La Comunitat Valenciana es tierra de música. Una música que se ha canalizado durante décadas a través de las bandas, la gran referencia de las cientos de sociedades musicales arraigadas en nuestra sociedad. Pero, poco a poco, se van abriendo paso nuevas secciones dentro de estas agrupaciones musicales, como es el caso de las orquestas. La potenciación de los instrumentos de cuerda y la apuesta que se está realizando en la formación de los jóvenes estudiantes está contribuyendo a su proliferación en los últimos años, convirtiéndose en dinamizadoras del tejido cultural al ofrecer un amplio abanico de contenidos y de propuestas.
José Martínez Colomina, que entre su extenso currículum destaca por ser catedrático y doctor del Conservatorio Superior de Música de València y director titular, desde 2014, de la Universal Symphony Orchestra y de la Universal Chamber Orchestra, coincide, al respecto, en que “posiblemente, para el gran público, son las bandas de música las grandes reconocidas ya que cuando pensamos en música tradicional de formaciones amateurs en las sociedades musicales de los pueblos, nos vamos a las bandas antes que a las orquestas”.
Tradicionalmente, en las sociedades musicales de la Comunitat Valenciana, su arraigo personal ha permitido que tengan prioridad las bandas de música. Ejemplo de ello es la Primitiva de Llíria que hace poco ha celebrado el segundo centenario de su formación. La creación de las orquestas en la Comunitat Valenciana son mucho más recientes, naciendo hace poco menos de 50 años. Por lo que respecta a orquestas profesionales, hasta hace 15 años solo existía la Orquesta Municipal de València, mientras que, en la actualidad existen hasta cinco en la Comunitat Valenciana. “Las orquestas son de nueva creación porque el mundo de la cuerda no lo hemos necesitado dentro de la tradición de las bandas de música, u orquestas de viento, como llaman en el extranjero. Esto nace del trabajo y de la inversión económica de las sociedades musicales”, afirma el director.
Hoy en día hay sociedades que, dentro de su programación, ofrecen tantos conciertos anuales de banda como de orquesta, tanto en auditorio como al aire libre, al mismo nivel y con repertorios de una calidad muy elevada
En diferentes agrupaciones de cierta entidad, como en el caso de Xàtiva con La Vella y La Nova, desde hace alrededor de 25 años están apostando por disponer de profesorado tanto de cuerda como de viento en sus escuelas de música. “Esto hace que, al cabo de unos años, podamos tener alumnos de un mínimo nivel y se pueda empezar a trabajar en formación y repertorio de música orquestal”, destaca Colomina.
Las grandes entidades como Llíria, Buñol o Cullera tienen ya orquestas de una tradición de casi 50 años y, posteriormente, están llegando otras orquestas como en el caso de Xàtiva gracias a un trabajo de apostar económicamente en el profesorado de cuerda. Esta dinamización ha conseguido que, hoy en día, sociedades como las de la capital de la Costera puedan ofrecer tantos conciertos de banda, como los que conocemos tradicionalmente, como de orquesta. Sin embargo, actualmente hay menos de 50 sociedades musicales en nuestro territorio que tengan la suerte de contar con una orquesta sinfónica.
Irene López, integrante, entre otras, de la orquesta de la Societat Musical l'Om de Picassent, y componente del equipo de gestión que coordina la orquesta de La Vella de Xàtiva, considera que “los instrumentos de cuerda cada vez van cogiendo más relevancia. Años atrás los estudiantes en las escuelas de música eran viento y percusión, pero cada vez más se está invirtiendo la tendencia y en la gran mayoría de sociedades musicales las orquestas van cogiendo más importancia”. Sin embargo, López reconoce que “aún no estamos a la altura de lo que son las bandas, que están muy arraigadas a la tradición valenciana”.
Festival CaixaBank de Orquestas
Las orquestas se convierten poco a poco, por tanto, en una opción cultural más. “No solo la banda hace conciertos durante el año sino que las orquestas, pese a ser minoritarias, también ofrecen un gran programa y un amplio abanico de opciones culturales. Además, las orquestas son la agrupación musical por excelencia de la música culta porque las grandes obras de los mejores compositores de la historia están escritas para orquesta. Hoy en día, hay sociedades que, dentro de su programación, ofrecen tantos conciertos anuales de banda como de orquesta, tanto en auditorio como al aire libre, al mismo nivel y con repertorios de una calidad muy elevada”, incide Colomina.
Ejemplo de esta calidad es el ‘Festival CaixaBank de Orquestas de la Comunitat Valenciana’ que ya se ha consolidado, y junto al ‘Ciclo de Conciertos y el Concurso de Orquestas’, han permitido impulsar la vertiente orquestal de las sociedades musicales, creando una agenda de conciertos estable en todo el territorio valenciano. “El certamen de CaixaBank es clave para este crecimiento, ya que las sociedades musicales se involucran al máximo en este tipo de proyectos y es un gran incentivo para seguir trabajando”, reconoce el director, que ha participado en dos ocasiones consiguiendo dos segundos premios con la orquesta joven de La Vella de Xàtiva, la cual ha dirigido durante 14 años.
El objetivo no es otro que “situar a las orquestas en el mismo camino que han transcurrido las bandas”, señala la directora adjunta de Música y Cultura Popular del Institut Valencià de Cultura, Marga Landete. Y es que “con esta nueva edición del festival, y la reciente convocatoria del ‘Ciclo de Conciertos CaixaBank de Orquestas’ –explica el director territorial de CaixaBank en la Comunitat Valenciana, Xicu Costa– damos continuidad a un proyecto que tiene como objetivo apoyar a esas cientos de orquestas valencianas para lograr, a medio plazo, mejorar su calidad artística y estimular la participación de nuestros excelentes músicos de cuerda”.
Apuesta por la promoción de la cultura musical valenciana
A través del programa 'CaixaBank escolta València', al que la entidad financiera destina un millón de euros anuales, las orquestas han encontrado el aliado perfecto para avanzar “en ese camino que comenzamos hace algo más de 40 años con el propósito de acercarnos al nivel bandístico que siempre ha tenido la Comunitat Valenciana”, apunta el músico Paco Catalá.
De esta manera, desarrollado conjuntamente por la FSMCV y el IVC, este año se están impulsando nuevas iniciativas, como el curso de perfeccionamiento para los directores de jóvenes orquestas; la primera convocatoria de ayudas dirigidas al sector musical de la Comunitat Valenciana; el ‘I Festival de Orquestas Juveniles’, que se encuentra en proceso de desarrollo; o el ‘Ciclo de Conciertos’, con el objetivo de mitigar el impacto que la pandemia ha tenido sobre la actividad musical, y que ha puesto en riesgo la supervivencia del tejido asociativo y musical de la región.
El certamen de CaixaBank es clave para este crecimiento, ya que las sociedades musicales se involucran al máximo en este tipo de proyectos y es un gran incentivo para seguir trabajando
Para la responsable de la orquesta de La Vella, “no se trata de ser mejor o peor que una banda, pero este nivel y calidad hace que se justifique la relevancia de las orquestas. El trabajo que queda es que se abra la mente en todas las sociedades musicales ya que en la diversidad está la riqueza. Hay que apostar por ambas formaciones, hay que hacer para potenciar todo aquello que tenemos a nuestra disposición para poder seguir enriqueciendo y poniendo al máximo nivel la cultura musical valenciana”.
Un futuro asegurado
Tanto Colomina como López coinciden en que las orquestas disponen de un futuro prometedor. “Los músicos profesionales que ya no somos tan jóvenes tenemos una gran responsabilidad, porque hemos trabajado desde la base y fuimos los pioneros, y ahora debemos seguir en esta línea para lograr que en un futuro puedan haber alrededor de 100 o 150 orquestas, las mismas que bandas, en la Comunitat Valenciana. Ojalá lo logremos”, afirma José Martínez Colomina.
Irene López, por su parte, considera que “estamos en un momento en el que cada vez cuesta más asumir responsabilidades y cuesta encontrar a gente que tenga ganas de implicarse y responsabilizarse en un proyecto de este tipo, totalmente amateur y altruista. Estamos sembrando una semilla que crecerá… Es verdad que hace falta gente para completar una plantilla estable o completar el relevo generacional, pero sí que hay una tendencia que nos hace ver que el futuro de las orquestas es muy prometedor”.