¿Quiénes están detrás de “Mascotas”, la película animada del momento?

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Mascotas se está transformando en un éxito de taquilla a nivel mundial: en Rotten Tomatoes, la película cuenta con un 74% de calificación. En IMDB, la nota es de un 6.8/10. La crítica en general la ha calificado con un muy buen ritmo y la ha comparado incluso con la clásica Toy Story, ya que el argumento tiene como personajes a diversos animales domésticos, muy distintos entre sí —además— que deben trabajar en equipo, unir sus fuerzas y formar lazos de amistad para conseguir un objetivo en común.

El filme animado trata de un terrier llamado Max que inesperadamente recibe una visita en el piso de Manhattan en el que vive tan cómodamente con Katie, su ama. El nuevo visitante es Duke, un mestizo grande y peludo que está en búsqueda de su pasado y que de inmediato provoca una discusión, tras lo cual se pierden en la ciudad.

Con esto, se dispara la trama en donde participan una pomerania, un teckel, un pug, una gata, un perico, entre otros animales de casa. La contraparte de la película es el villano Snowball, un conejo blanco que es líder de “Los Desechados”, una rebelión de mascotas que han sido abandonadas por sus dueños y que pretenden enfrentarse a las mascotas felices que viven con techo y comida.

Mascotas ha sido un éxito de taquilla para niños y jóvenes en España. Este verano han llenado los cines para ver esta revelación de la pantalla grande que muestra, de forma cómica y bastante vertiginosa, qué hacen sus mascotas cuando no hay ningún humano que los vigile.

Pero… ¿quiénes están detrás de esta historia? No son los de Up y WALL-E (Pixar), ni los de Hormigaz y Shrek (Dreamworks) ni los de La edad de hielo y Río (Blue Sky), grandes conquistas animadas.  La película nace de la compañía de producción cinematográfica Illumination Enternainment, fundada hace tan sólo nueve años y que hipnotizó a los televidentes con Gru, mi villano favorito, esa película en donde el protagonista quiere robar la luna y es ayudado por unas pequeñas criaturas amarillas con gafas y, a veces, un ojo. ¿Sus nombres? Los Minions, protagonistas del spin off homónimo estrenado en julio del 2015 que ha dado lugar a un creciente merchandising, haciéndose más conocidos que Gru. ¿Quién no ha visto a un pequeño y tierno hombrecillo con gafas enormes y overol en alguna taza de desayuno o camiseta?

Los responsables

Incluirse en el grupo de los grandes de la industria de cine animado puede ser bastante difícil. Fundados la mayoría entre los 80 y 90, como Dreamworks, Blue Sky Studios, Pixar o Disney, que ya lleva más de setenta años de tradición y han sido testigos de generaciones y generaciones, las grandes compañías han copado un género que se exporta a todo el mundo, creando un imaginario reconocible.

Con este panorama adverso llegó Illumination Enternainment, propiedad de Universal Studios y fundada por Chris Meledrandi, miembro de la Academy of Motion Picture Arts and Sciences, quien fuera presidente de la compañía 20th Century Fox Animation y productor de películas como Robots (2005) y Alvin y las ardillas (2007). ¿La consigna? Convertirse en una compañía de producción independiente con sus propios preceptos artísticos y comerciales, ligada Universal en tanto distribuidora de sus películas.

En su cruzada, el 2011 Meledandri adquirió el departamento de animación del estudio francés especializado en animaciones generadas por ordenador, Mac Guff, nombrado así en honor al MacGuffin, elemento de suspenso que acuñó Hitchcock como excusa argumental para algunas historias (“en las historias de rufianes, el collar, en las de espías, los documentos”, decía). Cuando aún no pertenecía a Illumination Enternainment, este estudio galo produjo cintas tan reconocidas como No se lo digas a nadie (2006) y 99 francos (2007).

Sumada a esta particularidad que transmite Illumination Studios frente a la competencia, la idea de la compañía de tener un modelo de bajo costo es clara y Meledandri la ha dado a conocer varias veces: “Un estricto control de gastos y filmes animados exitosos no son mutuamente excluyentes”, ha dicho, una filosofía que funciona como contraparte de los millones y millones de dólares que se gastan hoy en día en superproducciones. Gru, mi villano favorito tuvo un presupuesto de $69 millones de dólares y Hop de $63 millones de dólares, menos de la mitad del presupuesto de $175 millones de dólares de Del revés (2015), de Pixar, por dar un ejemplo.

¿El truco para ahorrar? Ser conscientes de los costos de producción y utilizar técnicas de animación que ayuden a abaratar los gastos y los tiempos de renderización de las gráficas de ordenador. Es decir, entendiendo que entre más largo sea el proceso, más exorbitante será el presupuesto a necesitar, que es precisamente lo que sucede en las producciones de otros estudios.

Ha sido tal el éxito de las películas de animación que han creado los de Illumination Enternainment que ya se ha anunciado que en 2017 saldrá la tercera parte de Gru, mi villano favorito (la segunda se lanzó en 2013) y en 2018, Mascotas 2. Por ahora, solo queda esperar nuevos estrenos y cómo se desarrollará este estudio que con menos diez años de vida, sus creaciones serán recordadas por grandes y pequeños. Y si así no sucede, para eso están los incansables Minions.

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