campo y tras un pase de Cancelo logró el empate con un ligero golpe propio de delantero experimentado, a pesar de su juventud.
Pero esto no duraría mucho. Al minuto 74 el balón botó después de un despeje de la defensa valencianista, lo que aprovechó Nico Pareja para tirar y colar un gol en el palo derecho de la portería de Alves. El 2-1 tras la iluminación de Munir revivió a los fantasmas y otorgó unos diez minutos en los que el Valencia debía hacer algo pronto.
Por eso, Prandelli decidió meter a Santi Mina y Gayà. Con estos dos completó los tres cambios permitidos, como si quemara las naves para alcanzar el empate. Sin embargo, y a pesar de la prueba de Gayà frustrada por Rico en el último minuto, todo esfuerzo fue en vano.
La verdad es que así es como ha sucedido en los últimos partidos, por lo que el equipo che se estacionó, nuevamente, con 11 puntos en la tabla de clasificación.